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27-06-2009

Una ilusión con sustento firme

La vuelta de la Fórmula Uno a la Argentina es posible. Y Mar del Plata es gran candidata a albergar a la máxima categoría de automovilismo mundial.

El conflicto de creciente temperatura entre la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) y la Asociación de Propietarios de Equipos de la Fórmula Uno (FOTA) captó una gran atención en los últimos tiempos. Y alcanzó su pico en la última semana, con la amenaza en ciernes a punto de concretarse: un campeonato paralelo a la máxima categoría, en el que iban a competir las escuderías de mayor predicamento y que, para beneplácito del deporte motor de Argentina, incluía en su calendario una prueba de F-1 en nuestro país.

El acuerdo entre la FIA y la FOTA concretado hace pocas horas para diagramar el reglamento del año próximo, automáticamente -en principio-, abortaba la posibilidad de un Gran Premio en suelo argentino.

Sin embargo, si bien todavía es sólo una posibilidad, hay un atisbo de esperanza. Una esperanza que se llama Mar del Plata, que sería sede de una fecha hacia finales de 2010, con un circuito callejero espectacular y que, tal como se afirmó oportunamente en estas páginas, cuenta con total respaldo del Gobierno nacional. La decisión política está tomada y por ahora el impulso no decae. En el contexto de las múltiples celebraciones previstas para el festejo del Bicentenario de la Revolución de Mayo -el año próximo-, el GP de Fórmula Uno y el Rally Dakar constituyen dos referencias de inocultable valor. Tanto, que el mismísimo Jefe de Gabinete, Sergio Massa, se está encargando de las negociaciones.

Al respecto, el responsable de la comercialización de los derechos de la categoría, el inglés Bernie Ecclestone, ha mostrado comportamientos ambivalentes en sus declaraciones. A tono con su "cintura" política para terciar en el conflicto FIA-FOTA, calmar las aguas y, como siempre, salir bien parado (el que se irá será el todavía presidente de la FIA, el británico Max Mosley).

Hace apenas dos días, Ecclestone indicó que Argentina sólo tenía posibilidades de albergar la Fórmula Uno "si construía un nuevo circuito", descartando de plano el legendario trazado "Juan y Oscar Gálvez", de Buenos Aires. Pero en ocasión del GP de Mónaco, había reconocido que estaba "hablando con Argentina" para hacer aquí un Gran Premio.

De una forma u otra, Ecclestone habló de un nuevo circuito, no de un autódromo, y por lo tanto nada habría objetado con relación a un supuesto trazado callejero en Mar del Plata, el cual, de concretarse, no tendría nada que envidiarle a los más emblemáticos circuitos costeros que haya transitado la Fórmula Uno.

Y además, parte de la infraestructura complementaria necesaria para tamaño acontecimiento, a construirse en la escollera Norte, encajaría perfectamente para concretar el proyecto de trasladar a esa zona los bares y boliches de la calle Alem y transversales.

El apoyo y la decisión política están más firmes que nunca. La ciudad, como es habitual, siempre está bien dispuesta para recibir espectáculos de primer nivel internacional.

Cómo será el trazado

El ambicioso proyecto, a cuyo original tuvo acceso LA CAPITAL, tiene cero improvisación. Fue planificado minuciosamente por el reconocido arquitecto alemán Hermann Tilke, quien ha diseñado y/o renovado diferentes circuitos de la Fórmula Uno por todo el mundo.

Se trata de un dibujo que, según se aprecia en la ilustración adjunta, recorre la zona de Playa Grande, la escollera Norte y la Base Naval.

Para los memoriosos, toma gran parte del trazado en el cual corrió la Fórmula 2 Codasur, el 16 de diciembre de 1984 -triunfo de Guillermo Maldonado- y el 15 de diciembre de 1985 -se impuso Néstor Gurini-, cuya extensión era de apenas 2.180 metros. En este caso, el recorrido se hará en sentido inverso y tendrá una extensión dos veces y media mayor.

Tomando como referencia los radios de giro ideales, serán 5.006 metros de pista, con un ancho que variará entre 12 y 16 metros.

El tiempo estimado de vuelta estará en el orden del minuto y 33 segundos, y la velocidad promedio para completar un giro estará en los 193 km/h. La velocidad punta será de 321,1 km/h., sobre la recta principal, en la escollera norte, yendo en dirección hacia el mar.

En total son 18 curvas, y el circuito trae reminiscencias del famosísimo recorrido enclavado en Long Beach, al sur de Los Angeles, y conocido como el GP de la costa Oeste de los Estados Unidos, aunque aquel era un dibujo mucho más trabado y de tránsito más lento. Allí, en ese trazado californiano, nuestro Carlos Alberto Reutemann logró una victoria en 1978, con Ferrari, y un segundo puesto en 1981, con Williams.

La largada sería sobre la escollera Norte, frente a los boxes y arriba de los cuales se instalará el paddock, el centro de prensa, los centros de transmisión y los controles de carrera. Desde la cabecera de la recta principal (a la altura del Inidep) hasta la curva número uno -un retome de 180 grados a apenas 68 km/h.- son unos 900 metros. Una vez lanzados, los autos llegarán al primer frenaje a más de 320 km/h.

El regreso será por el lado interno de la escollera, donde se alcanzarán otra vez los 300 km/h. para luego frenar (a 177 km/h.) y girar a la izquierda hacia otra larga recta, dentro de la Base Naval, que desembocará en un sinuoso de cinco curvas de baja y media velocidad. El retorno será por la mano derecha de la recta de la Base y, antes de comenzar la trepada, una chicana hará cambiar de mano para ingresar en la zona más trabada, que incluye el paso por la rotonda del Golf (a menos de 70 km/h.). Luego se circula por la parte superior del Boulevar Marítimo Patricio Peralta Ramos hasta una horquilla de 60 km/h. situada apenas pasada la calle Primera Junta, para descender por el paseo Celso Aldao y, tras las dos últimas curvas a la izquierda, ingresar a la recta principal.

Las tribunas se ubicarían a lo largo de la mayor parte del circuito, en muchos casos sobre la orilla misma del mar, de espaldas al agua. La capacidad de esas gradas permitiría albergar nada menos que 79.250 espectadores.

Se recuerda que la última vez que la Fórmula Uno visitó el país fue el 12 de abril de 1998. En esa ocasión, en el autódomo "Oscar Alfredo Gálvez", de Buenos Aires, triunfó el alemán Michael Schumacher (Ferrari).