CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
12-11-2010

Blockbuster, al borde del cierre en Mar del Plata por las deudas

Se trata de la sucursal de Hipólito Yrigoyen y Belgrano. El cierre del último local que la firma tiene en la ciudad sería inminente. La mayor cadena de videoclubes del mundo se declaró en quiebra y está jaqueada por la piratería.

Llegó a batir records de venta y a facturar 80 millones de pesos al año. Pero el panorama ya no es como antes: jaqueada por la piratería y acorralada por las deudas, Blockbuster -la mayor cadena de videoclubes del mundo- se declaró en quiebra en Estados Unidos luego de 25 años en el mercado y el cierre del último local que tiene en Mar del Plata sería inminente.

La empresa bajaría la persiana de la sucursal ubicada en Hipólito Yrigoyen y Belgrano, pleno centro de la ciudad, donde a través de la vidriera ayer se podía observar mercadería embalada en cajas, un síntoma que anticiparía el desenlace. La situación no es nueva: la firma cerró, hace un tiempo atrás, el local de Güemes y Avellaneda.

Por el momento, la sucursal céntrica sigue abierta. Aunque se exhiben menos películas que en la época de esplendor de Blockbuster. "Nos llegó la versión de que entre hoy y mañana la compañía enviará la carta de despidos a todos los empleados del país. Por lo tanto, el cierre sería cuestión de horas", dijeron los gremialistas que representan a los trabajadores.

En los últimos años la empresa cerró centenares de videoclubes de su cadena en varios países debido a una fuerte caída de ingresos por la piratería, así como el cambio en los hábitos de consumo, que han propiciado pasar del alquiler del DVD a la distribución en internet. Además, la crisis económica endureció las condiciones de los créditos y dificultó el acceso de la compañía a nuevos préstamos para hacer frente a sus problemas de liquidez.

La firma tiene hoy unos 5 mil locales en todo el mundo: 3 mil en EE.UU. y el resto en México, Canadá, Dinamarca, Italia, Reino Unido y Argentina. Aquí se encuentra en franca retirada: llegó a tener 85 sucursales, pero hoy sólo cuenta con 41.

Emblema de una época en la que, VHS mediante, el cine ingresó como nunca a millones de hogares, Blockbuster ahora es víctima de los cambios culturales que fue introduciendo internet y del fin de un modelo de negocios. En este nuevo milenio comenzó a perder terreno frente a competidores como Redbox, que opera máquinas autoservicio de alquiler en tiendas, y Netflix, que ofrece películas por correo en DVD y Blu-ray y por streaming para ver en la PC. También se metió en la pelea Apple, que alquila películas a través de su servicio iTunes, e influyó el televisivo "pay per view". Pero acaso la estocada mayor haya sido la piratería: lo que hace 25 años sólo era accesible en un videoclub hoy se presenta a sólo un par de clicks -convenientemente baratos- de distancia.

Blockbuster se declaró en bancarrota con la esperanza de reducir la carga de su deuda que arrastra y cambiar de modelo de negocio para sobrevivir a la creciente competencia de internet.

Según el documento presentado ante el Tribunal de Bancarrotas para acogerse al capítulo 11 de la ley que regula estos procesos, la compañía acumula una deuda de 1.460 millones de dólares, mientras que sus activos únicamente alcanzan los 1.020 millones de dólares.

Blockbuster ha llegado a un acuerdo con sus principales tenedores de bonos para reducir su deuda en cerca de un 90 por ciento, hasta unos 100 millones de dólares, a través del intercambio de esos bonos por capital de la compañía una vez que haya sido reestructurada.

Los planes de la empresa son reducir drásticamente el número de locales físicos que tiene para alquilar películas y otro tipo de material audiovisual. Además, buscará estrategias alternativas para competir con los quioscos de Redbox, el negocio por correo postal de Netflix o incluso la compra de contenidos a través de tiendas virtuales como iTunes o las suscripciones a cadenas de televisión a la carta.

En cualquier caso, y mientras se cierra el proceso de bancarrota, la compañía continuará con su actividad habitual, para lo que contará con un préstamo de 125 millones de dólares concedido por sus principales tenedores de bonos.

Después de muchos meses de rumores, el gigante del alquiler de películas -que abrió su primer local en Dallas en octubre de 1985- se acoge así al amparo del capítulo 11 de la ley que regula la bancarrota empresarial en el país.