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13-11-2015

Salem estrenó la emotiva "Cómo funcionan casi todas las cosas"

La película viene de obtener dos premios en el 30º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.

por Paulo Pécora

El cineasta Fernando Salem, uno de los creadores del popular personaje infantil televisivo "Zamba", estrenó su primer largometraje, "Cómo funcionan casi todas las cosas", donde apela a la emoción y al viaje iniciático para acompañar el drama de Celina -la magnífica Verónica Gerez, en su primera actuación en cine-, una joven que lo deja todo para abocarse a la venta ambulante de enciclopedias sobre el secreto de la felicidad, pero especialmente para encontrar a su madre.

Con Pilar Gamboa y Marilú Marini, la ópera prima de Salem, que ganó el Premio Incaa al Mejor Director de Largometraje y el Premio Argentores al Mejor Guión de Película Argentina en el 30º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, es una road-movie sensible y luminosa que sigue los pasos de esta vendedora de libros puerta a puerta que quiere viajar a Italia y encontrar a su madre, pero que descubrirá que ella vive más cerca de lo que se imaginaba.

"Celina tiene un manual de ventas que no le sirve de nada, porque está en medio del desierto buscando a su mamá. Celina se siente sola, huérfana y necesita a su mamá. Algo tan básico como eso se antepone a la lógica y está en el orden de los sentimientos", afirmó Salem a Télam, acerca de los motivos que impulsan a la protagonista a dejar su espacio de confort para volcarse a lo incómodo y desconocido.

- ¿Cuál fue la génesis de este proyecto y por qué tardaste tanto tiempo en concretarlo?

- Empecé a escribir hace nueve años, después de terminar "Trillizas Propaganda!", mi tesis de la escuela de Cine Enerc. Esteban Garelli escribió conmigo todo ese tiempo. La primera versión la presentamos en el concurso de primeras y segundas películas del Incaa y quedamos suplentes. Seguimos trabajando con la plena confianza de que lo filmaríamos igual y en 2009 me avisaron que uno de los ganadores renunciaba a su premio y nos lo asignaban a nosotros. Ahí empezó la carrera por buscar el resto de los fondos y configurar la producción que nos llevó bastante tiempo. Siempre fue imposible hacer la película. Fue una gran prueba de perseverancia, siempre supimos que si el guión estaba bien, los fondos para llevarlo adelante aparecerían, y así fue.

- ¿Cuáles fueron los obstáculos y qué cosas aprendiste en el proceso hasta la concreción?

- Los obstáculos siempre son propios. Leí muchísimos libros de guión y compré muchísimos de fotografía, busqué artistas plásticos, referencias, estudié mucho. Los obstáculos funcionaron como aprendizaje. Todo era para la película: desde leer filosofía, ahorrar plata o comprarme un libro. Si en 2007 alguien me hubiera dado todo el dinero junto para hacer el guión, con la visión que tenía en ese momento el resultado hubiera sido catastrófico.

- ¿Qué cosas aprendiste en el proceso hasta la concreción?

- Aprendí en cada una de todas las instancias, desde el guión hasta la producción, pasando por el rodaje, la dirección de actores hasta hacer el afiche. Creo que el director tiene que saber hacer de todo y este proyecto me sirvió para crecer como profesional. La principal actividad de un director radica en armar un grupo humano para llevar adelante la película. Si la gente que hace la película no la siente propia, el resultado no será tan bueno.

- Al igual que en esta película, en "Trillizas Propaganda!" también habías elegido personajes femeninos como protagonistas ¿Qué te interesa indagar del universo femenino?

- Hay algo del universo femenino que me resulta insondable, vasto, magnético, qué se yo. Me conmueven las mujeres valientes, las que trabajan, las que piensan, las que tienen sentido del humor, las que luchan. Creo que a los hombres nos resulta atractivo de las mujeres su lado masculino y a las mujeres les atrae el costado femenino del hombre. A mí me resulta encontrar esa frecuencia femenina a la hora de escribir o dirigir a una actriz, sin embargo, esa sensibilidad la aportan las intérpretes.

- ¿Por qué elegiste esta historia sobre una joven que buscando a su madre se busca a sí misma?

- Creo que funciona como metáfora. Es un viaje iniciático en el que Celina deja el lugar de confort y se anima a cruzar un desierto. Celina vive en la frontera con el desierto, en la puerta de entrada (el peaje) y de pronto, se lanza a cruzarlo. Todos vivimos en una zona de confort y cruzar ese peaje, esa barrera, no es cómodo. Uno atraviesa lo inhóspito, un desierto sin certezas y las enciclopedias o creencias, religiones, costumbres o como quieras llamarlo, no resultan.

- ¿De qué manera el viaje te ayudaba a representar esa búsqueda? ¿Por qué una road-movie como marco para esta aventura humana?

- La adultez es un desierto, estamos huérfanos y encima tenemos que trabajar, responder a mandatos, sostenernos económicamente, subsistir. Entonces nos llenamos de manuales, de instrucciones para vivir, religiones, autoayuda, manuales de todo tipo. Pero si de repente raspamos un poquito esa realidad, nos damos cuenta que vamos a vivir una sola vez y la verdad es que no deberíamos resignar los sueños y someternos a fórmulas que nos proponen resignación. Esa búsqueda de Celina por encontrar el amor y por volver a sonreír es la búsqueda de todos, ¿no? Se trata de atravesar ese desierto que es la adultez, dejar ese lugar de confort y salir a buscar, sin certezas, lo que creemos que queremos.

Télam.