CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
27-07-2013

Preocupación por el aumento de los robos en los campos

La Sociedad Rural de Mar del Plata manifestó su inquietud a través de una carta que le envió al Ministerio de Seguridad bonaerense. La entidad agropecuaria pide mayor presencia policial para combatir la inseguridad.

La Sociedad Rural manifestó ayer su preocupación por el aumento de los robos en los campos de Mar del Plata. Lo hizo a través de una carta que la entidad agropecuaria le envió al Ministerio de Justicia y Seguridad de la provincia de Buenos Aires.

Alarmados por la inseguridad, los productores rurales reclamaron al subsecretario operativo de Seguridad bonaerense, Emiliano Baloira, mayor presencia policial e incrementar la cantidad de patrulleros. "Hay un aumento de hechos delictivos que han afectado tanto a la integridad de las personas como a la propiedad de los productores rurales", dice un fragmento de la carta firmada por la presidenta de la Sociedad Rural, Inés de Bengolea, y el secretario de la entidad, Calos Cerboni. "Hemos agotado las conversaciones a nivel local con la promesa de incrementar los móviles y equipamiento a la Patrulla Rural, sin eco hasta el presente. De nuestros impuestos queremos que parte se destine a cumplir los objetivos de lo que marca su cartera: seguridad", agrega.

Además, en la carta la Sociedad Rural pide una audiencia con Baloira y el jefe de la Policía Bonaerense para "poner en su conocimiento, personalmente, los pormenores del problema y buscar alternativas eventuales de solución".

La gente del campo extremó las medidas de seguridad por el crecimiento de los robos. La inseguridad genera preocupación y cada vez hay más vigiladores en las estancias y menos productores que dejan el ganado suelto.

En la zona rural del partido de General Pueyrredon dicen que el robo de animales (vacas, terneros y novillos) no para de crecer en las estancias. Entre los objetos de valor, el botín más buscado por los delincuentes va desde máquinas, herramientas y motosierras hasta motores y bombeadores. "Hay robos de todo tipo. El país entero está preocupado por la inseguridad, no solamente el campo", afirma Cerboni. Y se queja por la falta de presencia policial: "No hay patrulleros y los que hay están rotos".

La metodología que utilizan los asaltantes suele ser violenta: matan a balazos a la vaca, la descuartizan y se llevan la carne. "Los delitos son cometidos por gente profesional", sostiene Cerboni. El modus operandi que más se repite es el de un tiro en la cabeza del animal y su posterior faena.

En el campo coinciden en que las patrullas rurales no alcanzan para combatir el delito. "Estamos alerta. En los últimos dos años aumentaron fuertemente los asaltos", aseguran.

Antiguamente la gente del campo no tomaba ningún recaudo de seguridad y dejaba casi todo abierto, desde la tranquera de ingreso hasta el auto sin cerrar. El panorama cambió con el correr de los años. "Ya nadie deja la estancia sin un cuidador", cuentan los productores. Y dicen que la mayoría decidió colocar sistemas de alarma.

Una de las consecuencias de la inseguridad es la de haber cambiado el panorama que presenta la zona rural. Quien recorre el campo se encuentra con elementos que antes no se veían en la medida que se ven ahora: perros en cantidad, alarmas, reflectores, encierre de ganado, vigilias y rondines nocturnos.

Los casos de cuatrerismo son una constante en la provincia de Buenos Aires y las denuncias aumentan a medida que suben los precios de la carne equina en el mercado de exportación. ¿Cómo actúan los delincuentes? Por las noches aparecen en la ruta, en medio del campo. Armados con tenazas, los menores de edad ingresan en los potreros cortando alambrados. Eligen un caballo, lo montan y se escapan. Horas más tarde, el animal es vendido en el mercado ilegal.

Según dicen los damnificados, los cuatreros, por lo general, son menores llevados por un acopiador. Se les paga por animal robado y, luego, el acopiador puede venderlo en el mercado negro.

Otro aspecto que facilita el robo de equinos es la poca trazabilidad (seguimiento que se le hace al animal desde que nace hasta que es faenado) que tiene este ganado en comparación con el bovino.