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11-06-2010

Se reciben más denuncias de ruidos molestos en casas, que en boliches

Los jóvenes cambiaron sus hábitos y suelen juntarse a hacer la "previa" antes de ir a bailar. Inspección General intensificó los operativos en distintas zonas de Mar del Plata para combatir este problema.

Se lo conoce como "el mal de la juventud actual". Cuando salen de un boliche o un bar, muchos se quejan de un zumbido agudo en los oídos. Esa sensación, llamada acúfeno por los especialistas, suele desaparecer a las pocas horas. Pero el daño ya está hecho. Y puede llegar a ser irreversible.

Quienes también sufren las consecuencias de los ruidos molestos son los vecinos. Por eso, desde Inspección General intensificaron los operativos en distintas zonas de Mar del Plata para combatir este problema.

"En el último tiempo se produjo un cambio de modalidad: ahora recibimos más denuncias de ruidos ocasionados en domicilios particulares -donde los jóvenes suelen juntarse a hacer la "previa" antes de ir a bailar- que en los boliches", dijo a LA CAPITAL el arquitecto Fabián Pulti, del área de Ruidos Molestos de Inspección General. Y reclamó que se modifique la legislación.

La problemática se agrava durante la temporada, época en la que miles de jóvenes vienen a veranear a la ciudad. "Tuvimos casos en los que había 20 chicos viviendo en una casa alquilada. Imaginate el ruido que hacían. Pero la mayoría de los casos se soluciona a través del diálogo", afirmó Pulti.

Inspección General tiene un solo medidor disponible para determinar el nivel sonoro. Según aseguran desde el organismo, otro aparato más está en proceso de licitación y se sumará a los procedimientos ni bien se sortee este paso burocrático. "Hay permanentemente inspectores en la calle", sostuvo el arquitecto. Por noche, se llegan a realizar entre diez y doce operativos. Las zonas más conflictivas son Alem, Yrigoyen y Constitución, entre otras. Quienes no cumplen la ordenanza reciben desde multas hasta clausuras. Los especialistas denuncian que los niveles sonoros de las discotecas superan los 120 decibeles en la mayoría de los casos. Y la pérdida de audición se extiende en los marplatenses.

Entre los ruidos que superan los 110 decibeles, por ejemplo, se encuentran los que producen el bocinazo de un auto a un metro de distancia, la sirena de una ambulancia, un concierto de rock, una motocicleta con escape libre, un trueno a 600 metros a la redonda, los parlantes traseros de un vehículo y un jet antes de despegar.

Los otorrinolaringólogos recomiendan proteger los oídos con algodones. "Son menos herméticos que, por ejemplo, unos tapones de silicona", coinciden. "Influye mucho el tiempo de exposición. No es lo mismo escuchar música durante una hora que durante ocho", agregan.

La contaminación sonora nocturna puede generar efectos nocivos para la salud como irritabilidad, cansancio crónico y hasta incidencia en enfermedades cardiovasculares, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)

Mujeres, niños, ancianos y trabajadores son los más vulnerables a las consecuencias del ruido. Otras de las secuelas registradas son el decrecimiento de la capacidad laboral y el aumento del consumo de fármacos.

Uno de los principales inconvenientes para el tratamiento de la sordera precoz radica en el desconocimiento y la falta de normativas. Mientras los boliches ponen la música a más de 110 decibeles, los reproductores de MP3 carecen de un tope que permita limitar el exceso de volumen antes de llegar a los 120.

Al mismo tiempo, los usuarios no tienen información acerca de los inconvenientes que resultan de la exposición excesiva y prolongada, razón por la cual la consulta suele retrasarse. Debido a que el deterioro precoz es una afección asintomática, cuando el paciente comienza a darse cuenta de que le cuesta comprender algunas palabras o que no oye bien, suele ser muy tarde para reparar un daño que es irreversible.

Dependiendo de la sensibilidad de la cóclea de cada persona, el trauma acústico puede empezar a manifestarse a través de zumbidos, para luego evolucionar en una sordera que va incrementándose si se mantiene el grado de exposición. Exceptuando los casos en los que se aborda el cuadro en sus primeros estadíos, el daño producido no tiene cura, sólo tratamiento.

Los especialistas explican que si a las dos horas de haberse quitado el auricular o salir de un boliche se continúa percibiendo un ruido dentro del oído, significa que hay un traumatismo acústico que puede tener consecuencias en la audición.

Efectos nocivos para la salud

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que exposiciones prolongadas a niveles superiores a 75 decibeles (db) o bien a sonidos de corta duración, pero de más de 110 db, pueden causar una sordera permanente. Y establece cómo afecta esa progresión ruidosa en la salud. A saber:

* Ya, a partir de 30 db, aparecen dificultades para dormir.

* Con 40 db se dificulta la comunicación verbal.

* El sueño puede interrumpirse con 45 db.

* Cinco db generan malestar diurno fuerte.

* Unos 65 db provocan que la comunicación verbal sea extremadamente difícil.

* Con 75 db se pierde audición en el largo plazo.

* Entre 110 y 140 db generan pérdida de la audición en el corto plazo.