La importancia del ferrocarril para el desarrollo de Mar del Plata
por Alejandro Aníbal García
El modelo de desarrollo económico, territorial y poblacional argentino estuvo, durante décadas, ligado al paso del ferrocarril. La red ferroviaria argentina llegó a comprender 45.000 kilómetros de vías operativas, siendo una de las más extensas del mundo. No sólo la producción agrícola ganadera era transportada en tren, sino también era utilizada para viajar por millones de pasajeros. El tren conectaba a la ciudad de Buenos Aires con diversos puntos del interior del país y las provincias entre sí. La historia comenzó en 1854, al concretarse la firma de diversos contratos con empresas de origen inglés. Para 1900 ya se habían construido 16.500 kilómetros de vías, alcanzando un tráfico anual estimado en 18 millones de pasajeros y casi 12 millones de toneladas de carga. En la actualidad, poco ha quedado de todo lo construido.
Las estaciones de tren no eran un simple punto logístico, se erigían como el eje central de la vida social y de la economía de cientos de localidades. En las estaciones se nacía, se comerciaba, se gestaba el futuro de las mismas. Mar del Plata no fue la excepción.
La llegada del Ferrocarril del Sud
Hacia fines de 1800, Mar del Plata se estaba consolidando como la ciudad balnearia de las familias adineradas de Buenos Aires. Las mismas comenzaron a construir suntuosas residencias a las que se trasladaban, junto a sus familias y una abultada cantidad de personal de servicio, desde noviembre hasta Semana Santa de cada año.
La compañía de origen británico "Gran Ferrocarril al Sud de Buenos Aires" inició sus obras en el año 1864, partiendo de la estación Constitución. Veinte años después había logrado conectar ciudades como Chascomús, Dolores, Azul, Flores, Ayacucho, entre otras. Para Abril de 1884 se logró uno de los principales objetivos, que era unir Azul con Bahía Blanca, sede de un nuevo puerto en la costa atlántica que posibilitaría la exportación de parte de la producción agrícola ganadera de la provincia.
Sin embargo, el transporte hacia la ciudad turística argentina aún representaba un desafío. El ramal existente llegaba hasta la estación en Maipú, debiendo completar el resto del trayecto en un dificultoso viaje en carreta a través de un precario camino. Atento a solucionar este problema y apostando al futuro del turismo y la ciudad, el entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, Dardo Rocha, decidió gestionar la llegada del tren. El primer tren finalmente arribó a Mar del Plata un 26 de setiembre de 1886, hace 125 años. Ese fue el primer impulso hacia la consolidación de la Brighton argentina.
Volver a las raíces
Diversas fueron las causas que originaron la reducción de los 45.000 kilómetros de ramales ferroviarios que había en 1957, a los 28.000 kilómetros en la actualidad. La mayoría de los mismos, en pésimo estado y fuera de estado operativo. El proceso de desinversión exterminó miles de kilómetros de vías y, con ello, gran parte del material rodante del país. Del mismo modo, dicho hecho originó la extinción de decenas de localidades.
Recién hace pocos años, la Secretaria de Transporte de la Nación, decidió revertir esta situación a través de un importante esfuerzo financiero y operativo materializado en el Plan Nacional de Recuperación Ferroviaria de Argentina. El mismo contempla una serie de inversiones millonarias para recuperar vías férreas, como así también, incorporar y poner en óptimas condiciones el material rodante y diversas estaciones; entre las que se encuentra Mar del Plata.
Contar con un moderno sistema logístico de transporte es fundamental para garantizar el desarrollo económico y social del país.
El tren y Mar del Plata
En el caso de nuestra ciudad, debemos abordar el tema en dos aspectos. Por un lado, el beneficio que el tren genera al sector productivo y, por el otro, el que origina al turismo local.
Producir y comerciar bienes requiere de una infraestructura de transporte estratégicamente desarrollada. El área productiva del sudeste de la provincia de Buenos Aires necesita contar con una red ferroviaria moderna que vincule las diferentes localidades productivas de la zona con el puerto local y los principales centros de distribución del país. De este modo se reducirían los costos logísticos de transportar la carga por tierra hacia Buenos Aires, para recién ahí embarcar y exportarla al mundo, o distribuirla al resto del país. Un servicio de tren, de mil toneladas, puede transportar lo mismo que 30 camiones. Mientras que en la Unión Europea se transporta el 45% de la carga por tren, en Estados Unidos el 35% y en Brasil el 21%; en Argentina apenas se llega al 9%.
Del mismo modo es una realidad que, durante vacaciones y feriados, el transporte de pasajeros de millones de argentinos hacia la costa atlántica representa una epopeya. Las rutas colapsan de vehículos. Las demoras son moneda habitual. Las condiciones de viaje del transporte público dejan mucho que desear. Sobre todo, si se quiere expandir y mejorar la infraestructura turística de nuestra ciudad, nuestra provincia y nuestro país.
Recorrer los Estados Unidos a través de la línea de tren interurbana Amtrak, es un viaje de placer. Lo mismo sucede con varias líneas de Europa ¿Por qué no puede suceder en Argentina? Los argentinos tenemos el derecho de contar con una línea de pasajeros ferroviaria turística digna que conecte la costa atlántica con el país.
Si hay un concepto que tiene que quedar claro, es que la inversión pública que provee infraestructura productiva representa un principio político que debemos impulsar entre todos. La acción conjunta del gobierno nacional, provincial y municipal es el único camino posible hacia el progreso.
Una ciudad se sueña, se piensa y luego se la construye con el esfuerzo de sus habitantes. Soñemos con la Mar del Plata que queremos, soñemos con revalorizar el tren y no paremos hasta que ese sueño se haga realidad; en honor a nuestro glorioso pasado y para construir nuestro prometedor futuro.
(*): Licenciado en Economía (CEMA).