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24-10-2009

Rubén Viaro reconstruyó la historia de las salas cinematográficas de nuestra ciudad

Reunió datos olvidados, testimonios, fotos, documentos y recuperó reliquias de algunas salas que viven en el corazón de los marplatenses. Escribió un libro, aún no editado, que piensa donar a las escuelas.

por Gustavo Visciarelli

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La primera parte de la historia puede resumirse así: Rubén Viaro (37) es empleado comunal y desde hace 14 años trabaja en el Archivo Museo Histórico Municipal Roberto Barili. Su tarea original era mantener el parque que rodea el histórico edificio de Lamadrid 3870, pero su verdadero oficio -la carpintería- y una oculta vocación lo llevaron por caminos inesperados. "Un día se me ocurrió hacer unas vitrinas en el museo porque las que estaban eran muy vetustas", comenta Viaro, quien a partir de ese trabajo fue convocado a montar el stand de Mar del Plata en La Rural, tarea que realiza desde hace cuatro años. "Seguí haciendo cosas acá en el museo... marcos, vitrinas, y se me dio por iniciar trabajos de investigación para armar muestras en este lugar", añade. Desde entonces comenzó a rastrear documentos de interés en el archivo e hizo un curso de computación para digitalizar imágenes y exhibirlas en las salas del museo, todo ello en marcos, vitrinas o stands que él mismo construye.

Un cine abandonado

La segunda parte de la historia nos lleva al primer piso del archivo-museo. Allí hay una habitación donde proyectan videos de Mar del Plata a los escolares que visitan el lugar. Hace algunos años, Rubén observó que el recinto estaba amoblado con sillas de plástico y que la decoración no se ajustaba a una sala de proyecciones. "Se nos ocurrió hacer algo que se pareciera más a un cine y me conecté con el dueño del Normandie, del puerto, que cerró hace años y que estaba abandonado. Le pedimos algunas butacas y nos respondió que nos lleváramos lo que quisiéramos. Encontramos una boletera (panel perforado donde se colocaban las entradas), unos teléfonos, uno de esos baldes de incendio que se llenaban con arena porque no había matafuegos, unos programas que estaban tirados? y empezamos a buscar butacas".

El relato de Viaro sobre aquella incursión en el cine toma inesperada atmósfera cinematográfica: "Estaba todo destruido... los agujeros del techo eran terriblemente grandes. Recorrimos el cine en medio de la oscuridad, alumbrándonos con una linterna, y vimos que en el pullman había butacas en buenas condiciones porque ese sector estaba más protegido. Las sacábamos en filas de cinco para poder bajarlas porque era la altura que nos daba para que uno la sostuviera de arriba y otro de abajo. Contratamos un camión y trajimos cincuenta butacas, las mejorcitas, con hierro forjado, con su tapizado original".

Hoy la sala de video del archivo-museo está amoblada con butacas rescatadas del viejo Normandie; y luce una decoración temática que rememora los viejos cines marplatenses.

Las salas perdidas

Comienza, entonces, la tercera parte de esta historia. Después de aquella incursión en el Normandie, Viaro se abocó a reconstruir la historia de los cines de Mar del Plata, un tema que nunca lo había atraído. "Vi que podía ser algo que le guste a la gente y decidí escribir un libro que pienso donar a las escuelas de Mar del Plata", afirma. De tal manera, además de compilar datos históricos y testimonios, obtuvo innumerables reliquias, algunas de las cuales cedió al archivo para decorar la sala.

Al hallar escasa bibliografía sobre los cines marplatenses, obtuvo el grueso de la información hojeando los diarios que se editaron en Mar del Plata desde principios del siglo XX y que, en gran cantidad, se encuentran en el archivo. "La investigación que hice -señala Viaro- indica que entre 1900 hasta 1998 funcionaron en Mar del Plata 99 salas donde se proyectaron películas, sin contar las que funcionaban en los clubes. El primer cine, que no era tal, funcionó en 1901 en El Palacio de las Novedades, que estaba en el Paseo General Paz, lo que hoy sería el boulevard. Tenían un salón donde daban teatro, donde había bailes... se podía tomar el té y a su vez se proyectaban películas. Era tipo biógrafo".

