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05-07-2009

Investigadores de la UNLP diseñaron una trampa mortal para vinchucas

La Organización Mundial de la Salud estima que el Mal de Chagas-Mazza afecta entre 16 y 18 millones de personas. En la Argentina se calcula que hay 2 millones de infestados y que mueren 10 personas por semana.

por Pablo A. Holzmann

LA PLATA (Corresponsal).- Un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de La Plata lograron desarrollar una trampa para atraer, infestar y matar vinchucas, mediante la utilización de hongos con capacidad bioinsecticida que tienen la particularidad de contaminar a estos insectos, vectores del Mal de Chagas-Mazza.

La trampa puede ser colocada en las viviendas infestadas sin ningún riesgo para la población, y funciona como sustituto o complemento de las técnicas tradicionales que se utilizan para combatir la vinchuca, como el rociado domiciliario con insecticidas químicos.

Los investigadores experimentaron con insectos resistentes a los productos químicos, y elaboraron las trampas con hongos entomopatógenos, microorganismos que pueden parasitar a diferentes tipos de insectos y ácaros y que se encuentran en hábitats naturales, terrestres o acuáticos. Las pruebas demostraron que el hongo es altamente efectivo para controlar las poblaciones de vinchucas.

Las trampas de atraccióninfección tienen además otras ventajas comparativas como el bajo costo de producción y de aplicación; su colocación no requiere personal especializado, ni indumentaria especial (sólo guantes) y tampoco es necesario desocupar las viviendas a tratar.

El producto, que está en proceso de patentamiento en el Instituto Nacional de la Propiedad Intelectual y ha superado todas las fases de prueba en laboratorio, fue desarrollado por científicos que pertenecen al Instituto de Investigaciones Bioquímicas de La Plata (Inibiolp).

"La trampa fue probada con éxito en ensayos a campo en colaboración con la Coordinación de Gestión Epidemiológica de la provincia de Salta", explicó la directora del Instituto, María Patricia Juárez.

"Donde se colocaron los "atrapavinchucas", se logró más de un 50% de mortalidad de los insectos detectados en viviendas rurales de la frontera argentino-boliviana, con elevados índices de infestación con vinchucas resistentes a insecticidas químicos piretroides", describió.

El Inibiolp funciona en la facultad de Ciencias Médicas de la UNLP, y la doctora Juárez cuenta con la colaboración de los investigadores Nicolás Pedrini, Sergio Mijailovsky y Juan Girotti. El proyecto contó también con la participación de Raúl Stariolo, de la Coordinación Nacional de Control de Vectores, de Córdoba; de Rubén Cardozo, del Instituto Experimental de la facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional de Salta, y de Alberto Gentile, del área de Gestión Epidemiológica del Ministerio de Salud Pública salteño.

Cómo funciona

Las trampas se colocan en un número de 4 a 6, distribuidas en los techos, pisos y otros lugares de los ranchos. El insecto ingresa a la trampa atraído por los atractantes. Allí la vinchuca entra en contacto con el bioinsecticida y regresa al nido infestada con el hongo. El insecto infestado puede contagiar a otros por contacto, potenciando así el efecto letal.

La doctora Juárez contó que la trampa para insectos hematófagos, que son los que chupan sangre, frecuentemente vectores de enfermedades infecciosas, tiene su origen luego de décadas de investigación. Y que antes del desarrollo particular de la trampa, las experimentaciones científicas que realizaron en el Inibiolp lograron determinar que la cutícula (cubierta exterior) de vinchucas resistentes a insecticidas tradicionales es significativamente más gruesa que la de insectos susceptibles a estos químicos.

Los científicos evaluaron en laboratorio y en pruebas de campo la capacidad bioinsecticida del hongo Beauveria bassiana’ contra el insecto. Además lograron aumentar la virulencia del hongo al favorecer la penetración a través de la cutícula, tanto de insectos susceptibles como resistentes a insecticidas piretroides.

La directora de la investigación destacó que "este método sería una alternativa efectiva para la eliminación de los vectores de la enfermedad de Chagas resistentes a insecticidas químicos. Es además ecológicamente aceptable, de bajo costo y fácil manipulación, con un alto potencial de transferencia para su aplicación inmediata en programas de control".

"Para su implementación -aclaró Juárez- se requiere previamente contar con la aprobación de la autoridad sanitaria correspondiente, para lo cual es imprescindible que el Ministerio de Salud de la Nación verifique la eficacia y bioseguridad del producto y su utilización".