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09-08-2010

Es fundamental el rol de la higiene de ropa hospitalaria en la prevención de infecciones

Clínicas y hospitales consideran la del lavado un área de crítica importancia. Algunos tercerizan el servicio, otros tienen lavaderos propios. Un decreto provincial, controlado por el OPDS, regula la actividad.

Los establecimientos de salud de Mar del Plata consideran el lavado un aspecto de importancia crítica, que tiene un rol fundamental en la prevención de infecciones. Los sistemas de traslado e higiene de la ropa de cama, atuendos del personal y quirófanos, deben realizarse cumpliendo pautas que tienden a un control estricto. La actividad está regulada por el decreto 4318/98 -general para todos los lavaderos industriales- y el órgano de aplicación y control es el Organismo Provincial de Desarrollo Sustentable (OPDS).

En la práctica, cada establecimiento debería tener un manual de procedimientos, teniendo en cuenta las pautas de la regulación, que, según el director del Instituto Nacional de Epidemiología, doctor Guillermo Lossa -responsable del programa Nacional de Epidemiología y Control de Infecciones Hospitalarias- debe centrarse no sólo en los procedimientos, sino en la manipulación y también en el uso correcto de los antibióticos, teniendo en cuenta que su mal uso y su uso indiscriminado provocan un fortalecimiento de los virus.

Los hospitales de la ciudad, así como algunas clínicas, optan por tener su área específica de lavado. En tanto, otros tercerizan el servicio a través de lavaderos industriales de la ciudad. El resto utiliza el servicio que hace un tiempo brinda una empresa en la Cárcel de Batán.

Mientras, hay proyectos de inversiones tendientes a aplicar la más moderna tecnología -denominada barrera sanitaria- puesta al servicio de una seguridad máxima.

Por un lado, un grupo relacionado con clínicas está realizando una importante inversión en el Parque Industrial. Mientras, LA CAPITAL pudo saber que un lavadero industrial local está trabajando desde hace 4 años, para adecuar sus instalaciones a ese sistema.

Pautas concretas

El material de los cursos que dicta el INE para el personal de los distintos centros de salud de todo el país brinda pautas concretas y sencillas pero de gran importancia, que hacen a la seguridad de todo el procedimiento.

"Normalmente el personal de los establecimientos de salud tendría que estar capacitado en el tema porque es una de las primeras clases que se da en todo curso de enfermería auxiliar, y tiene que ver no sólo con la protección para los pacientes, sino también para ellos mismos", explicó el doctor Lossa.

Para el especialista, lo básico es que "para todo hubiese un manual de procedimiento, que todo el mundo lo sepa y lo cumpla y que las máquinas anden bien -porque si funcionan a 20 grados se altera el proceso y se contamina la máquina- pero si las cosas andan como deben andar no habría riesgo".

"La desinfección de todos los días es lo fundamental, que la limpieza del hospital sea húmeda, para que no vuelen gérmenes, independientemente de dónde esté el lavadero, el proceso es lo importante", consideró agregando algo que no figura en la regulación. "La ropa tiene que tener un tiempo de aireación después de lavada y planchada para que las fibras recuperen su esterilidad, elasticidad, de 48 ó 72 horas".

Utilizando conceptos muy sencillos, para explicar procesos muy complejos que tienen que ver con nuestra relación con los microorganismos, el doctor Lossa brindó conceptos básicos que hacen al lavado. Como resultado, se puede sintetizar que todos los microbios mueren a una temperatura de entre 60 y 70 grados, por lo que tanto el lavado, como el planchado los matan. Que, además, la ropa denominada "contaminada" -aquella que tiene manchas de secreciones o sangre, etc.- debe tener un enjuagado adicional con agua lavandina en una proporción alta, lo que brinda otra etapa de seguridad.

"Lo más importante que tenemos que plantear si queremos abordar el tema desde el punto de vista científico es pensar en lo que contamina la ropa. Qué microorganismos y qué procesos hay para eliminarlos", señaló aunque recordó que los seres humanos estamos compuestos por 10 a la 13º potencia de células y que albergamos 10 a la 14º potencia de microorganismos.

"Tenemos microorganismos en la piel, la boca, en todas partes del cuerpo. Pueden ser tan patógenos, tan capaces de producir enfermedad, como nosotros los capacitemos", aclaró señalando que algunos "nos protegen". Ejemplificó: "Un microorganismo del intestino grueso de todos los seres humanos es el clostridium perfringens, contribuye a la digestión, pero si se traspasa a una herida puede provocar una gangrena (gangrena gaseosa)".

Así, la ropa interior, la ropa de cama -tanto en nuestras casas como en el hospital- se contamina con todos los gérmenes que tenemos en el organismo y que pueden ser contaminantes (están y se van con el alcohol en gel), colonizantes (están pero no producen enfermedad) o infectantes (están, se reproducen y pueden ser patógenos).

