por Ramiro Melucci

Enero es, desde hace décadas, el mes más elegido por miles de argentinos de distintos puntos del país para pasar sus vacaciones en Mar del Plata. Pero cada año tiene sus particularidades. Y así como el enero de 2013 tuvo como episodio destacado la multitudinaria recepción que miles de personas le dieron a la Fragata Libertad después de su embargo en Ghana, hace diez, veinte y treinta años también hubo hechos y personajes que dejaron su impronta en la ciudad.

El viaje al pasado con los archivos del diario LA CAPITAL comienza en enero de 2003, que según el por entonces presidente del Colegio de Martilleros, Hugo Mastromarino, era parte de "la mejor temporada de los últimos diez años".

En efecto, todo indicaba que después de los veranos flacos que sucedieron a la crisis de 2001 Mar del Plata comenzaba a recuperarse con el país. "Por cada turista que se fue entraron cuatro", celebraba el diario los datos del recambio turístico de la primera quincena.

El martillero, sin embargo, cuestionaba a los medios nacionales que repetían que en la ciudad no había más plazas disponibles. "No se le está haciendo ningún favor a Mar del Plata diciendo que no hay lugar", advertía.

Pero unos días después el Ente de Turismo abría un registro de casas de familia ante la gran demanda de público.

En el plano deportivo, Boca, cuyo entrenador Carlos Bianchi había comenzado su segundo ciclo días atrás en Salta, era más que River: después de una victoria por 1 a 0 en Mendoza, le ganaba 5 a 4 por penales en el José María Minella. Lejos del último superclásico, el primero de 2013, en el que el equipo de Ramón Díaz armó una fiesta con el de Bianchi.

La obra teatral más taquillera era "Robó, huyó y lo votaron", con Nito Artaza y Miguel Angel Cherutti en el Atlas. "Pijamas", con Fabián Gianola y Anita Martínez en el Provincial, también se ganaba el aprecio del público: se ubicaba segunda en el ranking de venta de entradas.

La política nacional entregaba algunos indicios de lo que vendría. Instalado en Chapadmalal, el presidente Eduardo Duhalde anunciaba una victoria de su postulante, el santacruceño Néstor Kirchner, en las próximas elecciones. Y el Concejo Deliberante tomaba una decisión drástica que la práctica iría moderando con los años. "Prohibieron a los limpiavidrios", publicó LA CAPITAL el viernes 31 de enero.

El proyecto de ordenanza había sido impulsado por el intendente Daniel Katz y disponía el secuestro de baldes, franelas y secadores para los que no acataran la medida. A último momento, los concejales retiraron un artículo que establecía hasta diez días de arresto para los incumplidores. El viaje propuesto hace su segunda escala en enero de 1993. Las noticias sobre el verano de hace veinte años eran menos halagüeñas para el turismo. "Es mayor el egreso que el ingreso de veraneantes", decía el diario sobre el recambio de quincena. Pero había novedades esperanzadoras, como el comienzo de la construcción del primer tramo de la autopista Buenos Aires-Mar del Plata.

El debate político del momento giraba en torno a la reforma de la Constitución; es decir, a la posibilidad de acortar de seis a cuatro los años del mandato presidencial y permitir una reelección. El intendente Mario Russak adhería con este argumento: "Para ser reelecto, Menem debería ganar en las urnas".

Mientras, el deporte entregaba en Mar del Plata un capítulo glorioso y otro increíble. En el Súper Domo, Juan Martín "Látigo" Coggi recuperaba la corona de los mediomedianos livianos de la Asociación Mundial tras noquear en el octavo round al filipino Morris East, que tenía once años menos que él. En el Minella, Independiente se retiraba de un clásico con Boca que empataban 1 a 1 en desacuerdo con una decisión del árbitro Javier Castrilli. Faltaban nueve minutos para que terminara el partido.

Los amantes del espectáculo también estaban de parabienes. Por caso, podían ir al teatro a ver "Brujas", con Moria Casán, Telma Biral, Nora Cárpena, Graciela Dufau y Susana Campos, o "Pijamas", en este caso con Guillermo Francella, Ana María Picchio y Javier Portales.

Al Auditorium llegaba una banda que estaba en su apogeo: la del Golden Rocket, con algunos jóvenes que despuntaban como Diego Torres, Fabián Vena, Adrián Suar y Araceli González.

La tercera y última estación de esta vuelta al pasado es el enero de 1983, cuando los sueños de democracia estaban cada vez más cerca de concretarse.

La cartelera teatral de ese verano era impactante. Coexistían nombres como los de Alberto Olmedo, Jorge Porcel, Emilio Disi, Juan Carlos Calabró, Juan Carlos Altavista, Susana Giménez, Moria Casán y Ricardo Darín.

¿Cómo se llamaban las obras? "Los reyes de la risa" la de Olmedo y Porcel; "Minguito y el ruso" la de Altavista, Gerardo Sofovich y Adriana Brodsky; "Hasta mañana si Dios quiere" la de Darín y Raúl Taibo; "El último que apague la luz" la que hacía Susana junto a Calabró, Disi, Nora Cárpena, Guillermo Bredeston, Ana María Campoy y Edda Bustamante; "A cada médici le llega su Moria" la de Casán.

Eso no era todo. En el teatro Opera, Verónica Castro y Jorge Martínez protagonizaban "Los amores de Verónica", y Mariano Mores y Horacio Guaraní presentaban en el Colón "Cantemos hermanos".

Ese enero, los turistas colmaron Mar del Plata. "Desborde de gente en toda la ciudad", titulaba el diario. La mala noticia llegó sobre fin de mes, cuando un temporal causó destrozos, la evacuación de tres familias, el anegamiento de casi 50 viviendas, cortes de luz y caída de líneas telefónicas. La zona más castigada fue Playa Grande.

Una curiosidad final. Un grupo de periodistas de LA CAPITAL tuvo la posibilidad de hacerle una entrevista al presidente Reynaldo Bignone durante su estadía en la residencia de Chapadmalal. La frase del título, a la luz de la historia, parece una provocación del último mandatario militar. "No sé qué es el terror de Estado", declaraba. La pronta llegada de la democracia, posiblemente, se lo haría entender.