por Gustavo Visciarelli

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"La restinga es la continuación de una cadena montañosa que se mete en el mar. Es una zona de roca sólida, tapizada de anémonas, de algas, de pasto marino y muy llena de vida. Es el plegamiento más antiguo de mundo, está muy roto y entonces tiene huecos y cuevas, muchos lugares donde los peces se pueden esconder. Entonces se genera gran cantidad de vida". José Sanjurjo -presidente del Centro de Actividades Submarinas Escualo (CASE)- describe de tal manera un oasis subacuático que nace a sólo 600 metros de la costa, frente al Faro de Punta Mogotes.

Otra particularidad convierte ese lugar en un paraíso de buceadores: entre 1901 y 1949 seis buques naufragaron después de chocar contra la restinga, cuyas cimas están a escasa profundidad e incluso afloran a la superficie.

Sanjurjo relata que los restos de los sucesivos naufragios "están frente al Faro, fundamentalmente del lado sur. Son barcos que generalmente venían de Bahía Blanca o de Chile y que se encontraron con la restinga. Lo más sorprendente es que chocaron cuando ya estaba el Faro y cuando la restinga figuraba en cartas. Es increíble. El último fue el buque inglés James Clunies en 1949".

- ¿A qué distancia de la costa está la restinga y en qué radio se encuentran los restos de los barcos?

- La restinga empieza a 600 metros y termina a unos siete kilómetros. Nosotros no hemos hecho un mapeo de los naufragios, pero están ahí, entre una y dos millas a la redonda.

Truenos debajo del mar

El buceo en el sector no siempre es posible porque "Mar del Plata tiene un mar bastante tumultuoso", explica Sanjurjo. "Puede ocurrir -añade- que haya mucha leva, una onda grande que se hace en la superficie y que se traduce abajo del mar en un movimiento que lleva al buzo de un lado para otro. El buzo se tiene que dejar llevar porque contra el agua no se puede luchar. Pero en tales condiciones no se puede bucear en esos naufragios porque te podés encontrar con un fierro o algún elemento peligroso".

Ese movimiento del mar produce fenómenos curiosos. Carlos Brelles, secretario del CASE, relata que la caldera del Clunies "tiene más de cinco metros y al ser movida por toneladas de agua, golpea contra las rocas. Entonces se escucha..."boooom"..."booom". Ese sonido da miedo...".

-¿Cuál es el panorama que se observa en ese cementerio de barcos?

- No son naufragios "armados" -dice Sanjurjo- sino que están desparramados, porque los temporales fueron rompiendo los barcos.

- ¿Qué significa para ustedes bucear un barco hundido?

- Para nosotros es entrar a un santuario. Lamentablemente, para muchos es entrar a un banco... entonces empiezan a saquear.

-¿A qué profundidad se encuentran estos naufragios?

- En el caso del Clunies, la parte más alta de la caldera está a cinco metros de la superficie y la más profunda a doce. Y todos los barcos, más o menos así. Después se fueron rompiendo y desparramando.

- ¿Cuáles son las medidas de precaución para bucear en este sector?

- Que haya visibilidad -indica Brelles- y que no haya corriente. Otra es bajar con guantes porque el fierro está oxidado y muchas cosas se desintegran o forman filos. No hay que meterse en determinados lugares. La caldera del Clunies, por ejemplo, tiene más de cinco metros de modo que podés entrar... pero hay espacios más chicos donde no es recomendable ingresar porque no sabés cómo está. Podés quedarte trabado o ser chupado por una corriente.

Asimismo debe recordarse que toda actividad subacuática debe realizarse con la correspondiente habilitación y que es recomendable concurrir a la restinga junto a buzos experimentados y conocedores del sector.

- ¿Qué visibilidad hay para bucear en esa zona?

- Es variable -señala Sanjurjo-; algunos días no hay nada y otros muchísima. Nosotros hemos buceado el Clunies con 30 centímetros de visibilidad y lo hemos buceado con 15 metros. Mar del Plata tiene una vida marina increíble. Hemos hechos buceo en estos barcos y en algunos casos no se ven los fierros por la cantidad de peces... hay sargos, meros, antenitas, hemos llegado a ver peces limón dando vuelta alrededor nuestro, turquitos, pulpos, caballitos de mar. El día que hay visibilidad te encontrás con un panorama que es alucinante.

Seis barcos hundidos

En su libro "El faro, su capitán y los naufragios", la licenciada Adriana Pisani reconstruye la historia de los seis buques encallados en la restinga. En todos los casos, los tripulantes y pasajeros fueron rescatados sanos y salvos. La nómina es la siguiente:

- TANIS: Vapor alemán que encalló el 10 de julio de 1901 mientras navegaba desde los puertos del Pacífico hacia Hamburgo transportando yodo, salitre, cobre y otros elementos.

-LADY LEWIS : Buque inglés que el 4 de abril de 1906 varó cuando navegaba de Bahía Blanca a Barcelona con cargamento de trigo.

- WANGARD : Vapor alemán. Encalló el 10 de enero de 1909, cuando navegaba hacia Europa con carga completa de trigo.

- HOLMESIDE: Buque inglés. Quedó varado el 26 de agosto de 1913 cuando transportaba carbón mineral desde Newport hacia Puerto Militar (Puerto Belgrano desde 1923).

- MENDOZA: Vapor argentino. Transportaba pasajeros, fardos de lana, cueros y alfalfa. Encalló en la restinga de Punta Mogotes el 10 de julio de 1914.

JAMES CLUNIES: Carguero inglés. El 22 de abril de 1949 navegando de Bahía Blanca a Montevideo con rumbo a Italia, varó en la restinga. La tripulación y los pasajeros fueron rescatados, incluyendo la esposa y el hijo de cuatro años del capitán John Mc Ivor. Varias lanchas pesqueras colaboraron en el salvataje.

El CASE

Las fotos inéditas que ilustran este artículo fueron obtenidas por miembros del Centro de Actividades Submarinas Escualo (CASE), una entidad sin fines de lucro creada en Mar del Plata a principios de 1969. El área de instrucción y deporte está a cargo de un Comité Técnico, quien fue el responsable de hacer que el Centro calificara a principios del 2006 como Certificadora de Buceo. La sede del CASE se encuentra en General Paz 4776 y su dirección de correo electrónico es www.case.org.ar.