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28-11-2009

"El tabaco termina con la vida del 50 por ciento de los fumadores"

El doctor Hayden McRobbie plantea que los médicos deben alentar a sus pacientes a que dejen de fumar. Y aportarles herramientas para lograrlo.

El doctor Hayden McRobbie es catedrático de la Universidad de Londres y especialista en tabaquismo. Se trata de una de las eminencias mundiales destacadas en el tema, y uno de los referentes internacionales que más ha investigado la adicción al tabaco en la última década.

Llegó a Mar del Plata para replicar el entrenamiento en tabaquismo que se hace en el Reino Unido dirigido a médicos.

En un hotel de Punta Mogotes, durante tres días, MaRobbie compartió su conocimiento y experiencia con unos 190 profesionales argentinos y provenientes de Chile, Uruguay y Venezuela.

Fue la primera vez que se llevó a cabo un entrenamiento específico sobre esta problemática en nuestro país. El evento científico estuvo auspiciado por la Association for the Treatmen of Tabacco Use and Dependence (Atuud), institución que tiene por referente en Mar del Plata al doctor Luis Wehbe, y por el Colegio de Médicos de la Provincia de Buenos Aires.

Durante una pausa del taller, McRobbie dialogó en exclusiva con LA CAPITAL.

- ¿Qué deben conocer los médicos, específicamente, acerca del abordaje de la adicción al tabaco?

- La gran mayoría de los fumadores conoce al menos algunos de los riesgos que corren al fumar. Por ejemplo, que el tabaco produce cáncer de pulmón. Sin embargo, no creo que sepan que al margen de tener esa patología el cigarrillo mata a cientos de miles de personas por año en todo el mundo. En realidad, las estadísticas indican que el tabaco termina con la vida de 50 por ciento de los fumadores. Y lo más lamentable es que la mayoría fallece a una edad media perdiendo la posibilidad de disfrutar 20 años más de su vida. Creo que todavía tenemos mucho por hacer para comunicar este mensaje. Y los médicos podemos ayudar a dejar ese hábito.

- ¿El médico, entonces, debe trabajar con herramientas específicas tanto en la prevención como en el tratamiento de la enfermedad?

- La profesión médica tiene un rol clave que jugar en este sentido. Primero hay que evaluar a los pacientes, preguntarles, saber a quién tienen enfrente. Después se deben dar consejos claros, precisos y simples para dejar y cómo dejar de fumar. Y finalmente el médico tiene que decir "yo puedo ayudarte a hacerlo".

- ¿Es necesario un abordaje interdisciplinario de la problemática?

- La medicina, la farmacoterapia, el apoyo profesional tiene que estar combinado. Nosotros creemos en esta forma de encarar al paciente.

- Excepto cinco países, entre ellos Estados Unidos y Argentina, el resto de las naciones del mundo adhirieron al acuerdo marco que propone espacios públicos libres de humo. ¿Ayuda una decisión política de este tipo a evitar los estragos del tabaco?

- No hay duda de que la estrategia de imponer lugares libres de humo son de gran ayuda. Lo importante es que tanto los fumadores como los no fumadores apoyen esta iniciativa.

- En esta problemática la salud pública se enfrenta inevitablemente a una enorme lucha con las presiones de la industria tabacalera: ¿Qué opina al respecto?

- Es verdad. Estas industrias tienen mucho poder y mucho dinero. Todos los que formamos parte de la profesión médica nos sentimos con mucho menos poder. Sin embargo, desde las enfermeras hasta los médicos y psiquiatras, podemos dar una mano y ayudar en todo esto. Y es posible haciéndolo a nivel individual con preguntas, dando consejos y ofreciendo los tratamientos adecuados para dejar de fumar. Siempre pongo el énfasis en que las distintas organizaciones involucradas en el cuidado y la atención de la salud deberían hacer "lobby" con los gobiernos.

- ¿Es cada vez más baja en el mundo la edad de inicio de los fumadores?

- Diría que la juventud comienza entre los 11 y 12 años. ¿Qué podemos hacer? Cambiar puntos de vista de la sociedad, ayudar a los adultos a que dejen el cigarrillo para dar un mejor ejemplo y que los niños no tengan en cuenta esos roles a seguir. Además, implementar políticas tales como aumentar el precio de los cigarrillos a través de impuestos y lugares que promocionen y alienten los espacios libres de humo.