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09-08-2009

En Mar del Plata se radican, en promedio, 18 europeos por mes

Es por razones económicas y culturales, al considerar al país y la ciudad como contextos favorables para una rápida integración. También volvieron muchos marplatenses emigrados tras la crisis de 2001.

El dato brindado por la Dirección Nacional de Migraciones, Delegación Mar del Plata, señala que en lo que va de 2009 se han radicado en la ciudad 18 europeos por mes, la mayoría adultos mayores, aunque también otros que aún están en la etapa productiva y decidieron invertir en el país. Asimismo, en este mismo período han tramitado la residencia 29 estadounidenses, en este caso, la mayoría son hijos de argentinos emigrados tras la crisis del 2001, cuyos padres decidieron volver al país.

La República Argentina transitó varios períodos donde el incesante flujo de inmigrantes engrosaron el factor demográfico, ayudaron a generar un perfil de crisol de razas e impulsaron el crecimiento cultural y el desarrollo productivo, a lo largo de los siglos XIX y XX.

Si bien este flujo se vio interrumpido luego de la Segunda Guerra Mundial (al menos en las proporciones que había experimentado previamente), nunca dejaron de venir extranjeros a radicarse a estos lares.

Lo curioso del caso es que en la actualidad parece haberse reactivado la inmigración, aunque con peculiaridades que llaman la atención, por la procedencia de los extranjeros: En los últimos años aumentó la cantidad de europeos que decidieron afincarse aquí, la mayoría provenientes de la zona occidental de ese continente, y sobre todo adultos mayores que se radicaron en el país por la ventaja del cambio de la moneda, la riqueza cultural del país y el trato cálido de los argentinos, entre otras razones.

El panorama en la ciudad

"Si bien el gran flujo migratorio es de países limítrofes, de los estados del Mercosur y asociados, siempre se recibió a gente europea y esa tendencia continúa. No será en gran cantidad, pero es firme. En lo que va del año en esta delegación hicieron el trámite de residencia 37 españoles (otros cinco están en trámite), 18 italianos, 7 franceses (más otros cuatro en tramitación), 8 alemanes y 29 estadounidenses", informó Fernando Scarpatti, delegado local de Migraciones.

"También hay europeos que vienen de Dinamarca, Holanda, Irlanda, Bulgaria y Rumania", especificó. "El promedio da 18 personas por mes", añadió.

El perfil de los inmigrantes europeos es, en la mayoría de los casos, pensionistas que se radican aprovechando la ventaja en el cambio de la moneda y tienen más de 60 años. Aunque también hay otros que vienen con sus grupos familiares.

"Dos de los franceses llegados son ingenieros que estuvieron antes de la Guerra de Malvinas asesorando a los argentinos para armar los misiles Exocet. También hay canadienses y estadounidenses, más que nada en la zona rural, con inversiones en el campo", señaló Scarpatti.

"Las principales razones por las que vienen a Mar del Plata es el cambio de la moneda (generalmente tienen ingresos por haberes previsionales netamente superiores al promedio argentino, de 2.000 a 3000 euros), más las bondades geográficas de la ciudad y el hecho de que haya muchas comunidades extranjeras (lo que facilita la integración), incluso varias de italianos y españoles con instituciones regionales que los representan.

"Ahora las comunicaciones son más sencillas e inmediatas. Para venir al país pidieron información en las embajadas o consulados, consultaron por internet o, en el último de los casos, tienen familiares o amigos en el país que los asesoraron", explicó el funcionario de la delegación local de Migraciones, sobre las vías elegidas para cerciorarse sobre las características de la ciudad y el país.

"Quienes están en la etapa productiva hacen inversiones que, si bien no son importantes, tienen el propósito de ir generando puestos de trabajo. La mayoría apunta al mercado inmobiliario. Está claro que Mar del Plata es una comunidad abierta y hospitalaria y permite una más sencilla integración", apreció Scarpatti.

