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23-11-2015

"Perez Céliz", la película que desnuda el arte del pintor

Miguel Rodríguez Arias hace hincapié en cómo las pinturas y esculturas del eximio artista plástico fueron fuertemente influidas por las ciudades en las que vivió.

Miguel Rodríguez Arias, autor de "Pérez Celis", que se proyectará hoy en la Asociación Amigos del Museo de Bellas Artes (avenida Figueroa Alcorta 2280, Buenos Aires) a las 19.30, sostuvo que el pintor fue "un tipo fascinante como amigo y artista" y que uno de los objetivos del filme fue mostrar las diferentes etapas de su obra.

La película de Rodríguez Arias, quien cuenta con 40 documentales, es una biografía que hace hincapié en cómo las pinturas y esculturas del eximio artista plástico fueron fuertemente influidas por las ciudades en las que vivió y en la convicción de Pérez Celis para que su obra estuviera al alcance del público.

"Hoy uno se sube a un taxi, le pide al taxista que nombre a un pintor argentino y va a decir 'Pérez Celis'. Sin dudas, logró ser reconocido por la gente", aseguró a Télam el realizador, quien grabó entrevistas con Celis durante diez años y que por el momento sólo expondrá su trabajo en la función que cierra la muestra.

Pérez Célis, nacido en Buenos Aires, vivió en Perú, Venezuela, Estados Unidos y Francia, países que con los que se mimetizó y que marcaron las diferentes etapas de la obra, tanto en pintura como esculturas.

"Celis estaba convencido de que sus obras debían intervenir con el público, en la calle", señaló el autor de la premiada "Las patas de la mentira", en cuya película se refleja, por ejemplo, la escultura que hizo para el frente de la Universidad de Morón.

"Él había hecho de joven un mural en el interior de una concesionaria de autos que ya tiraron abajo. Lo llamativo, es que cuando se fue a vivir a Perú, se dio cuenta de que ese trabajo tenía mucho que ver con la cultura incaica", comentó Rodríguez Arias en lo que fuera un paso previo a la relación obra-ciudad que lo caracterizó.

De Buenos Aires, además, se llevó el tango, música que lo apasionaba y por la cual fue socio fundador de la mítica tanguería parisina Trottoirs de Buenos Aires, junto a su colega Antonio Seguí y al músico Edgardo Cantón, entre otros, y que contó con el padrinazgo de Julio Cortázar.

"Me llamó mucho la atención -dijo el realizador- la cultura por el trabajo que tenía y la habilidad para hacer varias artes a la vez. Su atelier estaba en su casa y uno podía ir a visitarlo y él, si bien estaba atento a la charla, continuaba con el pincel o lo que fuera que estaba haciendo".

La película tiene un buen archivo de fotos, entrevistas a los hijos, nietos, esposas, críticos de arte, colegas y políticos, pero lo que sobresale del filme es la cantidad de pinturas de Pérez Celis que muestra, dando esa sensación de artista inacabable que fue.

"A mí la etapa que más me gustó fue la última, la de los retratos. Ahí aparecen Einstein, Piazzola, Borges, van Gogh. Me impactó mucho el tratamiento de esas pinturas", sostuvo Rodríguez Arías, quien tuvo en común con el pintor el hecho de "hacer siempre" lo que quiso.

"Celis le decía a sus hijos que se dedicaran a lo que quisieran, que no pensaran en la plata, porque momentos de crisis siempre los hay, pero son más llevaderos cuando uno hace lo que le da gusto", explicó el director, que está preparando una investigación sobre el juicio por los atentados a la AMIA.

Rodríguez Arias explicó que él también se guía por ese axioma y que tanto el documental que proyectará en el cierre de la muestra de Pérez Celis, como algunos anteriores, como uno sobre César Peli, no le generan réditos económicos.

"Uno tiene que hacer cosas para vivir y otras para crecer. Yo este tipo de películas las hago 'por amor al arte', y eso que yo vivo de esto. Este trabajo lo financié de mi bolsillo porque a las empresas no les interesa el arte y yo no quería perderlo", comentó.

En lo personal, Rodríguez Arías comentó que ha realizado "trabajos muy estresantes", como "El Nüremberg Argentino" o "Buscadores de Identidades Robadas", y que este tipo de biografías más ligadas a la cultura son "el orificio por donde" respira y que para ello tiene otros tiempos.

"A Celis lo conocí en los '80 y en el '95 empezamos a filmar pequeños reportajes para hacer esta película. Yo se lo propuse y a él le gustó. Más allá del filme, ir a visitar a Celis cada vez que venía era un verdadero placer", aseguró el director.