Mujeres, construyendo lo bueno y lo bello
Por Stella Maris Orosco (*)
?Es angosta la puerta... Es estrecha e incierta... recortando las nubes al tamaño de algún ínfimo sueño perdido en el desván...?
Las expresiones de la recordada poetisa argentina Olga Orozco nos llevan al corazón mismo de aquellas trabajadoras de la fábrica Cotton Textile Factory de Washington. Ciertamente, ?la puerta era angosta, estrecha e incierta...?, la explotación y la pobreza extrema sólo dejaban lugar para ?algún ínfimo sueño perdido en el desván?, pero con profunda unidad tuvieron la fuerza, la voluntad y el coraje para luchar por sus derechos. Declararon una huelga para pedir el mismo salario que los hombres, descanso dominical, reducción a las 10 horas la jornada, derecho a la lactancia y reducción de la jornada laboral. Aquel 8 de marzo de 1908, el dueño no aceptó la huelga, cerró las puertas de la fábrica y la prendió fuego... murieron 129 mujeres.
En el año 1976, las Naciones Unidas conmemoró por primera vez el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. Este día es una conmemoración, es decir, el recuerdo de una situación que lamentamos, pero que queremos hacer visible, pública.
Conmemoramos la desigualdad, la violencia y el silencio. Deseamos también que se abra paso a la celebración. Celebrar la unidad en la diversidad, la libertad, la autonomía de todos los seres humanos, sin distinción de género.
Las mujeres, en la lucha por nuestros derechos, somos llamadas a contribuir en la transformación del mundo, a construir lo bueno y bello, desde la riqueza del espíritu, más poderoso que las antinomias, que el odio y la violencia... porque, como decía Gandhi, ?mañana tal vez tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos y decirles que fuimos derrotados. Pero no podremos mirarlos a los ojos y decirles que viven así porque no nos animamos a luchar?.
En el transcurso del tiempo, las luchas por mejores condiciones de trabajo -que aún persisten-, fueron abriendo paso también a bregar incansablemente para erradicar las distintas formas de violencia (física, psicológica, sexual) que tienen a mujeres y niños-niñas como víctimas, y ello comprende erradicar todas las formas de violencia en la atención del embarazo, parto y nacimiento.
Es compromiso de todos la construcción de la paz... es cambiar el mundo, y como dice Michel Odent: ?Para cambiar el mundo es preciso cambiar la forma de nacer?, por lo tanto es imprescindible conocer, difundir y asumir la misión de defender los derechos humanos de las mujeres y de las niñas que piden nacer amorosa y respetuosamente.
Aún hay mucho por hacer al respecto. Mientras tanto, es fundamental dar a conocer que existe la ley 25.929 de Derechos de Padres e Hijos durante el proceso de nacimiento (en vigencia desde 2004) que es de carácter obligatorio en todo el territorio de la Argentina, tanto en instituciones públicas como privadas.
En este marco, resulta prioritaria una participación creciente de las mujeres en política, aportando su sensibilidad, su férrea voluntad y sus valores, porque ?Cada una es política, ya sea como responsable de un puesto público o sólo como ciudadana que se interesa por el bien público y participa activamente. Descubrir la fraternidad universal como categoría política. Esta es la revolución del amor que necesita ahora el mundo?. (Chiara Lubich, Fundadora del Movimiento de Focolares, Premio Unesco de Educación para la Paz. 22-01-1920/14-03-2008)
Cada Mujer, como persona única e irrepetible, con su propia sensibilidad, sus valores, su propia historia, sus gozos y esperanzas... Y también con nuestro bagaje de sueños, debemos continuar trazando horizontes a lo largo de una historia de luchas, para aportar nuestro patrimonio del alma como claro signo de paz.
*Responsable del Centro Preventivo Laboral Secza. Integrante de Cefil. Fundadora y directora ejecutiva del Foro Femenino Latinoamericano. Referente del Movimiento de Políticos por la Unidad (MPU) de Mar del Plata. [email protected]
