El panorama que describen es desolador: dicen que las ambulancias están en muy mal estado, admiten demoras en los traslados cuando tienen que cubrir emergencias, afirman que no dan abasto en los horarios pico, aseguran que faltan insumos y reconocen que no cuentan con el equipo necesario para llevar a pacientes en condiciones de salud grave.

Los ambulancieros denuncian serias falencias en el servicio que se presta en Mar del Plata. Y reclaman mayor cantidad de vehículos para atender la demanda. "Tenemos sólo dos ambulancias funcionando, el resto están todas rotas. Nos harían falta cinco más", coinciden los choferes de la Zona Sanitaria VIII. Además atribuyen el desgaste de las camionetas a la gran frecuencia de uso que tienen y la burocracia para la reparación. "No andan las balizas, a veces no funcionan las luces y se abren las puertas. Hace falta mantenimiento", confiesan.

Como si fuera poco, el tránsito se convierte en un escollo más ante una emergencia. Según cuentan, la mayoría de los automovilistas no respeta la sirena para dejarles paso. "Es un caos andar por la calle, por eso muchas veces llegamos tarde", admiten.

Para Jesús Herrera, jefe del Cuartel de Bomberos de la zona del centro, circular se torna caótico, "sobre todo en verano porque aumenta mucho el parque automotor". De todas maneras, comenta que la situación se estabiliza a partir de marzo y estima que, en promedio, los bomberos no tardan más de cuatro minutos en llegar a un incendio.

Las ambulancias, en cambio, sufren demoras en los traslados. Y los choferes califican como "vergonzoso" el estado de los vehículos. "Nos ha pasado más de una vez que se rompieran cuando estábamos yendo a una emergencia", recuerdan.

El sistema que auxilia a las víctimas en accidentes en la vía pública, en la mayor parte de la provincia de Buenos Aires es coordinada por cada municipio por tratarse del nivel de atención primaria de la salud y en casos graves no deben tardar más de diez o quince minutos.

Frente a una emergencia se debe llamar al 107 y un operador del call center categorizará el hecho con un color que dependerá de la gravedad del accidente (rojo, amarillo o verde). Luego, se disparará un alerta a las ambulancias y el vehículo que más cerca esté ubicado de la zona es el que concurrirá al lugar del hecho.

Un alerta rojo indicará que hay heridos críticos recuperables, como inconscientes o sin pulso, que hay que evacuarlos ya, y la ambulancia no podrá tardar más de diez o quince minutos; si la categorización es amarilla, la víctima está en condiciones de esperar, como máximo, media hora; el verde no significará riesgos en la vida de las personas, entonces la ambulancia tendrá un margen de hasta dos horas y si el operador indica que se trata de un caso color negro ya no habrá posibilidades de recuperar al accidentado.

Los vehículos de los servicios de emergencia pueden, excepcionalmente y en cumplimiento estricto de su misión específica, no respetar las normas de circulación, velocidad y estacionamiento, siempre y cuando fuera imprescindible y no ocasionen un mal mayor que aquel que intenten resolver. Sólo en ese caso deben circular, para advertir su presencia, con sus balizas distintivas de emergencia en funcionamiento y agregando el sonido de una sirena si su cometido requiriera urgencia. Ante esa situación, los demás usuarios de la vía pública tienen la obligación de tomar todas las medidas necesarias a su alcance para facilitar el avance de la ambulancia. "Pero nadie le da importancia a la sirena", se quejan los choferes.

Según las normas estándares, existen ambulancias tipo 1, 2 y 3. Las primeras poseen lo más básico, como por ejemplo una instalación de oxígeno terapia, un estabilizador craneal o de columna y cervical. En el tipo 2 deben poseer además un electrocardiógrafo, un monitor de signos vitales y un resucitador (desfibrilador). Y en el 3 la estructura es más grande, con una silla de ruedas y un gasómetro portátil. "Eso sería lo ideal, pero la realidad es totalmente diferente -afirman los ambulancieros-. Las ambulancias están en terapia intensiva".

El 30% de las llamadas al 107 son en broma

El 30 por ciento de las llamadas al 107 son en broma, según estiman los ambulancieros. La mayoría de las veces son chicos y adolescentes que ocupan las líneas de emergencia en horas de la madrugada. En la provincia de Buenos Aires se está haciendo un trabajo de concientización para reducirlas.

"En primer lugar es importante diferenciar las llamadas falsas de las llamadas que son en broma. Las que más recibimos son estas últimas, de chicos -los reconocemos por la voz- y suelen ser a altas horas de la noche. El peligro es que ocupan las líneas y alguien que realmente sufre una emergencia, puede no lograr la comunicación", dijeron desde el 107. Y agregaron: "Tenemos formas de detectar de dónde provienen estos llamados porque a los operadores les queda registrado el número de teléfono".

Cinco consejos ante una emergencia

Al momento de realizar un llamado de emergencia, hay varios puntos que se deben tener en cuenta para agilizar la respuesta. Aquí, cinco consejos clave:

1) Conocer los números de emergencia (Bomberos 100, Policía 911 y Emergencia médica 107).

2) Identificarse y proporcionar el número de teléfono del cual se está haciendo la llamada. Es necesario por si se corta la comunicación o para brindar más datos sobre la emergencia.

3) Especificar el tipo de emergencia. Aclarar de qué se trata, si es un robo, un incendio, un accidente o una emergencia médica.

4) Proporcionar datos de la emergencia. Esto es muy importante ya que de esa manera quien recepciona el llamado tendrá un panorama de lo que pasa y sabrá los recursos que tiene que enviar al lugar.

5) Ubicación. Es de vital importancia brindar la ubicación lo más exacta posible, calle y número. Si es en una ruta o autopista especificar el kilometraje.