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19-09-2010

Llega la época de las mariposas

No sólo tienen la función de hacer aún más lindo el paisaje primaveral y veraniego, sino que prestan un servicio ambiental importantísimo por estar ligadas a todas las relaciones ecológicas, en particular, las vinculadas a las plantas.

Si hiciéramos un ranking de los seres de la naturaleza más cosmopolitas, sin lugar a dudas, las mariposas encabezarían la lista, debido a ue ejercen una gran atracción en la mayoría de las personas, sin distinguir sexo y edad. Este encantamiento se centra principalmente en una apreciación estética de su existencia libre, efímera, su gracia y colorido. Por otra parte, siempre se las asocia a las flores, otro parámetro de belleza. "Pareciera que tanto unas como otras tendrían como función solamente deleitarnos. Sin embargo, estos bellos insectos prestan un servicio ambiental importantísimo por estar ligadas a todas las relaciones ecológicas, en particular, las vinculadas a las plantas" apreció el doctor Juan Luis Farina, responsable del área de Entomología del Museo de Ciencias Naturales Lorenzo Scaglia.

Con motivo de la llegada de la primavera, época en la que empiezan a aparecer las mariposas, el especialista elaboró un informe acerca de las mariposas de la región sudeste de la Provincia de Buenos Aires, especialmente de Mar del Plata y alrededores, que compartió con LA CAPITAL.

Las mariposas y polillas son insectos que pertenecen al Orden Lepidoptera (significa, alas cubiertas con escamas), que cuenta con 150.000 especies en todo el mundo. En este grupo, la coloración ha alcanzado el grado más elevado de especialización. Los adultos viven a expensas del néctar de las flores, pero también se alimentan de las exudaciones de árboles, frutas maduras y otros jugos azucarados. En tanto, las larvas, en su gran mayoría, son fitófagas y se alimentan de las hojas de las plantas, aunque las hay comedoras de semillas, madera, raíces y predadoras, entre otras excepciones.

En Mar del Plata y la zona del sudeste bonaerense, "recién están apareciendo algunas especies de mariposas" -las "vanesas" son un ejemplo-, pero aún no hay una actividad importante". Según indicó, los avistajes "se irán incrementando a partir de octubre, cuando comience a elevarse la temperatura.

En estos días ya hay larvas de Heliconisa, pero pequeñas. "estimo que para febrero vamos a tener una población importante de estas mariposas".

En tanto en la zona de San Clemente (Punta Rasa, tapera de López) "las cortaderas están muy comidas por las larvas. Es que estuvo lloviendo mucho y eso favoreció al crecimiento de las plantas, por ende, mayor disponibilidad de alimento", explicó.

Mariposas y conservación

Desde hace algo más de una veintena de años, desde el seno del Área Entomología del museo, Farina viene llevando a cabo un relevamiento de insectos del sudeste bonaerense, con el propósito de proporcionar información original acerca de la biodiversidad del grupo en él área mencionada y a los fines de disponer de un inventario, a escala local, que pueda aportar elementos para la identificación, monitoreo y evaluación de los ecosistemas de la zona, considerando el alto valor de las insectos como bioindicadores de diversidad y estado del ambiente. Los resultados de esta investigación reportaron 182 especies de Lepidoptera: polillas (el nombre técnico es Heterocera): 135 spp, mariposas (el nombre técnico es Rhopalocera): 47 spp. Gran parte de ellas son citadas por primera vez para el área de estudio. Este es un número elevado de especies, considerando la latitud sur y el clima de esta zona, teniendo en cuenta que para la provincia de Buenos Aires, otros investigadores han reportado aprox. 200spp de Rhopalocera, la gran mayoría de origen amazónico y chaqueño y presentes en el área nordeste de la provincia, correspondiente a la selva marginal de la rivera platense, donde el clima es más cálido y húmedo.

El análisis de los resultados de este relevamiento demuestran que un altísimo porcentaje de las mariposas halladas son de abolengo tropical. Este resultado es congruente con otros grupos de insectos muestreados y estudiados a partir del mencionado relevamiento. ¿A qué obedece esta distribución de insectos y, en particular, las mariposas? La respuesta está dada en la historia y composición de la cubierta vegetal.