"En los hospitales esto se ve quintuplicado por los antibióticos que usamos normalmente, por eso la ropa requiere de un mayor cuidado", fundamentó. En ese contexto explicó que "las sábanas no se pueden sacudir porque los gérmenes del paciente con los antibióticos van a parar al aire y a la cama del paciente de al lado. La ropa de cama de pacientes se dobla hacia adentro y se transporta en un carro a la lavandería".

Esa ropa puede clasificarse en tres categorías: sucia, manchada (con antisépticos), contaminada (secreciones, sangre, gérmenes potencialmente patógenos). "Por la sangre se pueden transmitir infecciones si el paciente las tiene, algunos virus como hepatitis B o sida, pero para eso tiene que haber contacto de la sangre con una puerta de entrada, una herida. No es tan fácil el contagio por el simple hecho del contacto", aclaró el especialista.

En ese punto llegó al tema controvertido. ¿A qué temperatura mueren los gérmenes? "La mayoría de los gérmenes que todos llevamos encima muere entre 60 y 70 grados de temperatura porque son gérmenes que están en forma vegetativa".

Los microorganismos para defenderse tienen dos mecanismos de protección. "Los bacilos se esporulan -una defensa a la desecación- y los cocos se encapsulan y soportan la temperatura ambiente, por lo que para morir necesitan por lo menos 134 grados o atmósfera de presión en autoclave de 3 minutos como mínimo". La realidad es que "si se hidratan -contacto con el agua- los gérmenes, dejan de estar esporulados, vuelven a ser gérmenes normales en estado vegetativo y se mueren a los 60 ó 70 grados".

Por eso, en ese sentido, si las máquinas funcionan bien, con temperaturas de entre 70 y 80 grados, es suficiente para higienizar y descontaminar cualquier prenda.

Sólo hay que tener en cuenta otro detalle. "La ropa sucia, manchada y contaminada debe ir en bolsas distintas", y la contaminada debe tener un primer lavado en agua fría porque las manchas de esta categoría suelen tener proteínas que "si se lavan sólo con agua caliente, se coagula, no sale y arruina la ropa".

Si bien, como se dijo más arriba, el lavado es casi el mismo para todo tipo de ropa, el procedimiento se realiza por separado. "La ropa llega al lavadero clasificada, primero se lava la sucia, luego la manchada y por último la contaminada. Lo mejor es no mezclarlos pero no pasa nada si se mezclan porque el mismo proceso de lavado mata los microorganismos".

Pero, como otro mecanismo de protección, se encuentra el jabón. "Que debe ser alcalino, de alrededor de 11 de ph. Cuanto más alcalino el jabón, más dañino para los microorganismos y mejor lava la ropa", aseveró Lossa recordando que, además, la ropa contaminada "según la ley hay que darle un enjuague adicional con agua lavandina en 25 partes por millón y después de esto hay otra medida de seguridad que es el planchado. La calandra, si funciona a 80, 90, 100 grados, mata cualquier germen rebelde que pueda haber quedado en la ropa", aseveró.

"El problema puede ser la ropa que no se plancha y la ropa de fibra sintética, que soporta menor temperatura, por eso uno tiene que procurar que la ropa soporte por lo menos 70, 80 grados, para que se pueda lavar a esa temperatura, y que también soporte el planchado".

Una vez listo el proceso, "se guarda la ropa en bolsas y así debe llegar a la habitación, mantenida en un ambiente seguro".

"Si la ropa está mal lavada se corre riesgo de contaminación, pero de ahí a que infecte a un paciente hay un trecho largo", señaló para concluir el especialista.

Grandes inversiones con tecnología de punta

Una sociedad anónima, Aguas Claras, integrada por tres clínicas locales anunció una inversión millonaria en el Parque Industrial de General Pueyrredon, con el sistema de Barrera Sanitaria -en rigor como exige la regulación provincial para el procesamiento de toda la ropa de establecimientos de salud, geriátricos, hoteles y restaurantes-. El objetivo de los inversores, es comenzar a trabajar este año, inicialmente con unos 30 operarios y garantizando "la total desinfección y esterilización" del material.

Mientras se trabaja en este proyecto, el responsable de un lavadero industrial que funciona hace muchos años en la ciudad, señaló que desde hace cuatro años está trabajando para intentar ser habilitado como lavadero con barrera sanitaria, justamente para cubrir el servicio de clínicas, hospitales, hoteles, geriátricos, etc.

"Poca gente conoce el tema y por eso no se hace cumplir", sostuvo en diálogo con este medio Pablo Pugliese, dueño del lavadero San José, explicando que "la barrera sanitaria es básicamente higiene y prevención de contaminación o transmisión de enfermedades".

Si bien está lentamente y "a pulmón" adecuando las instalaciones para contar con este servicio, lamentó que "es casi imposible conseguir crédito" y que "no tuve la suerte de conseguir la sesión de tierras en el parque industrial".

"Voy avanzando en el proyecto a medida que voy teniendo dinero para hacer los trámites de categorización de barrera sanitaria", comentó.