La belle époque

Viaro apunta que en la llamada "Rambla Francesa", inaugurada en 1913, "había dos cines importantes: el Splendid y el Palace Teatre. En 1936 deja de funcionar el Splendid y pasa a llamarse Royal Teatre. Si ustedes van al teatro Colón de esta ciudad van a encontrar dos tableros de publicidad que eran originales del Splendid y que fueron restaurados acá".

En Rivadavia entre San Luis y Córdoba -donde luego se instalaría el famoso restaurante "Ambos Mundos"- funcionaron alternativamente tres cines: Sol (1908), Ideal (1912) y Moderno (1916), comenta Viaro. "Eran salas precarias. Y también estuvieron los cines en el interior del Hotel Bristol (Rivadavia y la costa). Se trataba del Variedades, el Intimo y el Bristol. Como funcionaban en las galerías y eso fue lo último que se demolió, siguieron hasta la década del '70".

Viaro recuerda que en el puerto "hubo varios cines. En la década del '20 y el '30 funcionó muy precariamente el Fénix en la zona de 12 de Octubre y Acha. Después aparece lo que vendría a ser el Ideal en 12 de Octubre (al 3200). En 1957 en ese lugar construyeron el Normandie, de modo que el Ideal se trasladó a 12 de Octubre al 3400". Luego de una historia azarosa, el Ideal, fundado en 1925, sucumbió al paso del tiempo y hoy una sucursal bancaria ocupa su lugar.

Historia de cines

A lo largo de su investigación, Viaro dio con un singular personaje: Frances Corrado, quien falleció a los 94 años. ?Corrado fue propietario del Ideal del puerto y de otros tres cines. Uno de ellos fue el Argentino, que tenía 510 butacas y sobrevivió hasta marzo de 1967 en Alvarado 2164. Después funcionó como templo, como gimnasio y actualmente es una FM perteneciente al nieto de Frances?, comenta Viaro. Otra de las salas pertenecientes a este empresario fue la del Select, "que estaba en Luro y Neuquén, donde hay una estación de servicio. Era el cine de un hotel, pero luego el hotel dejó de funcionar y quedó la sala hasta la década del '50". Y su cadena de cines se completaba con ?el Avenida, de Luro y Guido, donde actualmente funciona una mueblería. Era muy precario? de hecho le decían el fulerín?.

Viaro cuenta que Corrado fue, además, el encargado general del Cine Nogaró, de Luro y Corrientes, que ?funcionó desde 1957 en un predio donde antiguamente estaban las barracas de Pedro Luro. Tenía 3.000 butacas: platea, pullman y superpullman. En la platea hoy funciona el teatro Atlas, en el pullman el teatro América y en el superpullman no se hizo nada. Todavía hay signos de ahumamiento en la parte superior del edificio".

Invocando el testimonio de Corrado, Viaro refiere que el incendio que arrasó el Nogaró el 1 de enero de 1968 se produjo por la negligencia de un empleado que, mientras probaban unos nuevos reflectores de gran potencia, los colocó cerca de un gran cortinado.

Otros incendios

Viaro acreditó que el primer cine que se incendió en Mar del Plata "fue el Circo Romano, que funcionó en las primeras décadas del siglo XX en Catamarca y Belgrano. Había actuaciones circenses y proyecciones. Es asombrosa la solidaridad que había en aquella época: los otros cines hicieron funciones para recaudar fondos y ayudar a los empleados que se habían quedado sin trabajo por el incendio, que se produjo el 24 de marzo de 1930".

"El segundo incendio -continúa- ocurrió en 1955 y destruyó el teatro Odeón, que era una joya arquitectónica. Era teatro y cine y, además, tenía pista de baile". Funcionaba en Entre Ríos casi Rivadavia, donde fue reconstruido años después.

