A dos días de la entrada en vigencia del nuevo Código de Publicidad, ya fueron retirados unos 17.000 carteles y marquesinas en los comercios marplatenses, lo que equivaldría a más de 5.000 toneladas de hierro según estimaron los especialistas del rubro.

El 70 por ciento de los comercios se adecuó a la norma, pero aún restan ser retirados unos 7.000 letreros. "La aplicación de la ordenanza es un éxito. El balance en estas primeras 48 horas es muy positivo. La norma marca un antes y un después en la realidad urbana de Mar del Plata. Vamos a tener una ciudad más ordenada y sin contaminación visual", dijo a LA CAPITAL el subsecretario de Control, Adrián Alveolite.

En las fábricas de carteles no dan abasto por estas horas. Es el caso de "Mente Gráfica", una empresa que está dando turnos a 60 días para retirar letreros. "El trabajo ha crecido bastante en el último tiempo. Estamos sobrepasados ante tanta demanda, no estamos preparados para un retiro tan masivo de cartelería. La gente esperó hasta último momento para plegarse a la norma", afirmó el presidente de "Mente Gráfica", Alejandro Velo. Y enseguida agregó: "Como tenemos mucho trabajo, nosotros retiramos los carteles con la condición de hacerles el letrero nuevo a los comerciantes".

Edgardo Elias, propietario de "Elias Luminosos", dijo que la demanda para retirar carteles aumentó en los últimos días porque los comerciantes están "muy asustados" ante las posibles sanciones que pueden recibir. "Sacan los letreros y dejan los negocios directamente sin nada, no encargan nuevos carteles", señaló. Y cuestionó el Código de Publicidad: "Es mala la norma porque perjudica nuestra actividad. Una vez que todos los comerciantes retiren los carteles, nosotros no sabemos qué vamos a hacer. Las medidas de los letreros nuevos que permite la ordenanza son muy limitadas". En "Elias Luminosos" cobran entre $200 y $1.000 para retirar un cartel. El precio varía de acuerdo al tamaño.

Infracciones

En las primeras 48 horas de la puesta en marcha de la ordenanza, la Municipalidad ya aplicó 15 sanciones. La primera fue en el supermercado Vea, de Luro y Guido, y la segunda en la estación de servicio Esso, ubicada en Catamarca y Moreno. Horas más tarde también se tomó la misma determinación con el banco HSBC de Luro e Independencia y el Bingo Sol, en Independencia entre Rivadavia y San Martín. En todos los casos, la decisión fue ordenar el retiro de los carteles y multar a las empresas.

Las sanciones a los comercios que no respetan la ordenanza van desde 1 a 50 salarios básicos de un agente municipal, que actualmente es de 3.368 pesos. La multa más cara supera los 168 mil pesos. El monto lo establece el Juzgado de Faltas, en base a los descargos que hagan las empresas en cada caso.

La implementación del código apunta a regular la instalación y exhibición de publicidad en la vía pública para limitar la cantidad y el tamaño de los carteles. La iniciativa obliga a retirar un importante número de letreros y adecuar la ubicación y el tamaño de los que, según la norma, puedan seguir siendo exhibidos en la ciudad.

"Estamos poniendo la lupa sobre aquellas empresas que no tuvieron ninguna comunicación con el Estado ni mostraron interés en adherirse a la norma, pese a que tienen capacidad económica para afrontar el costo del retiro de los carteles", sostuvo Alveolite.

Tras el retiro de los carteles y marquesinas, el aspecto que presentan algunos comercios de la zona del centro y la calle San Juan dista de ser el ideal. Se ven estructuras despintadas y en mal estado, ya que en muchos negocios todavía no colocaron los nuevos carteles. "Hay que tener paciencia, la segunda etapa de la implementación de la medida es un proceso que lleva tiempo. Algunos comerciantes van a llegar a poner en valor las fachadas antes de la temporada y otros recién lo podrán hacer después del verano. Todavía no fijamos un plazo para cumplir con esta obligación", señaló Alveolite.

Al ser consultado sobre el acatamiento que tuvo hasta el momento el Código de Publicidad, el funcionario dijo: "Queremos reconocer el esfuerzo del sector comercial de la ciudad que atravesó este proceso y compartió el espíritu de la norma. Ya se observan muchísimos comercios que no solamente transitaron esta primera etapa, que involucra el retiro de sus cartelerías, sino que también atravesaron la segunda etapa que significa poner en valor su frente, su fachada y utilizar elementos de la decoración, de la arquitectura y de la iluminación para hacer que los frentes estén mucho más lindos".

La aplicación del código obliga a que la actividad comience a desarrollarse bajo ciertos parámetros más rigurosos, ya que promueve una reducción en la cantidad y el tamaño de los carteles colocados en la vía pública. Entre las principales disposiciones, la norma fija límites para las dimensiones de la publicidad y crea zonas vedadas para el ejercicio de esa actividad. Además prohíbe la realización de cierto tipo de promociones, como colocar volantes en los parabrisas de los vehículos e impone pautas más restrictivas para la instalación de avisos e inscripciones sobre las fachadas de comercios y otro tipo de establecimientos de servicios. La ordenanza también prohíbe la existencia de toldos publicitarios y de marquesinas. Tampoco permite la exhibición de grandes carteles al nivel del suelo o sobre los techos o azoteas en un amplio sector de la ciudad.

"La norma busca redescubrir nuestro patrimonio arquitectónico y cultural, revalorizando el medio ambiente en el marco de una política de fortalecimiento de Mar del Plata como ciudad saludable", explicó Alveolite. A su vez, apuntó, "tiene por finalidad adecuar las normativas aisladas existentes en un único marco legislativo según un modelo de ciudad equilibrado con el desarrollo comercial y el medio ambiente para que la ciudad recupere su identidad patrimonial, se restituya la lectura integral de las fachadas, se redescubran frentes antiguos, molduras y ornamentos originales tapados por carteles y marquesinas, y se jerarquice la actividad comercial, entre otros tantos beneficios para el marplatense y turista".

Respecto al impacto que puede llegar a tener la aplicación de la ordenanza, Alveolite enfatizó que "en todos los antecedentes no hay un solo comercio que haya vendido menos por tener un cartel más chico". La norma, explicó, "también apunta a potenciar y jerarquizar el desarrollo comercial de la ciudad para que pueda lucir cada vez más ordenada, más cuidada y pueda verse renovada de cara a la próxima temporada de verano".

Una vez que los letreros son retirados, "muchos comerciantes venden el hierro a las empresas que se dedican a compactar chatarra, otros reutilizan el material para poner un nuevo cartel en su propio local que respete los lineamientos de la norma y hay quienes directamente desechan el letrero", explicó Alveolite.

Por su parte, el titular de Inspección General, Eduardo Bruzetta, destacó la implementación del Código de Publicidad. "Está a la vista el proceso de adecuación de miles de comerciantes. El ritmo de trabajo es vertiginoso, en los últimos 10 días se ha visto trabajar a los comercios de día y de noche en todas las zonas del partido de General Pueyrredon. Quienes no se hayan adherido a la norma, están en infracción", advirtió. "Lamentablemente hay grandes emprendimientos comerciales que no han presentado en tiempo y forma su esquema de retiro ni la fecha en que lo van a hacer. Es por eso que nosotros estamos interviniendo, labrando las actas de oficio que son infracciones que luego se dirimen en el Juzgado de Faltas Municipal y procediendo a la bajada de los carteles con equipamientos municipales de Obras y Servicios Urbanos", agregó Bruzetta.