La problemática de accidentología vial es un tema que no puede esperar a resolverse con el cambio integral de la red de carreteras en dos años, renovación total del parque vehicular y un sistema de educación y preparación estricto para los jóvenes que saquen el carnet de conducir.

"Aunque un país no tenga una estructura clara de seguridad vial, si puede hacer campañas fuertes atacando los tres puntos básicos -control de velocidad, uso de cinturón y consumo de alcohol- y sancionar" aseguró Jacobo Díaz Pineda, presidente del Instituto Vial Iberoamericano y director general de la Asociación Española de la Carretera. "Sancionar fuertemente tiene rechazos, pero funciona y es tentador y recomendable" aseguró el especialista, quien no obstante aseguró que ése es el primer paso de una política que debe ser de Estado, estructural y a muy largo plazo.

"En materia de seguridad vial, en Europa se dio un paso al frente hace algunos años, marcando objetivos muy claros. Se planteó reducir los muertos en un 50% en 10 años. Ese fue el desencadenante de un conjunto de actuaciones en todos los países. En el 2001 nos parecía inalcanzable sin embargo se fueron haciendo políticas ambiciosas, coordinadas, integrales y fueron funcionando".

En ese marco entendió que en América Latina falta "dejar de ver la seguridad vial como una guerra entre el factor humano, vehículo e infraestructura, empezar a verlo como un todo y ordenado desde la coordinación normativa. Hasta que no haya un compromiso político al máximo nivel" no se logra "que se haga creíble que puede haber una política de seguridad vial seria". La creación de una Agencia Nacional de seguridad vial, fue considerada fundamental para lograr eso. "En Europa hemos visto que es una fórmula razonable, parece que ahora en Iberoamérica empieza a tomar sentido". Falta "fijarse objetivos claros, dar presupuestos adecuados y mantener la dinámica en el tiempo".

El trabajo debe ser "sistemático, hasta conseguir que el usuario sea consciente de su responsabilidad, que se acepten cambios normativos, que las infraestructuras se mantengan en niveles de seguridad adecuados y que se produzca una mejora del parque vehicular. Al final tiene que mejorar todo".

"Hoy en España, uno de cada 3 muertos en accidentes no utiliza el cinturón de seguridad, el infractor, es el que tiene más problemas. Pero hay un componente de peligrosidad y hay que estar trabajando toda la vida sobre el tema" aseguró Díaz Pineda.

En cuanto a las cuestiones de infraestructura vial en Argentina, observó que "está habiendo una evolución. Se empiezan a abandonar las carreteras de ripio, que dan muy bajo nivel de servicio, a asfaltar las redes" pero aclaró que "se empiezan a tener problemas serios de mantenimiento en la gran red de carreteras convencionales de dos carriles".

"Los países llegan a tener 5% de red espectacular y 95% en estado deficiente, eso no puede ser, hay que ser capaz de compatibilizar, porque una carretera que no se conserva hoy necesita 5 veces más de dinero dentro de 3 años por conservación ordinaria y dentro de 5 años 25 veces más para conservación de gran reposición" advirtió.

En ese marco entendió que "cuando construye carreteras un país está invirtiendo en un patrimonio enorme y no puede dejarla morir antes de la vida útil para la que fue diseñada -25 años-".

En cuanto al gran auge de las autopistas, señaló que "es imposible para un país de la extensión geográfica como la de Argentina".

"Hasta una Intensidad Media Diaria (IMD) de 15 mil vehículos funcionan las carreteras de dos carriles más uno, no tienen que ser autovías. Es irreal que un país se pueda permitir el lujo de tener todas las capitales conectadas por autovía. Esto va para los corredores por los que se mueven mercancías y y personas".

"Una carretera convencional, bien mantenida, señalizada, balizada, con contenciones, segura, es eficiente y cumple la función, pero no podemos pedir que se pueda ir a 130 kilómetros por hora" aclaró.

Congreso Iberoamericano

Jacobo Díaz Pineda se refirió al Congreso Iberoamericano de Seguridad Vial que se realizará el año próximo en Argentina, organizado por la Asociación Argentina de Carreteras, el Instituto Vial Iberoamericano y auspiciado por la Agencia de Seguridad Vial. El importante evento también podría realizarse en Mar del Plata.

"Es un buen momento, una vez que se ha dado en el país el paso estratégico de empezar a hablar de investigación, desarrollo, necesidades, que se hace bien, mal. Argentina es un foro de atracción y tiene infraestructura para este tipo de encuentros numerosos" aseguró.