"El tango Cambalache nos hizo mucho mal a los argentinos, es mediocre"
"A los argentinos nos cuesta diferenciar lo que está bien de lo que está mal", aseguró el periodista y ahora escritor, Oscar González Oro durante la presentación de su libro "Radio-grafías de la Argentina".
por Albertina Marquestau
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Juan Domingo Perón era trasladado en el auto presidencial cuando sobre la Plaza de Mayo observó a un joven jinete en su arisco caballo que le llamó la atención. Hizo que pararan el coche y descendió para saludar a ese muchacho intrépido que con su pingo bravo había convocado la atención del General. Era Oscar González Oro, quien años más tarde confesó que su intención no era saludar al Presidente con una destreza arriba del caballo, sino que el animal tenía un mal día y se le había complicado mantenerlo quieto. Lo cierto fue que cuando lo vio a Perón, se emocionó, y no era para menos. No a cualquiera le pasa esto. Como ésa, son muchas las anécdotas que el periodista relata en su primer libro "Radio-grafías de la Argentina" de editorial Planeta. Una autobiografía en la que no se guarda nada y en la que se da el gusto de opinar sobre la situación política y social del país.
De paso por la ciudad, donde realizó la presentación oficial del libro, el periodista y conductor de "El oro y el moro" por Radio 10, dialogó con LA CAPITAL sobre su vida y explicó por qué cree que el tango Cambalache marcó a fuego la vida de este país y "nos hizo mal".
- La verdad es que siempre me sorprende la gente que se anima a contar su vida públicamente, ¿qué lo motivó a escribir este libro?
- Me parece que me lo merecía yo. Soy muy borgeano y Borges siempre decía que él no escribía para mí, ni para vos, sino para él. El arte, en el caso de Borges no en el mío, es absolutista, es totalitario, yo no busco consensos para escribir un libro ni para pintar un cuadro o para hacer una obra musical, yo la hago. El absolutista no busca consenso para hacer un libro por bueno o malo que sea. Entonces me senté y lo que decidí hacer es contar la verdad, sacarle a la vida todo lo que uno le inventa. Porque vos te inventás una vida también, le vas agregando cosas que tienen que ver con la tradición familiar y que después te ponés a investigar y te das cuenta que no es así, que no era cierto. Entonces yo le fui sacando capas contra mi voluntad y quedó la vida tal como es.
- Y todo esto ¿implicó una revisión y quizás algunos cuestionamientos?
- Cuestionamientos no. Revisión sí porque revisé mi vida entera hasta el día que lo terminé que fue el año pasado, el día de mi cumpleaños. Yo no me critico nada porque todo lo que hice fue con mucha pasión, vehemencia, conciencia de lo que estaba haciendo. Tanto lo bueno como lo malo.
- En el libro habla de los amigos que están y de los que ya no están, cuenta peleas... ¿le trajo algún problema sacar a la luz algunas cuestiones?
- No, ninguna. Porque es verdad y no ofende y por otra parte, es incontrastable. Entonces te podrá gustar o no, pero es así.
- A lo largo de su vida ha pasado por todo: ha sido pobre y rico, estuvo con Perón y conoció a los militares. ¿cómo fue pasar por todo esto?
- Yo tengo una vida de privilegio por la intensidad de cada día de mi vida. Yo en el libro digo que hago todo jugando.Yo estoy jugando ahora que estamos haciendo una nota y estoy tratando de ser serio porque me divierte jugar. Yo soy lúdico por naturaleza, entonces todo lo que hice en mi vida fue jugando y con mucha pasión. En todo caso digo, lo único que hice en mi vida fue estar atento siempre y muy permeable a todo lo que pasaba alrededor mío, no me quería perder nada antes ni ahora. Estoy permeable todo el día a lo que pasa a mi alrededor, por eso soy buen amigo y enemigo, y soy buena y mala gente. Y sé cuando hay buena y mala energía respecto a mí, porque estoy muy abierto todo el día y atento.
- Usted marca un antes y un después en su vida que fue la estafa que sufrió de parte de su familia. ¿hoy eso es una etapa superada?
