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21-01-2013

Los limpiavidrios se hacen dueños de las calles en Mar del Plata

La Municipalidad realiza 30 operativos por día, pero el problema se acentúa. Han proliferado y hasta se cambian de lugar para eludir los controles. Actúan en la zona del centro, la costa y en las principales avenidas. Un dato: el 99% vino del Gran Buenos Aires para "hacerse" el verano.

El auto se detiene en el semáforo de Luro y la costa. De repente, dos limpiavidrios se abalanzan sobre el parabrisas del vehículo. El conductor les hace señas a los jóvenes para que no le limpien el vidrio, pero no le llevan el apunte. El semáforo cambia de rojo a verde y el automovilista no les da ni una moneda. "Rata, la próxima vez que pases por acá te rompemos todo el auto", lo amenazan los limpiavidrios. Pero el conductor no se queda atrás: "Vagos, vayan a laburar".

La escena se repite este verano en distintos puntos de Mar del Plata, especialmente en la zona del centro, la costa y las principales avenidas. La actividad de los limpiavidrios está prohibida por ordenanza, pero no se cumple. A pesar de que la Municipalidad reforzó los controles esta temporada (realiza 30 operativos por día), los limpiavidrios se siguen adueñando de la calle. Un dato: el 99 por ciento vino del Gran Buenos Aires para "hacerse" el verano. "Son prepotentes y se creen los dueños de la calle. Si no les das plata, se ponen violentos. Muchos están alcoholizados y drogados", dice Martín, un turista sanjuanino que ya sufrió en carne propia el "acoso" de los limpiavidrios. "Están en casi todas las esquinas. Son cargosos y se te tiran encima del auto. Por más que les digas que no querés que te limpien el vidrio, no te hacen caso. Actúan con una impunidad increíble", cuenta indignado Juan Carlos a bordo de su auto mientras espera que cambie el semáforo de la costa y 9 de Julio, una de las "doce esquinas" de la ciudad donde están los limpiavidrios, según la Municipalidad.

"Este verano intensificamos los controles. A tal punto que hacemos operativos tres o cuatro veces en los mismos lugares. En todos los casos procedemos a secuestrar el escurridor, el balde y los líquidos que utilizan para desarrollar la actividad", explicó el titular de Inspección General, Eduardo Bruzzeta.

En lo que va del verano unos 25 limpiviadrios fueron detenidos por extorsión. En otras palabras: amenazaron con romperles el vidrio a los conductores si no les daban plata. En algunos operativos el organismo debe pedir la colaboración de la Policía porque hay limpiavidrios que se ponen violentos. "La mayoría son del Gran Buenos Aires y echaron de prepo a los marplatenses que se dedican a la actividad durante todo el año", cuentan los vecinos.

Todos los días, y a casi todas las horas, cuando el semáforo se pone en rojo, varias decenas de jóvenes limpiavidrios saltan sobre los autos. Armados con esponjas y secadores, se disputan los parabrisas de los autos, que enjabonan y lavan a cambio de algunas monedas.

Ayer al mediodía, en la esquina de Independencia y Castelli los limpiavidrios se movían asediando a los automovilistas que, en algunos casos, aceptaban por temor que les lavaran el parabrisas. La estrategia de los jóvenes es simple pero efectiva: apenas la luz se pone roja, salen disparados, se mezclan con rapidez entre los coches y "atacan" los parabrisas desde la parte trasera de los autos, sorprendiendo -y a veces asustando- a los conductores. Repiten la operación tantas veces como pueden y sólo la luz verde los devuelve a la vereda, donde esperan a la nueva camada de autos que les traerá el próximo semáforo.

A pesar de que la mayoría de los automovilistas se niegan a que les limpien su parabrisas sin antes pedirles permiso, los jóvenes insisten hasta que alguno cede. Y, a veces, aun contra la voluntad de los conductores, atacan los vidrios.

Hijos de la marginalidad, nietos de la crisis, muchos de ellos empiezan a limpiar parabrisas desde muy chicos, junto a sus padres o hermanos; con quienes llegan a pasar 10 horas en una esquina, yendo y viniendo al ritmo del semáforo. Como dicen marplatenses y turistas, los limpiavidrios "son cada vez más difíciles de controlar".