Vegetación del sudeste

La observación ligera de la vegetación de éste área que, en términos generales estaría enmarcada dentro de la depresión del Salado, da idea de una gran uniformidad. Pero cuando la recorremos a otro nivel de escala, más pequeña, como quien dice palmo a palmo, descubrimos la existencia de diversas comunidades vegetales que se reparten por toda el área y que se alejan al esquema general de la cubierta dominante. A partir de esta observación debemos diferenciar la flora exótica de la autóctona. El término exótico alude a aquellas especies que fueron introducidas de otros lugares (pueden ser regiones geográfica, continentes, etc.), principalmente por la mano del hombre. Basta con fijarse en derredor, está lleno de ejemplos. Entre las especies arbóreas: pinos, eucaliptos, acacias, abedules, olmos, álamos, plátanos, palmeras, etc, etc., algunos ejemplos que encabezan una larga lista. Lo mismo ocurre con las flores más comunes de nuestros jardines: rosas, malvas, malvones, jazmines, etc., y otras tantas plantas arbustivas y gramíneas, que han sido introducidas accidentalmente. En contraposición, tenemos la flora autóctona, sinónimo de nativo, prístino, la original. Dentro de ella, hay que distinguir:

Vegetación zonal: depende única y exclusivamente de las condiciones climáticas de la región. La pradera de flechilla, la de paja colorada o el cortaderal, son los ejemplos.

Vegetación azonal: depende sólo de las condiciones del suelo. Pertenece la pradera húmeda, la salada, el espartillar, el hunquillar, el espadañal, el totoral el duraznillar y la vegetación de los médanos.

Vegetación extrazonal: independiente del clima, tiene su zonalidad en otra región, como el talar.

Las comunidades mencionadas no abarcan un área perfectamente delimitada, sino que, dadas las variaciones del microrrelieve, alternan unas con otras, formando un verdadero mosaico.

El hada del cortaderal

La vegetación característica de "la pampa", es la estepa de gramíneas. La "cortadera", también llamada "cola de zorro" (Cortaderia selloana), es una hermosa gramínea nativa, cuyas presencia ocupa extensas áreas que forman parte de las comunidades vegetales prístinas de la zona. A expensas de esta planta se desarrolla una de las mariposas más enigmáticas de nuestra fauna: la Heliconisa (Heliconisa pagenstecheri). Si bien es considerada una especie rara en toda su distribución, que se extiende desde el sur de Brasil, Uruguay y Argentina, en esta latitud y, particularmente en Mar del Plata, es una especie común, que se observa volar en el ambiente durante febrero y marzo. ¿Cuál es su particularidad? La Heliconisa es en realidad una polilla, aunque a diferencia de sus congéneres crepusculares y nocturnos, sus hábitos son netamente diurnos. Son de gran tamaño, con una envergadura alar que sobrepasa los 10cm y los machos ostentan sus grandes alas desprovistas de escamas, que se desprenden durante el vuelo, hecho por el cual en algunos parajes se las conoce por el nombre de "mariposas transparentes". A diferencia de los machos, las hembras no pierden sus escamas, tienen una coloración pardo rojiza y pasan gran parte de su corta vida ocultas en la planta hasta que son fecundadas. Luego de depositar los huevos, puede volar, aunque generalmente son vuelos rasantes entre la vegetación. Viven aproximadamente 10 días y no se alimentan, ya que su aparato bucal está atrofiado. Esta diferencia de coloración y de hábitos provocó muchos enredos y confusiones entre destacados naturalistas del siglo XIX, habiéndolas citado originalmente a machos y hembras como especies diferentes.

Es muy común observar estas comunidades en toda la costa atlántica, La reserva Natural del Puerto, y hasta en baldíos como en jardines de Mar del Plata. Por su gran tamaño y bellísimo aspecto ha sido cultivada con fines ornamentales en muchas partes del mundo, habiéndose naturalizado en algunos sitios, como en Nueva Zelanda donde se conoce bajo el nombre de "pampas-grass". No obstante aquí, en su patria de origen, muchas veces se la combate, principalmente a fuego, debido a que existe la creencia que alberga "alimañas", cuanto que estas plantas ofrecen refugio y alimento desde antaño a muchas especies autóctonas de animales entre los que se cuentan ranas, ratones hocicudos, cuises y aves, además de infinidad de insectos y arácnidos.

Un poco de historia

La vegetación original de Provincia de Buenos Aires es muy estable. Sobre ella impactaron durante centenares de siglos el fuego, las inundaciones, las heladas y las sequías. Los animales también se nutrieron de ellas durante generaciones. A pesar de ello, la estabilidad se mantuvo ya que, constantemente, el daño fue reparado por la naturaleza.

El establecimiento en 1536 de los españoles en Buenos Aires, trajo consigo una transformación paulatina de la vegetación pampeana. La caballada traída por Pedro de Mendoza, al igual que los vacunos introducidos más tarde por Juan de Garay, se multiplicaron cada vez más y fueron penetrando en el territorio de la provincia y por su tamaño y su número cada vez mayor, influyeron mucho más que las especies de herbívoros indígenas. En estas épocas, el fuego inducido para acorralar animales y el ganado cimarrón han sido los dos factores que actuaron preponderantemente en la modificación de la vegetación.

