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23-05-2010

Cada vez hay más autos y menos estaciones de servicio en la ciudad

En los últimos siete años cerraron 25 estaciones por falta de rentabilidad y escasez de combustible. Y se perdieron 400 puestos de trabajo. Los automovilistas deben soportar largas demoras para cargar nafta y reclaman más bocas de expendio.

Surtidores oxidados, mangueras con telarañas, baldes sucios y vidrios rotos. La imagen se repite: en los últimos siete años cerraron 25 estaciones de servicio en Mar del Plata por falta de rentabilidad y escasez de combustible, lo que se tradujo en la pérdida de 400 puestos de trabajo. La crisis del sector se profundizó al mismo ritmo que el crecimiento del parque automotor (circulan unos 300 mil vehículos por día en la ciudad). Y desnudó un problema que afecta a los consumidores: cada vez hay más autos y menos bocas de expendio. Por eso, cargar nafta se convirtió en un trastorno.

Los conductores deben soportar largas demoras y tomar el recaudo de contar con dinero en efectivo porque cada vez son menos las empresas que trabajan con tarjetas de crédito o débito.

A contramano de lo que sucede en el resto del país, donde el cierre de la estaciones no para de crecer, en Mar del Plata la situación se estabilizó este año. "No cerró ninguna en lo que va de estos cinco meses", dijo a LA CAPITAL el presidente de la Cámara de Expendedores de Combustibles, Patricio Delfino. Aunque advirtió que si los trabajadores del sector reciben un aumento de más del 30 por ciento, como reclama el sindicato que los agrupa, "hay 20 expendedoras que quedarían con el agua por encima de las narices".

A pesar de que disminuyeron los puntos de venta, Delfino considera que "alcanza y sobra" con las 76 estaciones que hay en la ciudad. "Se forman filas de autos en YPF porque vende el combustible más barato que sus competidores -explicó-. Si hubiera precios más parejos, no habría colas". Los automovilistas no opinan lo mismo: reclaman más bocas de expendio.

Delfino afirmó que las perspectivas para la actividad son "malas". Y sostuvo que a pesar de que aumentó la cantidad de clientes por el repunte de la venta de autos, "nadie pone una moneda para invertir en el rubro". En ese sentido, aseguró que la mayoría de las estaciones opera con bajos niveles de rentabilidad. "Uno de los principales problemas que tiene el sector es la tremenda carga impositiva y los aumentos de sueldos que van siempre muy por encima del incremento de nuestros ingresos", agregó.

Cifras alarmantes

En los últimos cinco años debieron cerrar sus puertas más de 2500 estaciones de servicio en el país, con más de 20 mil puestos de trabajo perdidos. La crisis no sólo afecta a las más pequeñas. También hay grandes operadores que vieron incrementarse sus costos fijos y tuvieron que bajar la persiana.

Manuel García, titular de la Asociación de Estaciones de Servicio Independientes, dijo que la rentabilidad del sector disminuyó drásticamente en los últimos meses y que muchas empresas no pueden subsistir. "Se ve en las rutas, con muchas estaciones cerradas", afirmó.

Hay tres tipos de estaciones: las propias de las compañías petroleras, las de operadores que utilizan una determinada marca y funcionan mediante un contrato con estas empresas y las independientes o blancas.

En realidad, las grandes firmas no coinciden con el diagnóstico de los dueños de las estaciones. Consideran que, para lo que es en estos momentos el parque automotor argentino, el mercado de las estaciones de servicio está sobredimensionado. Además, aseguran que los números son bastante mejores que lo que los propietarios afirman.

Las tarifas de este negocio son libres. Pero en los hechos, la petrolera propone un valor que en el sector se llama "precio sugerido", que despierta quejas entre las estaciones, las que consideran que superarlo es poco menos que un suicidio económico.

Escasez

La falta de combustible es un problema que se "agrava" y cuya solución "no aparece", se quejó García. "No tenemos para vender, y no porque se haya desbocado el mercado. Estamos vendiendo un 20 por ciento menos que en la década pasada", estimó.

El presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio Independientes opinó que el problema se mantiene porque "el Gobierno no interviene firmemente y las empresas petroleras no se involucran lo suficiente para satisfacer la demanda".

La solución, insistió, pasa por la inversión. Pero advirtió que aunque las compañías apuesten por la exploración, el país deberá afrontar "cuatro o cinco años" para ver los resultados. "Y no sé si vamos a llegar a superar ese período con el crudo que tenemos. La situación es muy grave", admitió.

Según dijo García, el 50 por ciento de los expendedores "quedaron en el camino" y debieron cerrar desde el 2004 a la actualidad. La problemática representó "55.000 puestos de trabajo que se cayeron" por el cierre de "3500 estaciones".

Fuerte reclamo salarial

El sindicato que agrupa a los trabajadores de las estaciones de servicio reclama un aumento salarial del 30 por ciento. Pero no sólo eso: las cámaras expendedoras piden la sanción de una ley de comercialización por la venta de combustibles líquidos y gaseosos y que exista una mejor rentabilidad.

El sector dice que ya pasaron cuatros años desde la presentación ante el Congreso de la Nación del proyecto original de la ley. Por eso, los impulsores de la iniciativa consideran que es necesaria una actualización y en ese sentido proponen incluir cláusulas para evitar la caducidad temprana de los contratos de abastecimiento.

Uno de los puntos a concertar sería la actualización de la propuesta. El tema genera preocupación entre los expendedores ya que las compañías petroleras no renuevan muchos de los contratos vencidos.

En cuanto a la discusión salarial, el Sindicato de Obreros de Estaciones de Servicio, GNC, Garages, Playas de Estacionamiento y Lavaderos de Autos de la provincia de Buenos Aires (Soesgype) reclama un aumento promedio de 600 pesos para sus representados.

Largas colas para cargar combustible

Cada vez hay más colas para cargar nafta, sobre todo en los puntos de venta donde hay descuentos especiales o donde aceptan tarjetas de crédito, dado que muchas estaciones de bandera o independientes con poca rentabilidad no aceptan los plásticos porque perciben los reembolsos después de varios días.

Desde Repsol-YPF atribuyen las colas a que la empresa vende el combustible hasta un 15 por ciento más barato -en promedio- respecto de la competencia. Y, en este sentido, dicen que "la gente volvió a fijarse en los precios, cosa que hasta hace poco no hacía tanto".

Para los estacioneros, en cambio, el responsable de las colas es el desabastecimiento. "El problema que antes teníamos sólo hacia fin de mes, cuando se agotaban los cupos, ahora lo tenemos en cualquier momento porque el problema se agravó", explicó Rosario Sica, titular de la Federación de Expendedores.