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20-07-2009

"La pesca industrial es como una guerra contra los peces"

El doctor en biología Daniel Pauly es uno de los especialistas más contundentes al alertar la crisis de los mares por la sobrepesca. Y apunta contra la pasividad de los gobiernos.

"La pesca industrial se debe a las subvenciones, pero eso no va a durar", aseveró el doctor Daniel Pauly en una entrevista concedida recientemente a la revista del diario El País, de España, en la que también relativizó las bondades para la salud del consumo de pescado y alertó que los próximos 10 años decidirán el futuro de la civilización.

El experto en pesca, mares y conservación oceanográfica, estuvo en la Madre Patria como presidente del jurado del Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Ecología y Biología de la Conservación, oportunidad en la que concedió la entrevista que, en esta sección se reproduce parcialmente.

"Puedo decir que mi actitud sobre la conservación del medio ambiente es intelectual, no emocional. Las cosas tienen que cambiar. Y para hacer espacio a las nuevas ideas, las cosas viejas tienen que destruirse, hay que ser iconoclasta", dijo.

Su especialidad son los recursos pesqueros y el deterioro de los ecosistemas marinos. "En estos momentos el 30% de las capturas pesqueras en todo el mundo son ilegales. Desde 1950, el consumo de pescado se ha quintuplicado en el mundo, pero sólo un 0,7% de los océanos están protegidos, frente al 10% de los bosques. Las flotas pesqueras superan el 40% de su capacidad en relación con los recursos, y el 88% de las reservas pesqueras sufren sobrepesca", enumera antes de denunciar "la permisividad de los Gobiernos al permitir ciertas prácticas" y asegurar que, "si no se crean enseguida nuevas áreas marinas protegidas, pronto no podremos pescar más que medusas". Eso, sin contar las consecuencias que esta presión ejerce sobre los ecosistemas marinos y, en buena lógica, sobre el cambio climático.

"No acepto que soy pesimista y menos extremista, no quiero aceptarlo, los que dicen eso tienen muchas veces una visión local de la pesca y no ven la situación global. Yo digo que la pesca como la practicamos ahora, la pesca industrial, es como una guerra contra los peces, y ganar esta guerra significa que los peces van a desaparecer. La sostenibilidad es no pescar todo lo que hay. Antes no se podían pescar todos los peces porque estaban demasiado profundos o entre rocas, pero ahora, con los sistemas electrónicos y los grandes barcos podemos atacar cada pez, no pueden escapar. Esta capacidad tecnológica implica una necesidad de áreas prohibidas que no es diferente a lo que teníamos antes cuando no podíamos llegar a todos los sitios. No podemos utilizar toda la tecnología que tenemos para pescar. Es lo mismo que cazar conejos con tanques, es una tontería. Se trata de establecer un equilibro entre los cazadores y lo que se caza. Una pesquería artesanal podría exportar los recursos pesqueros de la plataforma continental sin la destrucción y los enormes costes que implica una pesquería industrial".

En el artículo el experto explica que la razón por la que ahora tenemos una pesca industrial son las subvenciones y el precio bajo del combustible. "Hay una patología, la de la energía barata, que hace posible pescar como pescamos, pero no va a durar, y el aumento del precio del combustible supondrá que será imposible pescar con estos barcos enormes. No es mi opinión, es una reestructuración que ya ha empezado. Los políticos pueden hacer dos cosas. Una, luchar para mantener la situación actual, lo que significará más subvenciones para destruir más empleo y recursos, que es lo que ocurre ahora. Por ejemplo, en España, los pescadores tradicionales pierden sus empleos porque no pueden competir con las grandes flotas. No son los ecologistas los que destruyen empleos en la pesca, son las grandes empresas. Y lo otro que se puede hacer es utilizar las sumas de las subvenciones para facilitar una reconversión que es inevitable, como pasó con la minería".

Más adelante recuerda que "el 0,7% actual de zonas protegidas es una zona pequeñísima de los mares, los espacios que teníamos hace 20 ó 30 años libres de pesca eran mucho mayores. Si nos negamos ahora a adoptar soluciones fáciles, eso implica que luego serán mucho más duras. Pasa igual con la salud, si una enfermedad la coges al principio es más fácil tratarla que cuando está avanzada. Discutir con los negacionistas pesqueros, como ha pasado con el cambio climático, es completamente inútil. Decir que la pesca no tiene efecto sobre los ecosistemas y que todo está bien es una tontería. Pero se pueden identificar los intereses económicos que tienen algunos científicos, y cuando una persona tiene un interés directo para mantener una situación, automáticamente queda descalificada. No se puede ser juez y parte".

Zonificación de los océanos

En cuanto a la creación de reservas, considera que "no podemos decir: vamos a crear nuevas reservas y hacer en el resto, en el mar libre, todo tipo de desmanes, no tiene sentido. Hay que zonificar los océanos y en cada zona tener una gestión adecuada. Ahora todos los técnicos comprenden que esta zonificación es necesaria. Parece que nos resulta más fácil entender esa situación en la tierra, quizá porque podemos ver lo que pasa, su enorme deterioro, pero en los mares no. Voy a decir algo que puede parecer exagerado: si no atacamos el problema del calentamiento global vamos a entrar en problemas para nuestra propia civilización. Y los próximos 10 años decidirán lo que va a pasar con nuestra civilización. No son las pesquerías, es el clima. Y tenemos que decidir desarrollar reglas como parte del ajuste para nuestra supervivencia sobre el planeta Tierra".

Para Pauly la pesca contribuye a los gases de efecto invernadero con un 1%, "no es mucho, pero también es una cantidad que debe reducirse porque más de la mitad de esas emisiones son inútiles. Otros efectos son que cambia los ecosistemas al provocar el crecimiento de algas, algunas muy peligrosas y dañinas, y también alienta el crecimiento de zonas donde no hay oxígeno, zonas muertas que están especialmente vinculadas a las actividades pesqueras. La gente puede pensar que se debe a sustancias fertilizantes que vienen de la tierra, es así, pero también está causado por la actividad pesquera, que cambia la vida del sistema ecológico y contribuye a efectos del calentamiento climático. En realidad, el calentamiento global representa una oportunidad para rehabilitar el planeta y parar la destrucción. Lo que hemos hecho hasta hoy con las zonas pesqueras es destruir los recursos, y tenemos que aprender a coexistir con la naturaleza".

Modas culinarias

Las modas culinarias, como la actual del sushi y los pescados en general son "peligrosas en parte", dice Pauly. "El consumo de mucho sushi es un problema, por ejemplo, el atún y otros pescados acumulan mercurio y otros elementos que no son buenos para el hombre. Otra cosa es el mito de que los pescados son buenos para la salud a partir de su omega 3, y esto es una moda. Nosotros hemos hecho en Toronto, con otros científicos, un estudio que se ha publicado en Medical Journal of Canadian Asociation, y parece que la evidencia de consumir determinados pescados para una buena salud no está tan clara, sino que es otra moda. Si una persona tiene una alimentación equilibrada, este aumento de omega 3 no hace un efecto especial".