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27-05-2012

Avanzan soluciones para el tráfico automotor en Mar del Plata

El crecimiento exponencial de la cantidad de automóviles dificulta la circulación por el centro de la ciudad. La experiencia de Curitiba y otras urbes ofrece posibles soluciones. Playas de estacionamiento, bicisendas y bus turístico.

por Alejandro Aníbal García (*)

Uno de los principales inconvenientes que encuentran las ciudades emergentes en el mundo es el constante aumento de vehículos de transporte, consecuencia no sólo del crecimiento poblacional. En la actualidad se estima que existen circulando por las calles más de 1.000 millones de automóviles. El ranking es liderado por Estados Unidos que, con 240 millones de unidades, posee un vehículo cada 1,3 de sus habitantes. En Argentina, el parque automotor ya supera los 10 millones de automóviles (4 habitantes por vehículo), cuando en 1980 apenas superaba los 4,3 millones de unidades (6 habitantes por vehículo).

Mar del Plata no ha permanecido ajena a esta situación. En 1980 la ciudad contaba con cerca de 90.000 vehículos registrados. Hoy en día, dicha cifra casi se cuadriplicó superando las 350.000 unidades. Dentro de estas, encontramos más de 265.000 automóviles; 2.800 taxis y remises; 64.000 motos y; 19.500 camiones entre otro tipo de utilitarios. Si además consideramos el impacto que tienen los miles de vehículos que visitan la ciudad en temporada, o en algún feriado largo, esta cifra se incrementa por encima de los 400.000 vehículos.

Los problemas del tránsito

La semana pasada miembros del Instituto de Investigación y Planificación Urbana de Curitiba (Ippuc) realizaron una visita a Mar del Plata, para colaborar en la elaboración del Plan Maestro de Transporte y Transito que la Municipalidad está desarrollando en conjunto con la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), la Facultad de Arquitectura y Diseño de la UBA y la Universidad Nacional de Mar del Plata.

La construcción colectiva de políticas de estado transgeneracionales que permitan la coordinación del transporte urbano por los próximos 25 años, es el camino abordado por las grandes urbes para poder mejorar la calidad de vida de sus vecinos, y al mismo tiempo minimizar el impacto negativo de este crecimiento vehicular.

Entre los principales problemas se destacan no sólo la incomodidad de transitar por determinadas zonas y horarios, sino que también la ausencia de espacios para estacionar. La adecuación de la normativa vigente a fin de impulsar la construcción de más playas de estacionamiento, penalizar las infracciones y reordenar la circulación de determinadas calles, se presentan como una de las soluciones más efectivas.

Sin embargo, una sociedad que transforma en hábito la transgresión a las normas, difícilmente logre solucionar el problema del tránsito por más planes que se desarrollen. Las nuevas generaciones deben comprender que el estacionamiento en doble fila, tan habitual en las calles de Mar del Plata, no corresponde. La necesidad no siempre genera derecho.

El ejemplo de Curitiba

La ciudad de Curitiba, capital del Estado de Paraná en Brasil, poseía en la década de 1960 cerca de 360.000 habitantes y un futuro de crecimiento promisorio. En 1970, ya superaba los 624.000 habitantes con una población similar a la que hoy tiene Mar del Plata. Actualmente la ciudad posee 1,8 millones de vecinos y es considerada una urbe ejemplar. Lo que diferenció el modelo de desarrollo de Curitiba frente a otras ciudades del mundo, fue que planificó su crecimiento en base a un proyecto de expansión urbano.

En 1966 se diseñó el plan regulador de la ciudad ideado por el Instituto de Pesquisa e Planeamento Urbano de Curitiba. Una de sus principales características fue que la expansión se centro en función del sistema público de transporte y la preservación de espacios verdes. Mediante un sistema de modernos colectivos que circulan por carriles exclusivos, se integro toda la ciudad. Micros que circulan con una frecuencia que no supera los 5 minutos permiten, a cualquier vecino, desistir de usar sus automóviles para movilizarse de un lugar a otro, o al mismo centro de la ciudad.

En líneas generales, las soluciones propuestas se basan en descongestionar las zonas de transito conflictivo promoviendo la utilización de medios de transporte alternativos al automóvil, además diseñar un sistema de circulación en función de las demandas actuales y futuras previstas en cada barrio.

Bicisendas y bus turístico

Conocidas en el mundo como ciclovías, las bicisendas se presentan como una alternativa de transporte público a promover. No sólo por su menor impacto de contaminación ambiental, sino que también por su eficiencia como medio de transporte en las grandes urbes. Mucho más, si se trata de un destino turístico.

Las bicisendas consisten, en general, en caminos separados de la calle principal o veredas para ser utilizados de manera exclusiva por bicicletas. Algunas se encuentran a un lado de la calzada, si bien existen casos de uso compartidos siempre sujetos a normas de tránsito comunes para evitar accidentes. Existen zonas destinadas específicamente al aparcamiento como al alquiler de las bicicletas, permitiendo conectar distintos puntos distribuidos de manera estratégica.

En Argentina, la ciudad de Rosario fue la pionera en generar una ciclovía en un circuito recreativo. La ciudad de Buenos Aires, también incursionó al respecto, conectando distintos barrios como también desarrollando circuitos turísticos como el que recorre el barrio de San Telmo y La Boca, entre otros.

Ciudades como La Plata o Buenos Aires han incorporado otro exitoso sistema de transporte destinado a los miles de turistas que las visitan. La Plata posee un colectivo turístico de dos pisos que permite recorrer distintos puntos emblemáticos de la ciudad.

Este sistema es implementado hace años en países europeos. Comprando una tarjeta, se puede recorrer a través de distintas paradas las principales atracciones turísticas de cada ciudad, además de poder obtener descuentos en museos, espectáculos, etc. De este modo muchos turistas desisten de utilizar sus vehículos y, al mismo tiempo, se potencia la oferta cultural y recreativa local. La instalación de un circuito turístico con un servicio de esta categoría, permitiría a la ciudad ampliar y potenciar la infraestructura turística de la región.