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27-11-2011

Luchar contra la importación de gas fabricando molinos eólicos

La ONG 500RPM quiere demostrar que la inversión en energía eólica es posible si se basa en políticas serias y leyes que la sustenten y no en decretos que ahuyentan a posibles inversores.

La necesidad de 2 millones de personas y cerca de 2.000 escuelas rurales que carecen de electricidad, junto con las políticas energéticas del Gobierno, son los hechos que movilizaron a un grupo de profesionales para llevar energía eólica a escuelas rurales a la vez que denunciar la importación de GNL como una política insostenible ambiental y económicamente, y proponer invertir en un recurso gratuito y abundante en Argentina: el viento.

El Gobierno nacional importa Gas Natural Licuado (GNL) de manera exponencial desde 2008: ese año se compraron 8 cargas, 14 en el 2009, 21 al año siguiente y 50 este año.

El costo por carga durante el 2011 fue de U$D 32 millones. Con lo cual, este año se estarían gastando alrededor de U$D 1.600 millones en la importación de GNL.

?Con ese dinero invertido en energía eólica, la demanda se cubriría en tan sólo 5 años. Y en 2 años, se podría llevar energía a los 2.000.000 de argentinos que aún no la tienen?, expresó Luciana Proietti, coordinadora de la entidad 500RPM.

Sin embargo, el ministro De Vido redobla la apuesta. El año próximo, importará 75 cargas a un costo de U$D 40 millones por carga, según el informe. Y acaba de firmar un precontrato con Qatar para importar GNL por 20 años a partir de 2014.

"Esta política, que comenzó como una medida provisoria ante la crisis energética, llegó para quedarse. Así lo demuestran además, las obras que se realizan para incorporar el GNL al sistema: plantas regasificadoras que ya están generando gran malestar en las poblaciones de Escobar y Bahía Blanca, donde fueron instaladas, ya que, según denuncian distintas ONG locales, no cumplen con las normativas internacionales y están ubicadas en lugares inadecuados, constituyendo por ello polos altamente peligrosos para la población y el medio ambiente" denunciaron los autores del trabajo.

500RPM quiere demostrar que la inversión en energía eólica es posible si se basa en políticas serias y leyes que la sustenten (como está sucediendo en Brasil) y no en decretos, como el Genren, los cuales ahuyentan a posibles inversores.

?La quita de subsidios a la energía fósil es un sinceramiento del mercado, que puede constituir un primer paso hacia el desarrollo de las energías renovables, las cuales de esta manera podrían empezar a competir. Pero esto tiene que estar acompañado por políticas que las promuevan? enfatizó Proietti.

?Además, hay que dejar en claro que la importación de GNL constituye un gasto y no una inversión y, en este sentido, se trata más de un manotazo de ahogado que tiende a institucionalizarse que de una política estratégica a largo plazo?.

La organización se propone llevar energía eólica a escuelas rurales mediante un aerogenerador que se fabrica manualmente y que ha sido ampliamente utilizado en proyectos de desarrollo en todo el mundo. Para ello, enseña a los beneficiarios de las escuelas a construir los aerogeneradores, instalarlos y ponerlos en funcionamiento. Lo cual, aseguran, ayuda a la sostenibilidad del proyecto, además de brindar a las personas nuevas herramientas de trabajo.

La organización también brinda cursos de fabricación de aerogeneradores, como un modo de solventar sus actividades. En ellos también se aprende a fabricar molinos eólicos fabricando uno.

?500 revoluciones por minuto es la velocidad a la que nuestro molino alcanza su máxima generación energética, pero también se refiere a la revolución que puede originarse si más gente se interesa y aprende a fabricar su propio molino eólico?, sintetiza Proietti.

De esta manera, 500RPM, con sus aerogeneradores de baja potencia, se planta contra las políticas de importación de GNL como un David de los vientos contra un Goliat de la megaproducción (e importación) energética fósil, para que un gigante de los vientos pueda hacerse realidad en un futuro cercano.