No sólo del turismo, la pesca o la industria textil se vive en Mar del Plata, ya que la zona de influencia de la ciudad cuenta con particularidades que favorecen la cría de caballos para uso deportivo, ya sean pura sangre de carreras o raza polo, que se suelen vender al exterior. Así, tanto a la vera de la autovía 2 o de la ruta 226 o la 88, los establecimientos se suceden como el histórico haras Comamal (en Chapadmalal, perteneciente a la familia Martínez de Hoz), Firmamento (cerca de la Sierra de los Padres, propiedad de la familia Bagó), Santa María de Arará, Don Teo y El Arazá, entre otros. Y en breve se inaugurará un establecimiento con capitales venezolanos en las cercanías de Batán.

Más allá de las ventajas naturales de la zona, se le suman las buenas vías de acceso y los precios por hectárea, sensiblemente menor a comparación de otro polo de crianza de caballos para uso deportivo, como Pilar, Open Door y General Rodríguez.

Según los entendidos, la República Argentina posee importantes ventajas naturales para la cría de caballos, por condiciones climáticas, extensión de tierras con gran aptitud y fertilidad para la siembra de las distintas especies de pastos.

Ventajas

La zona comprendida -estimativamente- entre el límite sur del partido de General Pueyrredon, abarcando parte de Miramar y la denominada Cuenca del Salado se caracteriza por la fertilidad de la tierra y las características de las pasturas para desarrollarse.

Así las cosas, la clave del éxito de una explotación equina está directamente relacionada con la fertilidad de la tierra, ya que esa característica cualitativa aportará pasturas ricas y abundantes desde el punto de vista económico. Además de la fertilidad, deben ser consideradas las características físicas y topográficas, ya que no son recomendables los suelos extremadamente arcillosos y arenosos o con piedras.

Con relación al relieve del terreno, son preferibles los planos y los levemente ondulados, pues favorecen los aplomos correctos y el buen desarrollo muscular.

Por último, es importante poner de relieve la valorización de las tierras en regiones con buenos suelos, llegando los criadores a destacar en sus catálogos los lugares en donde fueron criados sus animales: Kentucky y Ocala en los Estados Unidos; Normandía en Francia; Mar del Plata, Luján y Capitán Sarmiento en la Argentina. Tales regiones son sinónimos de buenos suelos, clima y pasturas, factores estos básicos y fundamentales para la cría del sangre pura de carrera.

Además, los criadores deben tener en cuenta la calidad del agua, las temperaturas, las precipitaciones, la presencia de luz solar y la infraestructura de apoyo, como las rutas de acceso, los caminos transitables y las comunicaciones, entre otros items.

Acá nomás

"Esta es una buena zona. El centro neurálgico es Capitán Sarmiento, parte de Pilar, donde hay un centro de polo muy importante, el más importante del país", detalló Luis Moreno, un veterinario especializado en la cría de caballos para uso deportivo.

En cuanto a la buena calificación de la zona, detalló que "hay mucha cría porque tenemos un microclima privilegiado, con un buen régimen de lluvias y campos buenísimos, indudablemente las pasturas son buenas. Ahora, estas condiciones cambiaron, pero como cambió el clima y la agricultura nos afectó a  todos".

En cuanto a la cuestión climática, destacó que "es una temperatura ideal, porque no es el calor agobiante de Buenos Aires ni demasiado frío; la presión atmosférica ni la humedad son las de Buenos Aires y el clima marítimo favorece la cría de los caballos para usos deportivos  en buenos campos".

La madurez de un potrillo para polo llega a los 4 años, pero para las carreras se acorta a dos, sin embargo en ambos casos es "fundamental al crianza durante el primer año, ya que todo lo que entre por la boca durante ese primer año redundará en beneficio a futuro", destacó el veterinario.

Uno de los establecimientos de la zona, considerado modelo a nivel nacional, es el haras "Firmamento", perteneciente a la familia Bagó, que sobre la ruta 226 se dedica a la cría de caballos pura sangre, de carreras, con "233 yeguas y una producción de 170 potrillos a la calle por año. Tratamos de incorporar sangre buena y nueva y siempre nos reservamos las hembras", explicó a LA CAPITAL el veterinario José María Coronel, que trabaja en el equipo encabezado por el doctor Cesar Valle.

El servicio, parición y crianza de los animales se realiza a pocos kilómetros de Mar del Plata, pero se los prepara para la venta en otro establecimiento modelo ubicado en City Bell.

Polo

Si bien los grandes clubes de polo y criadores de animales para su práctica se aglutinan en el norte del Gran  Buenos Aires, como Pilar, Open Door y General Rodríguez, cerca de Mar del Plata existe el haras "El Arazá", que se especializa en criar caballos para polo.

Así, en la denominada Cuenca del Salado, Manuel Vismara junto a su hermano y parte de su familia, se dedica a la cría y venta de caballos y, en el marco de la Fiesta Nacional del Potrillo, desde hace tres años organiza una exposición de estos animales. En ese sentido, Palermo es la catedral de la comercialización de los equinos, mientras Mar del Plata y la zona se presenta como la primera parroquia.

"Hace tres años -explicó Manuel- no había nada, empezamos con un grupo de gente y ahora con la muestra se empezó a mover. Vendemos caballos a jugadores, a familias de jugadores y a algunos extranjeros".

A pesar de la crisis mundial -"muchos extranjeros pararon la moto con el tema de las compras", graficó Manuel-, el negocio sigue funcionando, ya que cada ejemplar puede partir de 5 mil dólares hasta llegar a sumar varios ceros de acuerdo su pedigreé. Sin embargo, oficialmente nadie revela cifras del mercado ni especificaciones sobre el total de los animales vendidos. "Cuesta mucho criar un ejemplar así -señaló un especialista- pero en la mayoría de los casos lo recuperás".

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