El algarrobo blanco, una especie de múltiples usos
Esta especie autóctona constituye una real riqueza forestal. Es necesario racionalizar el uso, llevar a cabo planes de reforestación y transformarlos en productores permanentes de beneficios para las generaciones futuras.
por Mario Alfredo Galetti y Carlos Alberto Esparrach (*)
Especial para LA CAPITAL
El algarrobo blanco -cuyo nombre científico es prosopis alba- es una especie leñosa de suma importancia por sus múltiples usos y aplicaciones, que justifican su aprovechamiento en forma integral a perpetuidad.
Es una de las especies indígenas de mayor distribución geográfica, su localización en territorio bonaerense abarca los partidos de General Villegas, Puán, Villarino y Patagones.
Los frutos, llamado ?algarrobas?, son vainas blanco-amarillentas de unos 20 cm de largo, con semillas color castaño; muy apetecidas por los animales, especialmente en años de sequía, que precisamente son los más fructíferos de los algarrobos.
Cuando el algarrobo ha alcanzado la senectud, sus ramas se vuelcan, como buscando apoyo en el suelo, cansadas por el peso de los siglos (200 años o más). La vejez de un algarrobo es siempre objeto de admiración y respeto.
Los algarrobos tienen dos sistemas de raíces, uno formado por raíces horizontales muy largas (30 metros o más en un árbol viejo) y un sistema central formado por un eje (raíz pivotante), que penetra profundamente en el suelo (hasta 15 ? 20 metros) permitiéndoles llegar a la capa freática. Las raíces más nuevas viven en simbiosis con bacterias (rhizhobium) que toman el nitrógeno del aire siendo aprovechado por la planta.
Con la madera del algarrobo se fabrican muebles rústicos y pesados. Son excelentes los pisos de parquet. Actualmente en tonelería ha reemplazado con ventaja al roble europeo o de Eslavonia, debido a su menor permeabilidad, disminuyendo las pérdidas por evaporación.
Las vainas del algarrobo fueron una importante fuente de alimentación para los pueblos originarios. El patay o pan de algarroba es una pasta harinosa muy dulce.
El arrope también llamado ?algarrobina? o ?miel de algarrobo?, es un líquido dulce, oscuro y espeso. La añapa, consiste en una bebida refrescante dulce. La aloja es una bebida alcohólica autóctona.
Como protector de los suelos, el algarrobo puede vivir en muy diversos suelos, arenosos, arcillosos, salinos o no. Se lo puede ver así instalado en la base de los médanos o en los mismos médanos, donde con su extenso y poderosos sistema de raíces por un lado, y con la protección de su copa contra los vientos por otro, impide el movimiento de la arena.
Como fijador de nitrógeno, a través de la simbiosis bacterial es capaz de incorporar nitrógeno al suelo.
Los algarrobos se cuentan entre las plantas que más atraen a las abejas, su aptitud melífera se basa en que son una fuente importante de néctar y polen. La miel que se genera a partir de las flores del algarrobo tiene un sabor muy agradable.
El bosque de algarrobo crea, como todos los árboles, condiciones más favorables para la vida siendo albergue de una rica y variada fauna. Disminuye las temperaturas extremas del suelo, en su copa aumenta la humedad y morigera los efectos del viento.
No hay duda de que esta especie autóctona constituye una real riqueza forestal. Es necesario en consecuencia racionalizar el uso, como asimismo llevar a cabo planes de reforestación del bosque nativo y transformarlos en productores permanentes de beneficios para las generaciones futuras.
(*) Ingenieros forestal y agrónomo, respectivamente.
