Por los robos, cambió la vidriera por una pared
La veterinaria de Tejedor y Valencia fue asaltada más de 12 veces. Aseguran que en la zona, la inseguridad se ha acrecentado en los últimos dos años.
Los comerciantes de la zona de Tejedor y Constitución están sintiendo cómo se intensifica la ola de robos de la que son víctimas desde hace unos dos años.
Uno de los casos paradigmáticos es el de la veterinaria de Tejedor y Valencia (a una cuadra de Constitución) en la que en los últimos dos años han entrado unas 12 veces. "Ya no recuerdo la cifra exacta" reconoce Leonardo Di Nunzio, el dueño de la firma.
Cansado de las irrupciones a su comercio, siempre luego de violentar la vidriera que da a la calle Valencia, el hombre resolvió cortar por lo sano y reemplazar la vidriera por pared.
"Casi siempre entraban por ahí, en general a la madrugada, entre las 5 y las 6 de la mañana" indicó Di Nunzio, señalando que "algunas veces se han llevado la caja registradora, otras una computadora y la última vez una netbook, no más que eso, si había plata era algo de cambio".
El último robo, fue el 5 del corriente entre las 5 y las 6 de la madrugada. A las 20.30 del día anterior, habían ingresado a robar la recaudación a punta de pistola, en presencia de dos empleados de la veterinaria. "No se llevan mucho, entran a buscar dinero y dejan todo tirado" indicó el veterinario, quien aseguró que los delincuentes no se amedrentan ni con el sonido de la alarma ni con las rejas.
Uno de los vecinos de Di Nunzio, dueño de una peluquería, apuntó que la situación en la zona está bastante brava. Enumeró robos en la verdulería, en la casa de pastas, en la lavandería, en la propia peluquería y en otros comercios de la zona. Coincide en que si bien pueden darse durante cualquier día, estas irrupciones son más comunes los fines de semana. "Se arman muchas trifulcas, se juntan grupos de 20, 30 chicos y muchas veces terminan en vidrieras rotas", contó el veterinario, quién reconoció que si bien se escucha cuando rompen alguna vidriera, a nadie se le ocurre salir. "Más que llamar al 911 no podemos hacer", indicó.
"Estamos acá desde 1992, nunca la situación estuvo como ahora. No sé qué se puede hacer ¿nos van a poner un policía frente a cada negocio?" se preguntó el hombre, sin encontrar respuesta ni solución a un problema que está cada vez más extendido en la zona.
