Jóvenes, argentinos y el Superclásico
Tres argentinos se sentaron en la final del LATP. Por la juventud de algunos participantes se habló de "guerra generacional".
Nueve fueron los jugadores que se sentaron en la mesa final del LATP, tres de ellos argentinos, uno de los cuales es un vecino de la ciudad. La croupier fue Paulina Torterolo.
Ya acomodados los jugadores, ninguno de los cuales mostró un look estrafalario más allá de algunas gafas de sol o cap deportivo, contrastó la juventud de algunos participantes a punto tal que entre el público se habló de "guerra generacional".
Es que, según los entendidos, hay dos grandes grupos de jugadores de póker: los clásicos, que juegan en mesas, y los que prefieren la práctica on line. Y, justamente, el participante que salió segundo -Jorge Landazuri, mexicano- clasificó vía los torneos que se juegan en internet.
La mesa, además de los lugares para los 9 jugadores y el croupier, contó con la instalación de cuatro cámaras fijas y una móvil para poder seguir los detalles de cada una de las jugadas. Y, sobre la mesa propiamente dicha, había una pantalla para poder ver los naipes de los participantes.
Así que en la tradicional sala especial del Casino Central atestada de público -cabe destacar que la entrada se lograba con acreditación-, los discursos de apertura estuvieron a cargo del presidente del Latin American Poker Tour (LAPT), Glenn Cademartori, y del Instituto Provincial de Lotería y Casinos, Luis Alberto Peluso.
José Barbero fue el primer argentino en quedar afuera, juega desde hace 6 años, y es oriundo de Buenos Aires. "Empecé a jugar por internet, aprendiendo, pero prefiero el juego de salón y el contacto con los demás jugadores. Es mucho más social el juego", relató ante LA CAPITAL.
Además, confesó que "estoy contento con el evento en sí pero disconforme con cómo juegue en la partida final". El joven porteño vive del póker y continuará su año completando los distintos circuitos en los que compite.
Tanto jugadores como organizadores resaltaron la calidez del público espectador. "La gente constituyó un plus muy importante. Es parte de folclore", detalló el gerente de juegos del Casino Central, Roberto Rezzoagli, quien controló todos los detalles de la competencia caminando entre las mesas y aclarando todas las dudas que surgieron por parte de los distintos actores implicados.
Y, justamente, el clamor popular quedó demostrado al poco tiempo de empezada la partida final. Es que el marplatense Sergios Farías tenía hinchada propia, compuesta por amigos y familiares, que lo alentaron al grito de "vamos charango".
"Somos amigos de toda la vida, antes jugabamos a la pelota, pero cuando nos empezamos a cansar empezamos a dedicarnos al póker", explicó Moretti, que alentó a su amigo junto a Jorge Harcherian, Guillermo, Marcelo, Gabriela y Roberto.
"Ya tenemos todo preparado para la fiesta de esta noche (por ayer), sea cual sea el resultado", se entusiasmó el amigo del competidor, que finalmente no pudo alzarse con el premio mayor. Y tenían para festejar, ya que fueron los propios amigos de Farías los que juntaron el dinero para que pueda inscribirse en el torneo.
"Superamos las expectativas", fue la frase con la que coincidieron, para catalogar al evento, tanto los responsables de la logística local, como los organizadores internacionales y los propios jugadores.
Poco antes de la final de los profesionales, algunos periodistas habían sido protagonistas de un minitorneo, con 4 mesas de 10 jugadores cada una. El ganador se llevó una mochila con regalos de Pokerstars.net.
Apenas transcurridos los primeros 45 minutos de iniciada la final, quedaron afuera dos jugadores: un argentino y el canadiense. "Violento -calificó un entendido-, nunca salen tan rápido. Pensá que la final de Viña del Mar duró 11 horas y acá en menos de una ya se cargaron a dos".
El titular del Emtur, Pablo Fernández, estuvo presente en el evento y charlando con la gente de Mora y Araujo -encargada de la prensa del evento, junto a los locales Franganillo Comunicación- se encargó de recordar que él "junto a Manolo (titular de la consultora) fundamos una línea interna en la Ucedé, estabamos en contra de Alsogaray", rememoró el ahota funcionario municipal.
Otro de los presentes en la sala VIP fue el presidente de LATP, Glenn Cameratori, que siguió en su computadora el desarrollo del juego acompañado por su inseparable asistente Cindy. A poco del final llegó el intendente de Mar Chiquita, José Paredi.
La croupier de la mesa al iniciar la partida fue Paulina Torterolo, que desde hace "12 años soy pagadora de ruleta y hace poco empecé a jugar al póker. Son dos juegos que nada que ver, pensá que en la ruleta ni siquiera estás en contacto con las cartas".
En cuanto al comandar una mesa con profesionales y rodeada de cámaras, la joven aseguró que "ayer (por el sábado) las cámaras estaban a pleno, hasta me corría para que enfonquen a los jugadores. Hoy (por ayer) ya estoy más acostumbrada, me olvidé que estaban ahí".
Paulina calificó como "una buena experiencia" su participación en el evento y recordó que "días pasados, a medida que pasaban las horas en la mesa se sentía la tensión de los jugadores". Su marido, Nahuel, también trabaja en el Casino.
En los plasmas ubicados en la sala común, acondicionada para las primeras rondas del evento y en la que ayer se jugaron torneos de póker menores, se podían seguir las instancias de lo que sucedía en distintas mesas.
Pero ayer todo cambió y en la pantalla plana se pudo ver el Superclásico que empataron Boca y River. "Esto es una excepción", se rió un inspector que de reojo intentaba no perderse jugadas futboleras.
Leo Fernández es el mejor jugador argentino. "Fue una fiesta del póker, han hecho una excelente labor, tanto la gente de Lotería, como los dealear. Tenía un poco de miedo por el tema seguridad, pero hasta ahora no pasó nada", dijo a LA CAPITAL.