Sobre cómo funciona el lavado con barrera sanitaria, Pugliese explicó que en primer lugar, el área sucia y el área limpia deben estar separadas por una pared. Las lavadoras son especiales y tienen dos compartimientos y dos puertas -una de cada lado-. "Garantiza que lo sucio no se mezcla con lo limpio y viceversa", indicó agregando que "la reglamentación provincial dice que hay que tenerlo así y con todos los sectores separados para mantener la higiene".

Asimismo alertó que "no se trata de una lavadora convencional con doble puerta" y que "la lavadora con barrera debe sacar la ropa centrifugada".

Pugliese se consideró "desprotegido contra la competencia". "He ido a ver a la gente -de clínicas- a ofrecerles el servicio y no tengo respuesta, nadie quiere venir a ver el lavadero", señaló asegurando que "en la actualidad, el único que tiene barrera sanitaria soy yo", aunque reconoció que aún no está en funcionamiento.

"Si pudiera atender a las clínicas, yo también tendría que duplicar la gente que tengo trabajando, también tendría 20 ó 30 empleados", aseguró.

El proceso en distintos nosocomios

El Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) es uno de los que elige realizar en sus propias instalaciones el proceso de lavado de la ropa que allí se utiliza. El lavadero cuenta con 2 lavadoras, 2 centrífugas, 1 plancha, 1 tumbler de calor seco, 1 calandra y secadora para frazadas y colchas.

Diariamente se lavan en promedio 700 sábanas, 300 toallas, 150 colchas, los equipos de cirugía (compuestos por sábanas, saleas, lienzillos, compresas y camisolines), 40 ambos de cirugía, se lava también ropa propiedad de los pacientes.

También pasa por el lavadero la ropería del personal, esto es sábanas de los médicos de guardia, guardapolvos y ambos en un número diario de 60.

El área articula con ropería y costurero donde se reparan las prendas descosidas.

Cada cuatrimestre se incorporan 2.000 sábanas nuevas.

El Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires adjudicó al Hospital Alende nuevo equipamiento y es inminente la llegada de 2 máquinas lavadoras, 2 centrífugas, 2 tumbler y 2 planchadoras.

En tanto en el Hospital Materno Infantil se procesa en lavadero propio, de manera diaria 280 sábanas de pacientes, entre 80 y 100 acolchados, toda la ropa que se utiliza en cirugías y partos.

La ropa del área de neonatología que son unas 300 unidades, llevan también proceso de esterilización.

A esto resta agregar la ropería del área profesional compuesta por sábanas, ambos y guardapolvos de las guardias, laboratorios y rayos.

El equipamiento está compuesto por 2 lavadoras, 3 tumbler, 2 centrífugas y una calandra. Cada lavadora puede procesar 90 sábanas juntas.

El hospital tiene un área de costura para confeccionar, reparar y reacondicionar las prendas (ambos y guardapolvos) y sábanas.

Privados

El Hospital Privado de Comunidad (HPC) también tiene su propio lavadero. El gerente de Marketing del centro de salud, Alfredo Campos, aseveró que "toda la infraestructura del hospital trabaja bajo normas de higiene" y que "la parte de ropa del hospital tiene un sector muy importante", en el que se procesa, en promedio, una tonelada y media de ropa por día.

"Entre las partes de más cuidado está lo que tiene que ver con la esterilización, limpieza y el sistema de lavado es fundamental, diría crítico", apuntó. El encargado del turno tarde del lavadero del HPC, Gustavo Mangono, explicó el funcionamiento del lavadero, que cuenta con una puerta de entrada de ropa sucia y otra de salida de ropa limpia.

"Tenemos lavadoras para el proceso de la ropa de quirófano, la de internación y paños, guardapolvos, frazadas, que se lavan por separado. Son las mismas máquinas con distintos programas, de agua fría y agua caliente. Cada tipo de ropa tiene su programa y sus líquidos, con la densidad justa".

Además de máquinas de lavado, tienen de centrifugado. "La ropa que sale se va separando según si se lavó o no con cloro y luego pasa al secado, que se realiza también según sector. Después la ropa de internación se plancha", explicó.

Si bien la ropa de quirófano no se plancha, se preparan los kits que, antes de utilizarse, "pasan por esterilización".

"El lavadero funciona las 24 horas. La ropa de internación en el piso se reparte dos veces a la mañana y dos veces a la tarde y cada sector tiene su propio stock" explicó Mangono.

También en este caso tienen "ropería", en la que se repara la ropa descosida.

En el caso del Sanatorio Emhsa, elige tercerizar el servicio a través de un lavadero industrial que funciona en la ciudad.

"El lavado es un tema especial y de mucho cuidado", destacó el administrador José María Llorca. Aseguró que "el lavadero cumple con nosotros, retira la ropa todas las noches y la devuelve limpia todas las mañanas. Usan barrera antibacteriana", indicó agregando que es el mismo lavadero que trabaja con alguna otra clínica de la ciudad.

"Nosotros no hemos detectado ningún tipo de infección o contaminación", aseveró Llorca agregando que "por cualquier problema o demora que pueda existir, tenemos siempre stock de equipos descartables".