"Ese día supe qué es el fascismo"
10:57 | El arquitecto Daniel Medina recordó aquel trágico 6 de diciembre de 1971, que terminó con la muerte de Silvia Filler. "Me encontré con este grupo de gente que venían con cadenas, petardos y también armas. Una locura", detalló.
Daniel Medina, hoy arquitecto, fue el secretario de actas en la asamblea universitaria que terminó con la muerte de Silvia Filler. En aquellos años era apartidario y asegura que le encomendaron aquel rol "por meterete y porque me reconocían como independiente".
Medina, que entre 2004 y 2008 fue rector de la UNMdP, manifestó que a Filler "no le conocí militancia política partidaria, aunque tenía mucho sentido de solidaridad social".
En 1971 los estudiantes tenían participación militante en la medida en que "el gobierno militar lo permitía...", asegura Medina, quien recuerda que los estudiantes fueron ganando espacios.
"Unos años antes -señala- en la Facultad de Arquitectura tuvimos una movilización estudiantil muy importante reclamando concursos para la cobertura de las cátedras".
En ese contexto un grupo de estudiantes realizó una huelga de hambre en una casona de Mendoza y Colón. "No sé de quién era esa vivienda, que era conocida como "La Sede de los Hambrientos". Por ahí pasaban estudiantes de distintas facultades".
Medina indicó que en esa época "el movimiento juvenil-estudiantil de Mar del Plata todavía no tenía agrupaciones que respondieran a partidos políticos. Los centros de estudiantes eran independientes o plurales, fundamentalmente reivindicativistas"... "casi una prolongación de los centros de estudiantes secundarios, ya que organizaban fiestas, el deporte, y alguna vez -excepcionalmente- tocaban algún tema académico".
Agrupamiento
Después del "Cordobazo", explica Medina, comenzó "un proceso de agrupación y politización. Las agrupaciones partidarias no existían hasta que apareció el Movimiento Mayo, y así fueron surgiendo las agrupaciones, que pertenecían o no a partidos políticos".
En la facultad de Arquitectura existía el Centro de Estudiantes de Arquitectura Marplatenses (CEAM), que estaba conducido por "estudiantes de cierto nivel de politización pero nunca aparecieron como una organización política. Coexistían los que formaban parte de uno u otro pensamiento político", recordó Medina.
Como ese centro de estudiantes "comenzó a tener una participación activa con niveles de politización, hubo una reacción de otros estudiantes que constituyeron el paralelo, llamado Centro de Estudiantes de Arquitectura y Urbanismo (CEAU)", explicó el dirigente socialista.
A pesar de la asociación que siempre se hizo entre el CEAU y la Concertación Nacional Universitaria (CNU), Medina la negó al advertir que "nunca supimos que respondieran a la CNU, por lo menos yo. Incluso había compañeros que estaban en el CEAU un poco porque querían evitar que la facultad se politice".
El reclamo de los estudiantes de Arquitectura apuntaba a la mejora de la educación ya que cuestionaban a los docentes que "enseñaban mal o con contenidos negativos. Eso fue un logro de los estudiantes", indicó Medina.
Al recordar aquel trágico 6 de diciembre de 1971, manifestó: "Era una asamblea muy numerosa en el aula magna del rectorado que hoy se llama Silvia Filler. Yo había sido elegido secretario de actas porque era meterete, organizaba el deporte, pero era independiente partidariamente. Todavía no militaba en el socialismo".
"Estaba sentado de espaldas a los ascensores. Cuando nos dijeron que estaban golpeando a compañeros, salí hacia los ascensores con el afán de pacificar, pero me encontré con este grupo de gente que venían con cadenas, petardos y también armas. Una locura".
En ese ínterin, Medina subió las escaleras para ir a la secretaría del decanato en busca de un teléfono para llamar a la policía. No tuvo suerte.
"Cuando volví a entrar al aula -contó- vi un cuerpo rodeado de sangre y heridos. No veía bien, después advertí que era Silvia".
Toda esa noche la pasó en vela, junto a sus compañeros, en la puerta de la Clínica Central ubicada en Independencia y 3 de Febrero, hoy desaparecida.
"Fue un espanto -definió-. Nunca había sabido hasta ese momento qué era el fascismo, los grupos de choque eran así. Fue muy duro y fue muy difícil recomponernos. Silvia estaba en primer año, era una chica excepcional".
Durante su gestión como rector de la Universidad Nacional de Mar del Plata se recuperó el aula magna del rectorado -que se llama Silvia Filler- para que funcione como tal, ya que anteriormente estaba destinada al grupo de teatro universitario.
"Para la sociedad marplatense fue un golpe muy fuerte, tremendo -definió-. A Silvia no le conocí militancia política- partidaria, aunque sí mucho sentido de solidaridad social. Tengo un recuerdo muy lindo de ella, con muchas ganas de hacer cosas. Su muerte fue algo tremendo".