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20-08-2011

Beatriz Arza, Defensora del Pueblo

De trabajar con los derechos de la mujer, pasó a bregar por los de todos los vecinos de la ciudad, esta mujer cuenta su propia lucha.

La descendiente de vascos socialistas nació en Ramos Mejía, cursó en el oeste del Gran Buenos Aires sus estudios primarios y el secundario lo realizó en Caballito, en el colegio "Fray Mamerto Esquiú", para elegir convertirse en abogada por la Universidad de Buenos Aires. Al Derecho, dice, llegó por "vocación". Y en Mar del Plata se instaló a los 40 años, como consecuencia de un amor.

"Veía causas que me resultaban injustas, gente muy vulnerable y siempre decía que tenía que defender a esa gente", detalla el porqué de su vocación.

Si bien se recibió a los 26 años, ya a los 18 años había empezado a trabajar en un estudio jurídico aprendiendo "el ABC del Derecho". Se especializó en "empresas de transporte, por mi papá, y terminé siendo la abogada de varias, fundamentalmente comercial, tratando cuestiones civiles", relata.

Hace 20 años, debido a que contrajo matrimonio, se instaló en la ciudad, a la que "conocía por venir de veraneo. Tengo una amiga de muchos años acá y participé de varios encuentros nacionales de mujeres", cuenta.

Además de su participación en el Movimiento de Mujeres, militó por convicción y por herencia en el Partido Socialista Democrático. "Allí conocí a Alicia Moreau de Justo -señala- que me impulsó a trabajar en los derechos de la mujer. Pero fue mi mamá la que me enseñó ese camino".

Una vez en "La Feliz", se fue "arraigando. Debo agradecer mucho a Mar del Plata y a la gente, que me abrió sus brazos y me brindó su afecto".

Y así fue que empezó a trabajar "de a poquito, como voluntaria, en el Centro de Atención a la Mujer Maltratada (CAMM) y ahí conocí a la doctora Galé, que es otra de mis maestras", resalta.

Una vez en la institución, explica que comenzó a especializarse en "violencia de género. Estudié, hice seminarios, tratando de hacer algo por las mujeres que pasan por ese mal trance".

Por las mujeres

Corría 1992 y en ese entonces "armé una oficinita y de a poquito fui teniendo clientela. Fundamentalmente trabajé con este tema de violencia de género, también participé activamente en la reconstrucción de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, junto a Luis Caro entre otros, trabajamos juntos muchos años. Puse el derecho al servicio de estas causas", sentencia.

Arza también trabajó en la Dirección de la Mujer de la Municipalidad, armando los centros de la promoción de la mujer en las tres delegaciones, durante los últimos dos años de la intendencia de Elio Aprile.

Aunque reconoce que se "hacen cosas en relación a la problemática de la violencia de género" sostiene que hace falta "mayor presupuesto y políticas sostenidas".

Más tarde en el tiempo "empezamos a trabajar con Goga Galé con las muertas y desaparecidas, en el caso conocido como 'El loco de la ruta'. Peticionamos, nos preocupaba qué pasó con estas mujeres, que fueron alrededor de 28", indica.

"Siempre me interesó mejorar la comunidad -asegura-, muchas veces el tema de la violencia de género es cultural, es un abuso del que tiene fuerza en contra de aquella que no la tiene. Trabajé mucho con todo eso, con mucho compromiso".

Así fue que en 2003 se presentó como candidata para convertirse en Defensora del Pueblo, precisamente por la ONG CAMM, y si bien pasó las entrevistas en esa oportunidad quedó seleccionado el doctor Alberto Rodriguez.

Pero cuando él renunció, debido a que pasó a la Universidad Nacional de Mar del Plata, se postuló nuevamente y después de rendir los exámenes quedó elegida. Así fue que empezó en el cargo en noviembre de 2003.

"Estuve adjunta -describe-, porque el titular era el doctor Rubén Vespa, hasta que en 2006 renunció y el Concejo Deliberante me eligió como titular". En 2008, una vez terminado el mandato, la reeligieron. El período dura cinco años y tiene dos posibilidades de reelección.

Defensora pública

La función de la Defensoría del Pueblo consiste en "controlar a la administración municipal, a los jueces de falta, a los servicios públicos, Obras Sanitarias, agentes municipales y a los funcionarios. Eso es lo básico. Si tenés un problema irresuelto con la Municipalidad, pero el expediente no avanza, debes dirigirte a la Defensoría y nos encargamos de ver qué pasa", explica.

"Otra de las funciones -agrega- es, por ejemplo, la eximición de las tasas para los jubilados y también todos los temas relacionados con los derechos humanos. Tenés que contener mucho a la gente porque vienen muy embalados, ya cuando llegan ahí pasaron por todo un derrotero burocrático".

Otro de los temas de los que se encargaron fue "cuando asaltaban a los chicos a las salidas de las escuelas -enumera-. Empecé a trabajar en la ciudad con los derechos de la mujer y ahora termino con los derechos de todos los vecinos y vecinas".

A punto de cambiar de década, dice que "tengo que festejar la vida y que estoy viva, estar con mis amigas y mi familia, porque me acompañaron en momentos muy difíciles. Me operaron hace tres años de un cáncer de colon, con metástasis en los pulmones. El año pasado me operaron de un pulmón, me sacaron los nódulos. Estuve con quimioterapia todos estos años y hace quince días terminé con los rayos".

"Tengo que agradecer -confiesa- a toda la gente que me acompañó, a la que no me dejó sola, a mis hijos del corazón y a mi trabajo, que me fortaleció, me olvidaba de lo mío. Mucha gente se ha preocupado por mí, sinceramente no me puedo quejar".

También dijo estar "agradecida a Mar del Plata, por estar donde estoy, me ha dado una vida muy linda. Tengo que agradecer a Dios la buena vida que tengo"

Acerca de si es pasional o racional, considera que "trato de ser racional pero a veces soy pasional, la vasconia me pierde. Trato de ser racional, soy bastante tranquila, y trato de ser objetiva, porque tenés que brindarle tranquilidad a la gente. Atiendo como me gusta que me atiendan a mí, a nadie le gusta estar esperando dos horas o que lo maltraten".