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02-05-2010

A pesar de las campañas, el tránsito vehicular no mejora

Circular por las calles marplatenses puede convertirse en un suplicio y hasta en un peligro. Conductores que hablan por teléfono mientras manejan, otros que no respetan las velocidades máximas o aquellos que pasan los semáforos en rojo, son algunos de los conflictos del tránsito local.

Unos 300 mil vehículos circulan por día en las calles de la ciudad, promedio que aumenta durante la temporada de verano, a los que se suman unas 45 mil motocicletas. Si a eso se le agregan las bicicletas y la falta de respeto por las normas de seguridad vial, se genera un caos difícil de controlar sobre todo en ciertos sectores de la ciudad, como el micro y el macrocentro.

Esto es fácilmente comprobable con sólo pararse en alguna esquina y observar a conductores que manejan mientras hablan por teléfono, a otros que circulan sin usar el cinturón de seguridad o a los que pasan los semáforos en rojo. Sin olvidar a los motociclistas que prescinden del casco.

Si bien desde la Municipalidad local, a través de la Dirección de Tránsito, realizan distintas campañas en pos de prevenir siniestros viales, algunos se quejan por la "inacción" y resumen en un fin "recaudatorio" las acciones emprendidas en el área.

En lo que va del año, se confeccionaron 21.203 actas con infracciones de tránsito; se secuestraron 718 motos y 1.510 autos; se realizaron 6.221 controles de alcoholemia, de los cuales 647 fueron punitivos; y se entregaron 650 cascos a motociclistas que circulaban sin los mismos.

"Estamos trabajando para tratar de mejorar el tránsito, sabemos que hay problemas, pero trabajamos para mejorarlo", dijo a LA CAPITAL el secretario de Gobierno municipal, Ariel Ciano, quien además de "la presencia del Estado" consideró necesarias "la reflexión y la conciencia colectiva de todos los que circulan" para solucionar los problemas del área.

Y ejemplificó con los controles de alcoholemia: "Si hay una campaña desde el inicio de la gestión, no se entiende cómo todavía el 12 por ciento de los conductores controlados no estaban en condiciones de manejar", señaló el funcionario municipal.

En referencia a este tema, desde la Asociación Pro Ayuda a las Víctimas de Accidentes de Tránsito (Apravat) señalaron que "las campañas no sirven porque se sigue matando gente todos los días. No se entiende que no haya campaña de conductor designado o del ángel guardián (cuando llevan hasta la casa, mediante el pago de un canon, a la persona alcoholizada y su vehículo). Falta voluntad política para anticiparse a los hechos, no hay políticas activas de prevención", reseñó el titular de Apravat, Ricardo Héctor Vega.

Asimismo, no dudó en calificar a la situación del tránsito en Mar del Plata como "caótica" debido -en su opinión- a la "inexistencia de soluciones como un plan integral apoyado en la prevención, concientización y educación".

"Acá -dijo Vega- se le quiere buscar una solución simple a un problema muy complejo. Para bajar la siniestralidad hay que elaborar un plan integral basado en la educación, concientización y control por parte del Estado".

Vega reclamó que "el intendente nos reciba, para poder hablar de un plan integral. Acá sólo se hace control y se sanciona con el fin de recaudar. Sólo se busca eso".

Además, se quejó porque de lo recaudado con las multas "en el área de Tránsito no reciben un peso, cuando se votó la ordenanza de los fondos asignados y después el intendente la vetó".

Trabajos

El secretario de Gobierno municipal, Ariel Ciano, desestimó el fin recaudatorio de los controles explicando que "los trabajos en las puertas de las escuelas, con folletería explicando por qué no hay que estacionar en doble fila tienen un fin de concientización, al igual que la entrega de cascos a los motociclistas que infraccionan, lo mismo que las campañas en los medios".

"Esto no tiene un fin recaudatorio -aseguró-, apelamos a la conciencia colectiva, porque todos sabemos que la principal causa de muerte de los jóvenes son los siniestros viales".

Asimismo, el funcionario destacó el "accionar del personal municipal, ya que los agentes de Tránsito deben lidiar con situaciones a veces hasta de violencia", aunque explicó que "la gran mayoría percibe con beneplácito los controles".

La primera causa de muerte, en menores de 35 años, son justamente los siniestros viales que en la mayoría de los casos están generados por "la imprudencia".

"No se respetan las reglas -aseveró Vega-. Si pasás un semáforo en rojo y no te ve nadie, no pasa nada. Si te ven, es una multa, pero si te llevás puesto a un chico en bicicleta es una homicidio. No sólo no se respetan las reglas, sino que no se conocen".

En su opinión, "nadie le explica a la gente por qué no tienen que exceder la velocidad o por qué no tienen que beber si manejan. Y la Municipalidad no se encarga de divulgar el tema".

Otro problema, según Vega, es que "a cualquiera le dan el registro de conducir", aunque el proyecto de la nueva licencia se basó "en un trabajo que hicimos todas las ONG. Nosotros pedimos un carnet nacional, que exista una base de datos. No que pase como ahora, que si te quitaron el carnet acá, vas a Balcarce y sacas otro. También estamos a favor del carnet por puntos".

Para el psicólogo Rubén Ledesma, que estudia el problema del tránsito desde la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Mar del Plata, la cuestión excede lo meramente operativo y está relacionado con la conducta humana. "La solución debe ser integral, porque el problema lo es. No se cumplen las leyes, no se enseña a respetarlas y tampoco se paga por no hacerlo", señaló.

Al comparar a las calles con la ley de la selva, destacó que "no se respeta al peatón ni a los pasos de cebra, pareciera que siempre gana el más grande. Mar del Plata, en cuestión de tránsito, tiene problemas de ciudad grande".

Sin temor a las multas, la cuestión es el respeto por las normas y por el prójimo, para que circular por las calles marplatenses no sea un suplicio.