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21-08-2014

Llega "Relatos salvajes", distintos escenarios para la misma violencia

Seis historias corales cuya único contacto es la pérdida de control forman parte de la nueva cinta de Szifrón, que tiene producción del español Pedro Almdóvar. Hablan los actores sobre cada uno de sus roles.

Tras la postergación del estreno, la semana pasada, finalmente llega a las salas locales el filme de Damián Szifrón "Relatos salvajes", esperadísima película que reúne a un elenco integrado por Ricardo Darín, Darío Grandinetti, Oscar Martínez, Julieta Zylberberg, Rita Cortese, Leonardo Sbaraglia y Erica Rivas.

Autor de los éxitos televisivos Los simuladores, Hermanos y detectives y responsable en cine de "Tiempo de valientes", el joven cineasta propone ahora seis historias con un tema en común: la pérdida del control.

Se trata de seis historias ambientadas en distintos escenarios: un avión de pasajeros, un parador de ruta, un puente perdido, la ciudad, un barrio residencial de categoría y una fiesta de casamiento, unidas por el común denominador de las reacciones violentas, que no parecen tener vuelta atrás.

Con producción de Pedro Almodóvar, el filme lo tiene a Ricardo Darín en el rol de un ingeniero experto en demoliciones. Julieta Zylberberg y Rita Cortese son la moza y la cocinera de un parador de mala muerte. Darío Grandinetti protagoniza un enigmático episodio que transcurre íntegramente en el interior de un avión. Erica Rivas es la novia impredecible de un casamiento que avanza hacia la catástrofe. Oscar Martínez personifica a un magnate a cargo de una negociación oscura en el marco de una tragedia familiar. Y Leonardo Sbaraglia se ve súbitamente envuelto en una inusual historia de acción en la ruta.

Todos los personajes

"La película pone a sus personajes en el límite entre civilización y barbarie", afirmó Martínez, quien compone a un empresario millonario que entra en un peligroso juego de mentiras y extorsiones, que puede destruir todo lo que construyó en su vida, cuando su único hijo atropella a una mujer embarazada, la mata y luego huye y se oculta en la mansión familiar.

"Uno sabe como padre que no hay dolor más grande que perder a un hijo. El amor por el hijo es incondicional y uno puede dar la vida por él. Por eso entiendo perfectamente al personaje. No soy violento pero sí le temo a la violencia latente que puede haber en mí. Para mí la película habla de eso. De seres cuyas circunstancias los ponen al límite y los obligan a hacer las cosas que hacen", explicó.

"Andá a saber qué cable le toca a una persona para reaccionar así y convertirse en un monstruo. El desafío era contar lo esencial y fundamental. Damián me dijo que mi personaje no es un villano, es un buen hombre y tiene prestigio social, pero le toca estar frente a un hecho desgraciado que le hace ver cómo toda su vida se derrumba en un segundo", añadió.

Cortese sostuvo, por su parte, que a su personaje "le resultaba muy violenta la sociedad y por eso prefiere cometer un acto extremo y así poder estar encerrada. Ella es más feliz en la cárcel, porque siente que la comunidad carcelaria es un verdadero hogar y, ante la primera oportunidad que tiene, comete un crimen para regresar a prisión".

Para Cortese, que compone con crudeza a una cocinera de un parador de mala muerte perdido al costado de una ruta, "en esta sociedad que genera tanta violencia a lo mejor, esta nueva película de Szifrón ayuda a tomar conciencia a los espectadores, especialmente a aquellas personas que maltratan a otras, para que vean lo que puede provocar su maltrato".

"Lo políticamente incorrecto puede ser leído en la película y a lo mejor ayuda a cambiar las cosas. Algo se va a abrir a partir de esta película", añadió Zilberberg, quien actúa en el mismo episodio, encarnando a la compañera de Cortese, una joven e inocente moza que reconoce en su único comensal al hombre desalmado que le arruinó la vida a ella y a su familia.

Rivas, que personifica con increíble talento a una novia que, en plena fiesta de casamiento, emprende una venganza impiadosa contra su marido, recordó que "nunca había hecho algo parecido. Hice comedia y cosas trágicas. Pero nada como esto. Fue maravilloso, y a medida que fuimos ensayando nos dimos cuenta que merecía otro final y lo fuimos transformando".

Por su parte, Sbaraglia -que protagoniza uno de los episodios de más violencia explícita de la película- señaló que "uno como es espectador no sabe bien cómo querés que termine la historia y cuál es el mejor lugar. Lo que sucede en la pantalla te pone tan incómodo como espectador, que no sabés cuál es el lugar donde debés ponerte frente a lo que ves".

Ese es justamente uno de los puntos fuertes de "Relatos salvajes", ya que tiene la capacidad de generar una revolución interior en los espectadores, al ponerlos -al igual que hace con sus personajes- en una situación límite, frente a la cual no saben qué posición tomar, a la vez que los perturba y les produce profundas dudas acerca de su cosmovisión e ideas morales.

Rodaje y cineasta lúcido

Tanto Martínez como los otros actores coincidieron en que Szifrón "sin llegar a ser un outsider, es un transgresor. El llega al rodaje con un nivel de claridad y precisión rotundo y es muy generoso al transmitirlo. Fue permeable a propuestas físicas, pero a la vez tenía todo muy claro".

"Su seguridad era avasallante, pero siempre fue muy cuidadoso. Su guión era realmente magistral, de alguien sumamente sensible e inteligente. Damián buscaba siempre la potencia que requería el relato pero no a costa de cualquier cosa. Eso es talento", afirmó Cortese, que realmente encontró en Zylberberg a una compañera de lujo.

Martínez afirmó que "el rodaje fue hermoso, muy divertido, porque Damián crea un clima de trabajo fantástico y sabe muy bien lo que hace y quiere. Está en todos los detalles. De lo que se trataba era de estar a la altura de las circunstancias".

"No se dan tantas alternativas de poder trabajar en una película de acción y con tanto despliegue físico. No es que nos tuvimos que entrenar. Todas las películas siempre hay una implicación física fuerte, pero en este caso lo importante era imaginar qué es lo que le pasa a un cuerpo en esas circunstancias", recordó Sbaraglia, sobre la exigencia física que tenía su personaje, que entabla un duelo a muerte con un extraño.

"Es verdad que nuestro instrumento es el cuerpo y en el caso de estas historias nuestros cuerpos también atraviesan otras dimensiones. Eso tiene un impacto físico, pero además de emocional. Damián es un director que te implica en muchas dimensiones y con una exigencia muy alta", agregó Rivas.

Para Martínez, "cuando uno lee algo que te emociona, inquieta y seduce es muy impactante. La historia la comprendí de inmediato en los trazos más gruesos y uno se pregunta cómo reaccionaría como padre frente a ciertas circunstancias. Es algo muy humano. Yo debía estar en estado de emoción muy particular que debía reprimir y no dejarlo ganar".

Con estos "Relatos salvajes", que conjugan el humor y el horror, el amor y la violencia, la codicia y la solidaridad, Szifrón vuelve al cine luego de la exitosa "Tiempo de valientes" (2005), y de su debut en la dirección, que había sido en 2003 con "El fondo del mar".