Ya en 1954 adopta el nombre actual, se muda a una nueva sede, en Moreno y San Juan, la que mantiene hasta nuestros días y obtiene la personería jurídica. Se cree que en Mar del Plata hay 30 mil descendientes de libaneses que llegaron a estas latitudes.

?Hubo un salto generacional. Los abuelos hicieron grande a la institución y ahora los nietos estamos intentando que resurja?, explica Fabio Talibs, presidente del Centro, cómo es que apenas tienen 144 socios activos.

?Durante mucho tiempo se pensó a la institución como una cosa cerrada para una colectividad. Ahora queremos que sea abierta a una comunidad?, señala quien ocupa la Presidencia desde hace 7 años, tiene 44 y se recibió de cheff para enseñar los secretos de la comida árabe en uno de los cursos que ofrece la institución en el marco de sus objetivos de conservar y difundir su identidad.

La cocina o la comida árabe son una de las muchas alternativas que integran la oferta cultural que el Centro Social Libanés le ofrece a la comunidad. ?Se enseña el idioma, la música y la danza árabe?, enumera Talibs.

Este año el Centro fue sede de un encuentro de música folklórica, el ?Dabke?, del que participaron jóvenes y niños de distintos lugares del país. ?El año próximo se hará en Jujuy y ya estamos preparándonos para el viaje?, acota el presidente.

El lema de las actividades culturales que se desarrollan en el Centro es ?Compartir y no competir?. ?Queremos ser una herramienta para la educación y formación de los alumnos?, resume la filosofía de la entidad.

Conocer los secretos de la gastronomía árabe tiene cada día más adeptos. Por los dos cursos que brinda la institución pasan cada año casi 50 personas. ?Son descendientes y también gente interesada en conocer nuestra cultura?, dice Fabio, quien junto con la Comisión Directiva ha ordenado todos los papeles de las gestiones anteriores para poder incluir al Centro entre las Entidades de Bien Público que registra la Municipalidad a través de la Dirección de Relaciones con las ONG.

?Así podríamos gestionar subsidios para mejorar la infraestructura -hicieron los planos para una futura ampliación donde piensan montar aulas- o ampliar los servicios que nos permitan insertarnos dentro de las necesidades de la comunidad.

De a poco los jóvenes, esa tercera generación de inmigrantes libaneses, se acerca al Centro y aporta tiempo y trabajo para conservar viva la identidad que corre por sus venas. Ahora están coordinando el segundo Campamento Libanés que se desarrollará en el mes de febrero y del que participarán jóvenes de todo el país.

?Hemos implementado una reestructuración institucional y creado lo que denominamos ?La Nueva Juventud?, que se integra por un grupo de 20 jóvenes con los que estamos intentando cambiar las cosas y volcarnos más hacia las necesidades de la comunidad?, refleja el presidente.

La fiesta de la colectividad se celebra cada 22 de noviembre, fecha en que el salón se viste de gala para conmemorar la independencia de El Líbano. Ahora en verano la institución se prepara para repetir la fiesta en enero y febrero, aprovechando la visita de miembros de la colectividad como veraneantes de la ciudad.