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18-10-2014

"La vida no sirve si no hacemos lo que soñamos"

Rick Wakeman se encuentra en Argentina para dar una serie de recitales, uno de los cuales lo traerá a Mar del Plata. El ex tecladista de Yes repasará parte de los grandes éxitos que amasó en la escena del rock progresivo y sinfónico.

El tecladista y compositor inglés Rick Wakeman, quien en los 70 fue puntal de la emblemática banda Yes y que desde mañana iniciará una serie de tres diferentes conciertos en el porteño teatro Gran Rex y luego se presentará en el teatro Auditorium de Mar del Plata, confesó que "mi lema es que la vida no sirve si no hacemos lo que soñamos".

"Por poder encarar nuevos desafíos, por complicados o costosos que sean, daría mi vida", insistió Wakeman durante una distendida charla con Télam.

En uno de los espacios del imponente predio del Mandarine Park donde armó su bunker de instrumentos y sonido para ensayar la trilogía de conciertos, el artista, de 65 años, celebró la posibilidad de regresar a la Argentina.

"Siento un verdadero placer cada vez que llego a la Argentina y siempre tengo el recuerdo de mi primera vez en 1983 en el Luna Park, donde toqué mi álbum '1984'", evocó.

El músico, que no visita Buenos Aires desde fines de 2012, añadió que "el motivo principal por el que vuelvo aquí, es que amo venir a este país y poder volver a hacer 'Viaje al centro de la tierra' para terminar con ese concepto y que la gente escuche los cambios en relación con la primera versión".

Justamente, esa obra, que abordó en la primera de las dos funciones de entonces, será ahora la segunda de la serie en el recital del lunes a las 20 donde lo secundará una orquesta sinfónica y un coro.

Antes, mañana por la noche, Wakeman repasará parte de los grandes éxitos que amasó en la escena del rock progresivo y sinfónico junto a su banda, integrada por Dave Colquhoun en guitarras, Ashley Holt en voz, Nick Beggs en bajo y Anthony Fernández en batería.

Por último, el martes, la despedida será con "Las seis esposas de Enrique VIII", con una puesta en escena que reunirá a más de 50 músicos, entre los que se contarán instrumentistas de la Orquesta Sinfónica Nacional y voces del Coro Sinfónico Nacional.

Consultado acerca de este ambicioso y consecutivo programa, deslizó que "mucha gente también pidió escuchar 'Rey Arturo' y otras piezas conocidas, entonces vamos a hacer de todo un poco, algo que me llevará por distintos momentos de mi carrera y también alguna sorpresa de los tiempos de Yes".

"Son tres conciertos totalmente diferentes, con arreglos complejos y excitantes, algo que -subrayó- nos pone muy ansiosos a pesar de tantos años de escenario".

Nacido en Perivale, Londres, Rick es considerado uno de los más grandes tecladistas de la historia del rock, ya que de su mano forjada en la música clásica, el instrumento adquirió protagonismo y multiplicó su impacto dentro del género.

Aunque su labor profesional comenzó en 1969 y brilló como sesionista (hasta colaborando en discos de David Bowie), su andar tuvo un vuelco fundamental al incorporarse a Yes en 1971, en reemplazo de Tony Kaye.

Al sumarse al conjunto liderado por Jon Anderson y Chris Squire, aportó decisivamente a unas búsquedas sonoras que ubicó a Yes como banda emblema del rock progresivo a partir de los esenciales álbumes "Fragile", "Close to the Edge", el doble "Tales from Topographic Oceans" y el triple en directo "Yessongs", que registró entre 1971 y 1973.

- ¿A qué atribuye su predilección por encarar grandes obras conceptuales?

- Siempre me gustó hacer historias y transformarlas en conceptos. No hay una línea para hacer esto o un secreto, es simplemente dejar fluir las cosas.

De hecho, en este momento estoy trabajando en dos proyectos que envolverán ballet, orquestas y actores y que serán una suerte de obras teatrales.

- ¿Es difícil desarrollar esos proyectos?

- Hay muchas cosas e historias que me gustaría representar y hacer, pero el principal problema es el financiero. Es muy costoso hacer estas cosas y preparar todo.

Al final del día, hacemos las cuentas para ver si perdimos o no algo de dinero (risas) y ése es el único problema a la hora de afrontar estas cosas, pero el desafío es algo que me encanta y me sostiene.

- ¿Cómo vive el presente de la industria discográfica y el auge de Internet?

- Con Internet, el disco ha ido perdiendo peso, pero el amante de la música quiere el vinilo, el gusto de tenerlo en la mano, de disfrutar no sólo del sonido, sino también del arte de tapa que tanto en Yes como mi etapa solista, siempre tienen un trabajo especial.

En lo personal sigo creyendo en el disco, quizás las que no están conformes son las grandes empresas que ya no venden como antes porque son tiempos difíciles a nivel mundial.