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29-09-2015

Eso que llaman amor

Victoria Chaya Miranda indaga sobre diversas patologías sentimentales. "En nombre del amor se hacen muchos desastres", reconoce la directora.

Los conflictos, las angustias y algunas de las patologías psicológicas que pueden afectar a las personas en nombre del amor son descriptas, en tono de comedia dramática, en "Eso que llaman amor", una película de Victoria Chaya Miranda y que entrelaza las historias sentimentales de tres mujeres porteñas.

"Quería contar patologías surgidas de la frustración amorosa con tres personajes que representaran eso. Una es una obsesiva muy negadora que además quiere quedar embarazada y, por su edad, tiene un reloj biológico clavadísimo. La segunda sufre de una histeria muy grande y la tercera bordea un brote psicótico de despersonalización", explicó la directora.

Protagonizada por Diana Lamas, Laura Cymer y Véronica Intile, con Roberto Vallejos, Gustavo Pardi y Carlos Portaluppi, entre otros, la película de Chaya Miranda es una historia coral sobre el desamor, los trastornos obsesivos compulsivos y la dependencia a los vínculos, desde el retrato de tres mujeres muy distintas pero con una misma obsesión: la necesidad de amor.

"En nombre del amor se hacen muchos desastres. Uno busca el amor y en esa búsqueda a veces se lo pierde", afirmó la directora en diálogo con Télam, y añadió que "el sustento de una pareja no siempre es el amor. Y si bien nunca tuve relaciones tan traumáticas, sí me cuestionaba la cantidad de conflictos y desastres que había a mi alrededor en nombre del amor".

La cineasta, que cursó estudios de psicología, se preguntó "por qué jugamos juegos de poder tan miserables en nombre de una relación que supuestamente es lo más añorado. Si es un camino hacia la felicidad, qué pasa que nos perdemos tanto y somos autodestructivos y destruimos al otro. Hay algo muy nocivo y eso es lo que a mí me interesaba contar".

"Cuando empecé a escribir la película, entrevisté a 100 personas y les pregunté qué es el amor. Todos tenían opiniones muy diversas: hay amores muy hermosos y simples, otros más complejos y otros -incluso- dictatoriales. Hay tantas formas de amor como sujetos hay en el mundo y cada uno buscará su forma, pero todos sufrimos un poco por el aprendizaje y cuando empezás a sufrir mucho eso no está bueno", aseguró.

Se trata de un largometraje dramático, con toques de comedia, que trata acerca de los vínculos de pareja a través de las historias entrelazadas de Zara, una obsesiva pintora que sueña con ser madre y depende mucho de su novio infiel; Verónica, una bailarina que se muestra como histérica entre el amor de su novio y un amante; y Mora, una joven psicótica que sufre por la necesidad de una pareja y el miedo a mantenerlo.

"Todos los personajes están un poco enfermos y los compuse un poco con la idea de exacerbar esta patología desde una perspectiva femenina", sostuvo Chaya Miranda.

En ese sentido, y en relación a uno de los males que sufren las tres protagonistas, Chaya Miranda sostuvo que "la presión es muy mala compañera del amor, porque debe estar más parado en el disfrute y en la comprensión del otro. De lo que no es amor muchas veces deviene el amor, porque uno no siempre elije el amor. Sin embargo, en todos los casos, lo importante es no destruirte".

La directora recordó: "Estudié un poco de psicología, pero no me recibí porque elegí el cine. Igual creo que no hay nada más cerca del cine que la psicología. De esta manera, hubo una mezcla en mi formación, porque pensaba que era una herramienta muy buena para poder comprender mejor a los personajes".

"¿Quién alguna vez no se puso medio obsesivo con el otro? ¿Quién alguna vez no hizo todo por amor? ¿Quién alguna vez no se mandó una escena para llamar la atención? Estoy segura que si no te pasó, te lo hicieron o se lo viste sufrir a alguien muy cercano", señaló la realizadora.

En relación a la estructura coral de historias entrelazadas que posee el filme, Chaya Miranda sostuvo que "la verdad que la película me fue llevando a ese lugar. Yo quería una estructura no lineal porque me encantaba la idea de tres mujeres en diferentes estados entralazándose en una misma búsqueda. Siempre tuve en la cabeza esa no linealidad y simultaneidad de historias donde muchas personas pueden estar viviendo diferentes situaciones en un mismo lugar".