"Hoy no estamos avanzando con el proceso de licitación. El Departamento Ejecutivo no dará ningún paso sin antes realizar un análisis profundo y evaluar las opiniones de la comunidad", sostuvo ayer el presidente del Ente Municipal de Vialidad y Alumbrado, José María Conte, al referirse al estado en el que se encuentra el proyecto de ensanchar la avenida Libertad.

El funcionario hizo pública esta definición durante la jornada de trabajo que se desarrolló ayer en el Concejo Deliberante para debatir acerca de la iniciativa que meses atrás fue anunciada por el intendente Gustavo Pulti, con el propósito de agilizar la circulación de los colectivos de larga distancia hacia la nueva terminal ubicada en 9 de Julio y San Juan.

Luego de escuchar numerosas objeciones de parte de algunos vecinos, comerciantes, profesionales y representantes de organizaciones no gubernamentales, Conte trató de llevarles tranquilidad a quienes temen que la obra obligue a sacrificar a unos 500 árboles y modifique de manera brusca el paisaje de varios barrios.

"A pesar de que la avenida Libertad esté sujeta a ensanche, de que haya normas que así lo establecen y de que en varias oportunidades distintos gobiernos proyectaron hacer esta misma obra, el Ejecutivo entiende que existe la obligación de hacer un análisis profundo de este tema, por lo que no se va a avanzar en nada sin el consenso necesario", sostuvo el funcionario. Sus palabras significaron la finalización de la jornada de trabajo, que se inició a las 10.30 y se extendió durante más de tres horas.

Al hacer un resumen sobre su contenido, el concejal radical Fernando Rizzi -autor de la convocatoria- consideró que se obtuvo un "resultado contundente" en "rechazo del proyecto" por lo que pidió que el Ejecutivo tenga presentes las opiniones que hubo durante el encuentro antes de tomar una decisión definitiva. Todos los que asistieron a la reunión plantearon su oposición a que se lleve a cabo la ampliación, por distintas razones. Pero la principal objeción se vinculó al hecho de que tendría que ser eliminada la doble hilera de árboles característica de la avenida, lo que supondría la extracción de más de 500 ejemplares entre la rotonda de Champagnat y la costa.

Algunos vecinos, así como organizaciones ambientalistas, se manifestaron totalmente en contra de esta posibilidad y reclamaron que sean evaluadas otras alternativas. También hubo consideraciones respecto del valor urbanístico, paisajístico y ambiental que posee la actual fisonomía de la avenida y se hizo notar que muchos de los árboles que deberían ser extraídos son ejemplares con más de 70 años de vida.

Durante el encuentro fueron planteadas diferentes propuestas que podrían evitar la realización de la obra, tales como prohibir el estacionamiento en ambas manos para sumar más carriles, darle a la avenida un único sentido de circulación hacia la costa o establecer nuevos recorridos para los micros. Asimismo se pidió que sea reconsiderado el proyecto que originalmente había sido diseñado cuando se estableció la ubicación de la nueva estación, construyendo una calle exclusiva para los ómnibus, paralela a las vías del tren, que se extienda desde Champagnat hasta el corazón mismo de la terminal. Si bien esta posibilidad ya fue rechazada por la Comisión Nacional de Regulación del Transporte, hubo coincidencias en cuanto a que se debería insistir con el planteo. Hasta Conte opinó -a título personal, aclaró- que habría que tratar de avanzar por ese camino.

Antes de que la jornada llegara a su fin, el concejal Rizzi informó que el bloque radical presentó un proyecto de comunicación solicitándole a las autoridades nacionales que reconsideren su negativa a permitir la construcción de una nueva calle para los micros, al mismo tiempo que se propuso que mediante una ordenanza la avenida Libertad sea declarada como parte del patrimonio local para asegurar su intangibilidad.