Durante toda la época colonial, la agricultura no tuvo mayor influencia sobre la vegetación, ya que todo el territorio al sur del Salado era dominio de los indígenas. Aún al norte, los cultivos eran limitados y se hacían en los alrededores de las poblaciones. No obstante, esa exigua agricultura trajo consigo la introducción de malezas y otras plantas que fueron invadiendo cada vez más el territorio.

En la época colonial, según las crónicas, existieron montes de durazneros en los alrededores de Buenos Aires e igualmente en los pueblos que se iban formando. En 1810 se ordenó la formación de bosques alrededor de Buenos Aires. El ombú, tan nombrado en la literatura rioplatense, es una especie autóctona, pero no de la pampa propiamente dicha, sino de la franja con talares próxima al río de la Plata, hasta Magdalena.

La forestación de la pampa, en mayor escala comenzó alrededor de 1870. Sarmiento trajo al país, en 1858 las primeras semillas de Eucalyptus y las repartió entre varios estancieros amigos, para que las cultivaran en sus estancias y quintas de veraneo.

Con la agricultura y la ganadería extensivas e intensivas, se rompió ese equilibrio. Es decir, que hasta un poco antes de la llegada del ferrocarril (1860), se puede considerar a la vegetación de la depresión, por lo menos al sur del río Salado, como vegetación natural real. Al norte del río Salado, esa vegetación natural se encontró destruida, modificada o reemplazada hacia 1820, dando origen a la vegetación cultural.

Si bien existen escasos registros, sobre la vegetación primitiva de esta parte de la provincia de Buenos Aires, puede suponerse que no difería en mucho de la actual. Los viajeros de fines del siglo XVIII y principios del XIX, no eran naturalistas, sino militares, misioneros y comerciantes y sus observaciones se refieren más bien a aspectos generales del país. Las primeras noticias sobre la vegetación de la depresión se encuentran en la obra de Thomas Falkner: A description of Patagonia, publicada en Hereford, Inglaterra, en 1774. Falkner viajó de Buenos Aires a Sierra de los Padres, a lo largo de la costa. Hace una breve descripción de las lagunas de Chascomús y alrededores hasta el Salado. Cita bosques de tala sobre el Salado, a 40 km de su desembocadura. Menciona, entre otros, los talares de General Lavalle y Laguna de los Padres (llamada entonces "laguna de las Cabrillas". "Sobre los bordes de estas lagunas hay bosques muy espesos de tala y saúco?". Comenta asimismo los currales de la mencionada laguna y el paisaje de Mar Chiquita y de los arroyos que desembocan en la laguna.

En resumen: desde la llegada de los españoles hasta nuestros días, la vegetación ha sufrido, en los primeros 450 años, la influencia del pastoreo, y en los últimos 200, los del pastoreo y la agricultura combinados.

Reflexiones

El desarrollo de las ciudades trae como consecuencia un modelo que no respeta las condiciones originales del ambiente. El hombre trata de poner un poco de orden en la naturaleza: elige y favorece las plantas y animales que más le convienen para satisfacer sus necesidades. A lo largo de la historia, este proceso ha ido cambiando de acuerdo con la cultura, por ende, el hombre ha ido cambiando en menor o mayor grado el paisaje original. Esta priorización de las formas de vida "a conveniencia" para obtener más rentabilidad, es una "función de orden" que hace lineal al mundo natural al reducir las opciones, trayendo como consecuencia una reducción de la biodiversidad.

Las mariposas están estrechamente ligadas con la vegetación autóctona, ya que las larvas de la mayoría de los lepidópteros son vegetarianas. Por ende, cualquier alteración de la cubierta vegetal nativa tendrá un impacto en su fauna asociada, la ausencia o presencia de las especies originales y sus ensambles, nos dará una radiografía de ese ambiente, en cuanto al grado de naturalidad o alteración que presenta.

"Como nos creemos seres superiores en la naturaleza, la menospreciamos (naturaleza es sinónimo de espontáneo, de equilibrio dinámico, de aire puro, agua limpia, de orden natural que rige a todos los seres vivos). Afortunadamente, en nuestros días hay indicios de que existe una tendencia de cambio respecto a los valores sociales, en lo que se refiere a la protección del medio ambiente. Se ha producido un cambio de conciencia pública en la mayoría de los países industrializados. Urge un proceso de reconciliación con el ambiente: nuestro compromiso sería que ante cada acción hacia él tendríamos que evaluar, si esto lo perjudica o beneficia. Para lograr ello, es imprescindible conocer la composición de la fauna como de la flora y de su historia, éste es el desafío" aseveró el entomólogo.