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05-10-2009

La pesca como moneda de cambio

En "Malvinas, biografía de la entrega", el ex secretario de Pesca de la Nación, César Augusto Lerena, denuncia cómo, gracias a negociaciones en torno a los recursos pesqueros, los ingleses siguen acrecentando su dominio en el mar austral.

por Oscar Lardizábal

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La Argentina ha perdido más territorio y riqueza marítima y pesquera durante la posguerra que en el mismo conflicto bélico con Gran Bretaña por las islas Malvinas. Este es el concepto donde el doctor César Augusto Lerena, ex secretario de Estado de Pesca, centra su libro "Malvinas, biografía de la entrega" (pesca, la moneda de cambio), que presentó días atrás en la ciudad de Buenos Aires.

"El territorio de las Malvinas es de 11.400 kilómetros pero luego del enfrentamiento de 1982 -advirtió Lerena en diálogo con LA CAPITAL- la Argentina ha sufrido una invasión permanente y sin solución de continuidad por parte del Reino Unido que alcanza ahora a 1.800.000 kilómetros cuadrados, y apoderándose de las riquezas petrolera, de minerales y especialmente de la pesca, que representa para los kelpers más del 80 por ciento de sus recursos".

A la pregunta de por qué la pesca ha sido la moneda de cambio en las negociaciones entre ingleses y argentinos después de la guerra, Lerena responde advirtiendo que ha sido así como consecuencia de que la soberanía en las islas quedó congelada bajo la fórmula del denominado "paraguas".

Doctor en Ciencias Veterinarias y especialista en industrias de la alimentación y pesca, el autor de "Malvinas, biografía de la entrega" no deja bien parados en su trabajo a los presidentes, cancilleres y secretarios de Estado que se sucedieron en la Argentina desde 1982 a la actualidad. Y en particular sus críticas y observaciones, basadas en experiencias propias, en documentación y artículos periodísticos, se dirigen hacia quien fue durante más de una década -la década menemista- secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, el después gobernador y diputado nacional Felipe Solá.

Soviéticos y búlgaros

- ¿Usted habla de una biografía de la entrega? ¿Desde qué parte esa biografía?

- Desde los llamados acuerdos-marco con los gobiernos soviético y búlgaro. El gobierno de Alfonsín (presidente), Caputo (Canciller) y Jaimes (secretario de Pesca) pretendían que soviéticos y búlgaros pescaran en la zona de exclusión de Malvinas para así, de manera indirecta, reivindicar la soberanía argentina. Esto nunca se cumplió. Los barcos de esas nacionalidades vinieron a pescar en el mar argentino, y si bien los buques habilitados fueron sólo 18, vinieron unos 200 que provocaron una enorme depredación.

- ¿Qué hicieron los ingleses y los kelpers en respuesta a esos acuerdos-marco?

- La decisión de los ingleses tuvo un gran impacto: fue entonces cuando decidieron ampliar la zona de exclusión pesquera. Esta decisión significó para la Argentina la pérdida de un territorio equivalente a 23 Malvinas.

- ¿Esos acuerdos-marco siguieron teniendo vigencia con Menem presidente?

- Sí, los acuerdos fueron ratificados por el gobierno de Menem (presidente), Cavallo (Canciller) y Solá (secretario de Estado para la pesca).

El acuerdo "del gallinero"

- En una continuidad cronológica, ¿qué otro hecho señala en su libro en cuanto a este historial de entrega o equivocaciones argentinas y avances británicos?

- El gobierno de Menem-Cavallo-Solá promovió la ratificación de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, cuando dicha convención no contemplaba los temas pesqueros. Esto es grave teniendo en cuenta, entre los aspectos más perjudiciales, que no son considerados casos como el del calamar, que migra desde el continente hacia el área de Malvinas, en un ciclo biológico de un año, o el de la merluza, que permite que la flota pesquera extranjera pesque en la adyacencia del mar argentino.

- ¿Y después?

- Después llegaría lo que se conoce como "el acuerdo del gallinero", también con las responsabilidades de Menem, Cavallo y Solá. Se acordó con los ingleses en cuanto a una conservación conjunta de las zonas nordeste y sudeste de Malvinas para evitar que otras flotas -taiwanesa, coreana, japonesa y española- pescaran esos recursos argentinos -calamar y merluza negra, los principales- que migran hacia las islas, perjudicando la sustentabilidad económica de los kelpers. La investigación conjunta desde el año 1994 al 2005 le ha permitido a los ingleses conocer todo sobre la biología de tales recursos.

- Y en 1994 llegarían los nuevos acuerdo-marco, ahora con la Unión Europea.

- Sí, los alentó Cavallo a fin de poder retomar los asuntos comerciales con la Unión Europea y mejorar sus relaciones con Londres. Por entonces, la UE tenía más de 100 buques congeladores parados y necesitaba de recursos pesqueros abundantes como lo era aún el argentino. Pero ese acuerdo habrá de realizarse en momentos en que el Inidep decía que el recurso pesquero estaba al límite de sus capturas. Y además se hizo para una zona que además de asegurarle los recursos a la Unión Europea, al mismo tiempo garantizaba que no se afectaran esos recursos que migran hacia las Malvinas, y en los que (insisto en esto) se basa nada menos que el 80 por ciento de la economía kelper.

- ¿Pero el Gobierno argentino no buscó nada a cambio?

- Las premisas argentinas eran que sus exportaciones a Europea tuvieran aranceles diferenciales y la posibilidad de modernizar la flota pesquera argentina. Y ninguna de las dos cosas se cumplió.

Con el kirchnerismo

- ¿Qué habrá de suceder ya en tiempos del kirchnerismo?

- Todos los gobiernos, pero sobre todo, los de los Kirchner, tanto el de Néstor como el de Cristina, han desmalvinizado, se ha desinformado a la población respecto de la situación de las islas. Y los Kirchner han hecho bien poco en el tema, no siendo reclamar por enésima vez los derechos argentinos ante las Naciones Unidas, pero no llevaron adelante ninguna iniciativa tendiente a promover un bloqueo biológico a las Malvinas.

- ¿Usted propone una medida de este carácter?

- Cuando fui funcionario de Menem, y antes de renunciar en desacuerdo con la política para la pesca que se alentaba desde la Cancillería, proponía que toda la flota pesquera que estuviera en alta mar, acordando con la Argentina, capturara ese recurso antes de que completara su migración a Malvinas. También sería lógico y conveniente acordar con otros países latinoamericanos, Brasil y Uruguay, y también Paraguay, una zona común de pesca que permitiera tener más fuerza frente a los ingleses que le dan licencia a los buques extranjeros. Y aquí no hay dos partes de los mismo, Argentina, una de las partes, Gran Bretaña, la otra. En las Malvinas y en el mar austral, los ingleses se han apoderado de lo que nos pertenece.