El tercer incendio ocurrió en la década del '60 y arrasó misteriosamente la "Casa del Pueblo", un sitio donde se desarrollaba intensa actividad cultural y política. Posteriormente fue construido allí el Cine Diagonal, "cuyo arquitecto fue Roberto Covas y donde Mercedes Sosa cantó en la inauguración".

Los grandes cines

Superando el período en que las salas de proyección eran locales acondicionados para pasar películas, sobrevino una época de oro en que empezaron a construirse grandes cines, "entre ellos el Nogaró, Gran Mar, Atlantic, Opera, Ocean Rex, Ideal y Normandie", comenta Viaro.

"Hay un caso curioso. El Atlantic fue construido por los Varese. Es de estilo art decó, el único de ese estilo en Mar del Plata. Se hizo una encuesta popular en el diario LA CAPITAL para ponerle nombre y diariamente publicaban los resultados de la compulsa. La gente iba a votar al diario. Venían punteando Atlantic y Varese y ganó el primer nombre por unos votos. En el hall del cine hay una placa recordando que la inauguración fue el 14 de febrero de 1935. Los padrinos fueron el presidente Agustín P. Justo y Angiolina Astengo de Mitre. Tenía 1.600 plateas y el ingeniero fue Julio Rateriy".

Viaro comenta que otro episodio curioso se produjo durante la construcción del Gran Mar, porque "hubo un error de cálculo y se quedaron cortos con una vara de hierro. Tuvieron que desarmar toda la platea de arriba y traer una vara de hierro de Buenos Aires. Lo que iba a demandar seis meses tardó dos años" hasta su inauguración en el año 1953.

Cine en los barrios

Los barrios también tuvieron cines importantes "como el Luro, que fue inaugurado el 19 de mayo de 1949 con la película Juan Globo, protagonizada por Luis Sandrini. Y hubo un cine en Punta Mogotes en la calle Puán al 1900, que se llamaba Casino... funcionó como veinte años en temporada de verano. Posteriormente fue una iglesia evangélica".

La televisión abierta, el cable, el video y luego el DVD fueron aplicando golpes mortales a las grandes salas. Algunas lograron sobrevivir como teatros. Otras se subdividieron en microcines y otras desaparecieron para convertirse en bingos, templos evangélicos o complejos comerciales.

"Los equipos se fueron vendiendo a las salas del interior de la provincia. Por ejemplo -puntualiza Viaro- las butacas y los telones del cine El Argentino fueron vendidas a un cine de Tandil".

La historia que nutrirá el libro de Viaro, cuyo posible título será ?Salas de Cine de Mar del Plata?, no olvida la fallida experiencia del autocine, que fue inaugurado "el 10 de enero de 1969 en Constitución y 184. Funcionó tres años porque no tuvo éxito". Y, con relación a las salas de exhibición condicionada, recuerda que el Cine A "empezó como café concert al finalizar la década del '60. Era de Claudia Lapacó, que después lo vendió. Entonces empezó a funcionar como cine y daban películas que en ese momento eran eróticas... la Coca Sarli, por ejemplo".

"Lo que hice en el libro es separar por capítulos. Primero una cronología con todos los datos que conseguí de los cines: lugar, día de fundación, capacidad, quién fue el dueño, el arquitecto, la empresa que lo construyó, la película que se estrenó en la primera función y el lugar específico, todo con sus correspondientes fotos. También están los cines que funcionaban en los colegios religiosos, hay una estadística y el panorama de cómo están todos esos cines en la actualidad?.

Viaro logró conectarse con antiguos propietarios de las salas, con ex empleados y hasta con albañiles que trabajaron en la construcción de los cines marplatenses. De tal forma obtuvo, además de valiosos testimonios, ?la maquinaria del cine Don Bosco, urnas, boleteras, borderós, sellos, facturas, antiguos carbones, lámparas, los carteles originales de salida, baldes de arena, los teléfonos que comunicaban la boletería con la cabina de proyección, infinidad de fotos, empalmadoras de cintas y latas con películas completas. Hay muchas de dibujos animados de Walt Disney y una de Los Beatles? el Submarino Amarillo?, entre otras reliquias de una época de oro.