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05-12-2014

Hugo Arana: "La Nona es un clásico porque tiene esa virtud de ser popular"

Estrena esta noche en el escenario del teatro Bristol la obra "La Nona", cuyo rol central interpreta Pepe Soriano. Lo acompañan, además de Arana, Gino Renni, Mónica Villa y Miguel Jordán.

La célebre obra "La Nona", de Roberto Cossa, abrirá esta noche la temporada de teatro comercial en Mar del Plata. Su estreno está previsto para hoy a las 21 en el escenario del teatro Bristol, con un elenco que encabeza el actor Pepe Soriano y al que se suman Hugo Arana, Gino Renni, Miguel Jordán y Mónica Villa, entre otros. La pieza, que fue llevada al cine y cuyo rol central interpretó el mismo Soriano, podrá verse en diciembre de jueves a domingo en esta sala.

Con dirección de Jorge Graciosi, la obra alcanzó la categoría de "clásico" del teatro argentino, según opinó Arana ante LA CAPITAL. El actor, de enorme trayectoria, encarna a "Chicho, el nieto vago que dice ser artista y no quiere trabajar", según lo definió.

"Cossa ha encontrado el corazón de un asunto interesante en este símbolo que representa la nona", agregó y contó que por las giras actorales que realiza por el país suele ver que la obra se monta en "escuelas y entre grupos vocacionales", tal como ocurre con Made in Lanús, otra obra clásica del teatro nacional escrita por Nelly Fernández Tiscornia.

"La Nona es un clásico porque tiene esa virtud de ser un teatro popular, absolutamente popular -interpretó-. En el más profundo de los sentidos: cualquier persona, sea de un pueblo, de una comunidad comprende de qué ese trata, no hay que estar inserto en nada, esto lo comprende cualquier persona de cualquier clase social, de cualquier formación, luego cada uno hará su pergamino propio con la historia, para eso somos individuos y tenemos miradas singulares, pero el nudo del asunto, el corazón es universal".

-¿Qué simboliza esta nona?

-Claramente es el poder, el poder omnímodo, combatirlo es feroz, es inalcanzable, lograr vencerlo es casi una utopía. Creo que es símbolo de todo lo que pasa en el planeta, creo que el capital maneja el planeta y de alguna manera lo ha sido siempre. Desde las época de las cavernas pasa esto de que un flaquito que trae un cerdito que cazó para comer es alcanzado por un grandote, que le saca el cerdo porque tiene hambre. La naturaleza es así, la ballena abre la boca y se come a los pescaditos, lo que tiene la naturaleza es que no tiene perversidad, es armonía pura, el pajarito se come a la mariposita pero no la tortura. En cambio el ser humano tiene ese costado de hacer un daño sabiendo que es un daño.

-Tiene la conciencia del mal.

-Y en este caso la nona es un símbolo muy fuerte porque aparenta una no conciencia, hay algo ahí de símbolo, y cada uno ve lo quiere leer. Tiene, además, un humor extraordinario, ácido, con momentos en los que uno dice "¿pero de qué me río?". Aparece el contrasentido, el absurdo, lo inesperado.

-Como lugar de trabajo, ¿Mar del Plata guarda para usted algún sentido especial?

-Yo tengo que decir que arriba del escenario no hay entorno. Es decir hay entorno, claro que lo hay, pero no hay singularidades de entornos, yo he tenido la posibilidad de conocer todo el país, todas las provincias, trabajé en Paraguay, en Chile, en Brasil, en España... El afuera es circunstancial, no tiene nada que ver, no me dedico a un tipo público o a otro. No intento saber qué es lo que quiere el espectador, porque el espectador es singular, a mí me causa gracia y hasta irritación esa frase de "¿sabés lo que quiere el espectador?", como si el espectador fuera una masa informe, pegoteada. Mi tarea no es satisfacerlo. Yo comparo al actor con un chef, el deber del chef es ampliar tu propio paladar, darte goce a tu paladar, porque sabe que si amplía sus sabores tiene más posibilidades de que más gente disfrute su comida, pero el deber es consigo mismo.