Por otra parte, el funcionario reveló que el año pasado llegaron al país alrededor de 800 senegaleses. "Responde a circunstancias puntuales. En este caso vinieron como refugiados bajo la protección del Acnur. "Se estudia su situación migratoria y si corresponde, se les da la residencia. Mientras tanto, pueden trabajar bajo contralor directo de Migraciones e indirecto del Acnur", explicó Fernando Scarpatti.

"La política argentina es de receptividad, de atraer migrantes, tratar de solucionarles los problemas; no es expulsiva. Se promueve la radicación. Por ello, también hay muchos asiáticos, incluso más que de Europa", apuntó el delegado local de Migraciones.

"Nos sentimos muy queridos"

Salvatore Sanna tiene 41 años y vino desde la isla de Cerdeña con su esposa Doménica, de su misma edad, y sus tres hijos de 13, 10 y 7 años. En marzo de 2007 llegó para "recorrer el país y conocer a su gente" y luego decidió invertir en un complejo de cabañas en el lugar elegido para fijar residencia: el apacible balneario de Valeria del Mar, en la costa atlántica bonaerense.

Resulta cuanto menos curioso que europeos elijan el país para vivir (por la razón que sea) cuando está instalado en el imaginario colectivo de los argentinos la idea de emigrar, motorizado por el anhelo de "un (supuesto) futuro mejor".

"Con la globalización ningún país está ajeno a padecer una crisis y nosotros vimos que la economía argentina tenía que desarrollarse sí o sí después de 2000. Vinimos acá porque los argentinos son muy amables y cálidos, y hay un gran nivel cultural; no parece un país del Tercer Mundo y el perfil europeo que tiene nos atrajo", señaló Salvatore, a cargo de un complejo de cabañas. "Mi mujer era tapicera en Italia y puso un comercio de lo suyo acá. Nos va bien y vivimos en un ambiente tranquilo, muy relajado", aseguró. "No extrañamos para nada, estamos bien acá, hay una gran calidad de vida", recalcó.

Salvatore asegura que en Italia en particular y Europa en general "hace como 30 años se perdió la libertad de moverse como uno quiere. El sistema es más rígido. En cambio acá no ocurre eso. Allá, la sociedad es más estructurada y la plata que ganás no te da las satisfacciones que encontramos en la Argentina. En cambio, acá se puede trabajar y, a la vez, disfrutar la vida".

Desde su visión de extranjero, Salvatore aporta cierta radiografía del ser nacional: "El país, dentro de todo, funciona. Pero el argentino, si bien es muy amable, se queja mucho. De todos modos, tiene una gran capacidad de transformarse, es como un camaleón que se adapta a las circunstancias y siempre va para adelante. Si en Europa vivieran las crisis que hubo acá, nadie sobreviviría", exageró.

Cuando llegó al país, en marzo de 2007, Salvatore presenció en Capital Federal una manifestación de veteranos de Malvinas donde hubo varios heridos. "En Italia estuvieron como un mes y medio con ese tema y me dieron a entender que éste no era un país seguro, pero yo les expliqué que en una ciudad de 3 millones de habitantes, eso no es nada. Allá hay mucha ignorancia respecto a lo que pasa acá", sentenció.

Los emigrados que volvieron

A partir de la gran crisis de fines de 2001, muchas parejas y jóvenes emigraron a Europa y los Estados Unidos. "A partir de 2004 y 2005 empezó a notarse un incremento de gente que vino desde Norteamérica para acá otra vez. Los que figuran como estadounidenses son, ni más ni menos, que hijos de argentinos nacidos allí, aunque no todos. Son chiquitos de 3 ó 4 años", explicó el delegado local de Migraciones, Fernando Scarpatti. "Quizás la situación no habrá sido como ellos imaginaban, y por eso regresaron. Entonces, tienen la obligación de radicar a sus hijos porque son ciudadanos extranjeros", añadió.