- Absolutamente. Porque bajo la persiana, no me gusta mirar para atrás sino para adelante. En el libro tuve que mirar para atrás pero siempre pensando en que iba a terminar el libro que me llevó sufrimientos, dolores, llantos y todo lo demás. Pero al momento que lo finalicé no seguí pensando en el ayer, en el pasado. Y si pienso en el pasado pienso en cosas positivas y no negativas. Pero miro mucho más para adelante que para atrás.
El país y los argentinos
- Usted en el libro es bastante crítico de la postura de los argentinos ante la vida, ¿somos culpables?
- No, creo que somos responsables que es peor. Hay un libro de Marcos Aguinis que se llama "El elogio de la culpa" que es maravilloso que dice que es más fácil sentir culpa que ser responsable. Porque la culpa te la lavás en 10 minutos. Yo te hago algo malo a vos, te regalo un reloj y ya me lavé la culpa. Pero si soy responsable de o por vos, eso después implica un trabajo enorme. Yo soy responsable por la educación de mis hijos y no siento culpa. Los argentinos somos responsables de todo lo que nos pasó. Porque festejamos golpes de Estado, celebramos que echaron a Isabel y a Illia, hemos festejado cosas atroces, y me incluyo. Entonces digo, yo no puedo echar la culpa de todo lo que pasa a los dirigentes, yo también soy responsable.
- Y considera que somos responsables de no replantearnos lo que hicimos...
- Sí, claro. Yo creo que en este momento estamos en una sociedad que está enfermita en el mejor sentido de la palabra. Donde los valores no son los mismos de hace 30 años. Creo que nos hizo mucho daño el tango Cambalache. Ese tango yo nunca lo pasé en la radio y prometo no hacerlo porque es un elogio a la mediocridad, a la trampa, y a la idiosincrasia de los argentinos. No todo da igual. Durante muchos años se trató de definir la ética hasta que Santo Tomás termina diciendo una cosa maravillosa que es que la ética es la posibilidad que tenemos desde que nacemos, de poder distinguir lo que está bien de lo que está mal, nada más que eso. Y de ahí en más, a los argentinos nos está costando diferenciar lo que está bien de lo que está mal.
- ¿Qué mirada tiene de la situación actual del país?
- Yo soy un tipo optimista por naturaleza.Creo que económicamente el país está bien, los parámetros y variables están bien. La gente veranea, los autos se venden, los edificios también. Me parece que el problema está en otro lado. Los argentinos estamos como enojados. En los últimos días en la radio se me ocurrió un eslogan que digo cada 10 minutos que dice: Argentina mostrá tu mejor cara. Porque estamos mostrando la cara de culo y no sé por qué.
- ¿Y cree que esa misma actitud es la que se tiene con el Gobierno Nacional?
- Yo grabé hace un tiempo un video que lo pasé por C5N que era atroz, donde hacía un análisis del mexicano medio. Pedimos permiso a Televisa para adaptarlo a la Argentina, lo hago y algunos imbéciles dijeron que lo había plagiado. Pero era tan fuerte lo que se mostraba que en vez de analizar lo que se decía se quedaron con el tema de que yo había plagiado. Y en eso digo que no tienen la culpa ni Yrigoyen, ni Menem, ni Cristina, ni Néstor..., no!. Hay que mirarse al espejo y preguntarse qué hice bien hoy para el prójimo, no qué hicieron los demás. Kennedy cuando asumió la presidencia no se preguntó qué puedo hacer por el país, sino que les preguntó a los estadounidenses qué podían hacer ellos. Y tenemos que preguntarnos todos los días qué podemos hacer nosotros los argentinos por el país, si es que lo queremos. Yo lo adoro, tengo siete generaciones de mendocinos. Amo a mi país y por eso tengo derecho a criticarlo y a criticarme, cosa que hago todos los días y me hace bien.
- ¿Esto de lanzarse a la escritura le dio ganas de pensar en un segundo libro?
- Sí, recién un directivo de un canal importante de televisión de Buenos Aires vino a verme para ofrecerme un proyecto. Pero yo creo que entre un proyecto televisivo y un libro voy a apuntar al segundo. Va a ser una novela. Ya la tengo en la cabeza hace 10 años y nunca me animé a escribirla. Pero ahora que me lancé con este libro ya está, rompí el prejuicio.
