El modo de enseñar las matemáticas sigue siendo tema de debate. En la práctica reina la enseñanza de modo mecanicista, pero hay grupos que buscan implementar un sistema más práctico que permita al alumno saber cómo puede conjugar la disciplina con las cuestiones de la vida. La didáctica aparece como el eje de debate en torno a una disciplina que busca modernizarse a pesar de los programas impuestos y de quienes no quieren innovar. De esto debatieron los profesores integrantes del grupo el Grupo de Investigación en Enseñanza de la Matemática en carreras de Ingeniería (Giemi) de la Facultad de Ingeniería de la UNMdP, que dirige la Dra. Emilce Moler, durante un encuentro de capacitación que contó con la presencia del doctor Vinceç Font Moll, catedrático de la Universitat de Barcelona. El especialista brindó un curso denominado "Análisis didáctico de procesos de enseñanza y aprendizaje basado en un enfoque ontosemiótico de la cognición y de la instrucción" en la sede de la Agremiación Docente Universitaria Marplatense.

Font Moll, que actualmente es el coordinador del grupo Gradem (Grupo de investigación sobre Análisis Didáctico en Educación Matemática) de la Universitat de Barcelona, integrado por investigadores de diferentes países, dialogó con LA CAPITAL sobre el tema y explicó por qué cree que se debe mejorar la metodología de la enseñanza de esta disciplina.

- ¿Hace muchos años que la matemática se enseña de la misma manera o varió?

- Ha variado un poco. Podemos decir que hubo una época en la que se buscó introducir las matemáticas modernas que fue un intento de enseñar de determinado modo, más formalista y esta reforma fue un fracaso. Y a partir de ahí han aparecido como dos maneras de dar las clases. Una que sería de tipo conductista o mecanicista en que de alguna manera el profesor dice cómo son y cómo se aprenden las matemáticas en base a repetir, practicar muchos ejercicios, etc. Y ha habido otro intento de hacer un planteamiento de las matemáticas completamente diferente, donde se vea que los conceptos tienen relación con la realidad, que las matemáticas son una herramienta para reflejar el mundo que nos rodea, entonces es contextualizada, realista. Entonces hoy hay estos dos modelos. Al mismo tiempo este último modelo se está incorporando a los currículums oficiales, pero seguramente la práctica en la mayoría de los profesorados sigue siendo un modelo más conductista, mecánico. A veces esto produce ciertas contradicciones entre un currículum oficial que dice unas cosas, y las prácticas de los profesorados que son diferentes.

- ¿Y por qué cree que no se termina de implementar en todos los órdenes de la enseñanza este modelo más práctico y realista?

- Hay diferentes elementos. A veces si un profesor tiene poca formación matemática, le puede ser bastante cómodo el sistema mecánico, repetitivo porque la otra visión más realista supone saber otras cuestiones. Entonces es más fácil este modelo repetitivo cuando el profesor tiene poco conocimiento de las matemáticas y depende de los países hay muchos casos en los que los profesores tienen poca formación, entonces les resulta más cómodo. Después está la inercia de que cuando se empieza a trabajar en un colegio en el que se actúa de determinada manera que resulta más cómodo seguir, el profesor no las cambia. También el factor tiempo es muy importante, porque esta manera de dar clases más mecanicista permite dar muchas cosas en poco tiempo.

Costos vs beneficios

- Pero esto va en desmedro de la enseñanza de las matemáticas y quizás sea una de las razones que lleva a que a pocos les gusten...

- Depende de las etapas educativas. Si uno va al nivel de los más pequeños, no hay ningún alumno que tenga terror a las matemáticas. Este temor o actitud negativa se va generando durante la primaria y explota en secundaria. Y esto está relacionado con la manera en que se explican las matemáticas. Si realmente se procura enseñar matemática más significativa, de dónde vienen las cosas y por qué, se puede evitar este temor.

- Pero, ¿cómo hacer para quitar ese temor?

- Creo que habría dos estrategias. Esta sensación de que no sirvo para las matemáticas o que no me sirven es lo que hay que abordar. Hay que procurar que lo que se enseña tenga significado y utilidad, y por otro lado hay que introducir el tema de las actitudes y valores en el sentido de que si alguien no le va bien en las matemáticas no puede decir que es porque no sirve. Porque si uno aduce un fracaso en la escuela a las matemáticas, no hay nada que hacer. En cambio si se acepta que no hubo un esfuerzo real, hay una manera de resolver el problema que es trabajando más. Entonces la estrategia es en esas dos direcciones, procurar crear actitudes de valoración del propio esfuerzo, y una enseñanza significativa, realista.

- ¿Las nuevas tecnologías llegaron también a incorporarse para la enseñanza de las matemáticas?

- Muchas de las políticas de los Estados para poder justificar que se están preocupando por la mejora de la enseñanza pasan por hacer grandes campañas para la incorporación de nuevas tecnologías a las aulas. Y en este sentido se han hecho muchas campañas. Pero habría que ver cuál es el uso que se está haciendo de ellas. Pero digamos que no se soluciona todo con nuevas tecnologías. Para la mejora de la enseñanza de las matemáticas un factor importante puede ser tener buenas herramientas tecnológicas y medios, pero no es el único que determina la calidad.

- Las inquietudes de los profesores de Argentina y de su país sobre las matemáticas, ¿van por el mismo lado?

- Sí, hay un cierto interés del profesorado por la innovación, por la inclusión de la didáctica de la matemática. Lo que pasa es que las comunidades son un poco diferente. En España existen grupos de doctorado en educación matemática, hay departamentos en didáctica, y aquí esto está menos desarrollado.