PINAMAR.- El arquitecto Jorge Bunge, ideólogo e impulsor de Pinamar, fue homenajeado al cumplirse el 69º aniversario de la creación de este balneario.

La celebración, anunciada en el monumento al fundador, debió trasladarse por la lluvia a la Parroquia Nuestra Señora de la Paz, lugar donde se ofició una misa con la participación de familiares, allegados y autoridades locales. La ceremonia religiosa se llevó a cabo el sábado por la noche, aunque la fecha inaugural fue el 14 de febrero de 1943, oportunidad en que se produjo la apertura del lugar al público aún bajo la administración central de General Madariaga, situación que se modificó recién el 1 de julio de 1978 con la declaratoria de Municipio Urbano.

Entre los presentes, Elsa Shaw de Canale, nieta del fundador resaltó la figura de Bunge. "Para todos los pinamarenses y quienes lo visitamos asiduamente es un día de mucha alegría, de mucho agradecimiento, no sólo a Jorge Bunge, sino también a todos los que trabajaron y lucharon e hicieron esta ciudad tan bonita y que intentamos y le pedimos a todos para que siga creciendo así, de una manera armónica", declaró. "Estamos intentando continuar con su plan de urbanización como en la década del ?40 con cosas diferentes como son las necesidades actuales pero siempre pensando en el futuro, en el crecimiento y poniendo cada vez más arte en las calles de Pinamar, ahora con la escultura y pensamos seguir. Estamos recién empezando, de manera más metódica y continua", agregó.

Como integrante de Pinamar SA, la empresa fundada por su abuelo, Elsa Shaw de Canale destacó el avance que significará la apertura a mitad de año de la sede universitaria. "Eso es algo impresionante. Creo que no terminamos de darnos cuenta lo importante que va a ser eso para Pinamar todo el año, para los jóvenes puedan conseguir trabajo, estamos muy contentos y orgullosos que la UADE nos haya elegido", recalcó.

Según explican desde Pinamar SA, el proyecto original fue hacer un balneario en el que el verde de la naturaleza formara con el mar un armonioso conjunto, aplicando conceptos urbanísticos muy avanzados para la época. Implementó desde sus comienzos el conjunto de prioridades, creando así un agradable lugar de descanso para disfrutar en familia y con amigos. Estas tierras eran médanos que formaban una barrera al mar. Bunge, que había estudiado en Alemania no sólo Arquitectura e Ingeniería sino también Urbanismo, hacia fines de los años 30 pensó en fijar los médanos, propiedad de Valeria Guerrero, forestarlos y urbanizarlos. Estudió también las características y posibilidades de la zona, y tuvo en cuenta que ya existía un ramal ferroviario. Dio forma a su proyecto con una empresa denominada Pinamar Sociedad Anónima, junto con Guerrero. A ellos se sumó un grupo interesante de personas, entre los que había hombres de campo, industriales y profesionales animados por el afán de superar un verdadero desafío.

Arena y médanos

Además de los familiares y allegados, participaron de la misa las autoridades locales encabezadas por el intendente Blas Altieri y el secretario de Turismo, Juan Carlos Bucheli, dos "pioneros" de Pinamar.

"Estoy a punto de cumplir 61 años, así que después de ocho de haber empezado Pinamar aparecí yo. Mi padre vino en el 44, y a partir del 45 se hizo cargo de la administración de Pinamar SA hasta el ?62, cuando fallece el Jorge Bunge y se va de la empresa. Es un largo trajinar. Ver esto hoy, lo que fue cuando éramos jóvenes, el desarrollo, y la variedad de acciones que se hacen año a año, es algo increíble. Esto se ha convertido en un polo turístico dentro de Argentina", expresó Bucheli.

Al ser consultado sobre Bunge, el secretario lo describió como "un loco lleno de ilusiones, porque haberse arriesgado en esos años a intentar domar la furia de los médanos y el trabajo que le costó... La gente no tiene idea. Hoy todos ven Pinamar, sus bosques, que hay árboles, hay quejas si los voltean pero esos pinos fueron plantados por el hombre uno por uno. Toda una proyección increíble, todo lo que es el planeamiento urbano fue una creación de él. El primer hombre que puso asfalto en Pinamar fue Jorge Bunge, la calle Gaviotas, Toninas, Los Delfines, del mismo modo que se había utilizado en el desierto para hacer pistas de aterrizaje, mezclando arena con brea caliente que se endurecía después".

Agregó el funcionario que "eso fue todo trabajo del hombre en su más rústica forma. No había maquinarias de ningún tipo, la luz se cortaba a las 10 de la noche... El agua corriente fue uno de los primeros desarrollos que hizo Bunge para proveer a la ciudad, generando esos tanques que hoy perduran en algunas zonas". Como anécdota, recordó también que en su niñez no se andaba en bicicleta. "Lo hacíamos a caballo porque las calles eran de arena, salvo las 3 que estaban pavimentadas. Todo quedaba muy lejos. Viajar a Madariaga por el camino de tierra duraba a veces medio día si llovía. Cuando se inundaba a la escuela secundaria íbamos en tren, que cortaba por el medio de las lagunas. Era toda una odisea", concluyó.