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04-08-2013

"Hay que poner a la seguridad y la inflación dentro de la agenda"

Reconociendo haber cometido errores tras su triunfo en 2009, Francisco De Narváez aseguró ser la única alternativa para "parar" al oficialismo. Le reprochó a Sergio Massa negarse a un debate "para hablar de cara a la gente y exponer qué representa cada uno".

-¿Qué diferencias encuentra entre este proceso electoral y el de 2009, del cual fue "héroe y figura"?

-Lo vivo habiendo asimilado el aprendizaje de haberme equivocado con el resultado favorable de 2009 por no haber asumido la responsabilidad plena del mandato de la gente de limitar a Néstor Kirchner. Por eso, a partir de ese aprendizaje, estoy convencido de que si ahora no los paramos se van a quedar 10 años más

-Los protagonistas de aquella elección tuvieron desde entonces una trayectoria muy diversa. Sergio Massa, que fue candidato del FpV, hoy encabeza un espacio de oposición; Felipe Solá, que fue parte de su lista, hoy está con Massa y Hugo Moyano ahora lo acompaña a usted.

-Yo creo que ni bien termine el cristinismo el 10 de diciembre de 2015, se inaugurará una etapa en la que habrá que llamar a la unión de los argentinos, pacificar al país y poner a la seguridad y a la inflación dentro de la agenda de la política para abordarla desde distintas visiones. En este momento hay indudablemente un entrevero. Y dentro de este entrevero creo que el oficialismo tiene dos versiones. Una es la versión pura y dura de Martín Insaurralde con la Presidenta y el gobernador Daniel Scioli y la otra versión que simula ser oposición pero es falsa oposición y falso oficialismo que es la de Sergio Massa. Cuando uno observa la composición de esta lista y revisa la trayectoria de quienes están, se ve que son totalmente afines al gobierno. Por eso nosotros somos la firme alternativa a ponerle un limite al gobierno.

-Parece que usted compite por el mismo espacio vital con Sergio Massa. ¿Cree que usted está volviendo a apropiarse de ese lugar?

-Yo creo que la gente está entendiendo que la irrupción de Sergio Massa el día del cierre de las listas habla de la necesidad de confundir. Pero a medida que fueron pasando las horas la gente empezó a reflexionar sobre lo que él representa. La gente se da cuenta de que él no habla claramente de que la seguridad es una responsabilidad de la Presidenta o de que Jaime es un corrupto que fue parte de este gobierno. Tiene una posición muy gris, y los grises terminan en el cristinismo. En el transcurso de estos días la gente va percibiendo que nosotros tenemos una clara y firme decisión de oponernos, de frenarlos y de trabajar para que el ciclo cristinista termine en diciembre de 2015.

-¿Qué habló con Massa antes del cierre de listas?

-Tuvimos una conversación muy a fondo y él me planteó ese gris y yo le dije que no creía que esa actitud fuera la que necesitaba el país. El cristinismo es implacable e inescrupuloso a la hora de mantenerse en el poder. Por eso para mí la mejor manera de explicitar esto es dando un debate al que Sergio Massa se niega, para hablar de cara a la gente y exponer qué representa y qué propone cada uno.

-¿Cree que las primarias lo van a fortalecer o a debilitar como opción al oficialismo?

-Yo creo que las PASO son una semifinal. La final es el 27 de octubre. Lo que tengo claro es que en estos próximos días el ciudadano va a mirar con objetividad buscando a quien diga: "paremos ahora".

-Teniendo en cuenta que esta vez el Frente para la Victoria pondrá en juego las bancas que obtuvo en la mala elección que hizo en 2009, ¿cómo cree que quedará conformado el nuevo Congreso?

-Los números dicen eso, pero creo que el ciudadano es consciente de que es fundamental tener equilibrio en el Congreso. Por eso insisto en aceptar el error de 2009 cuando debimos haber asumido la presidencia de la Cámara. Esto es lo que hay que hacer ahora para darle equilibrio al Congreso. Hay una conciencia mayoritaria de detenerlos ahora porque están convencidos de que deben quedarse 50 años más.

El oficialismo en

tiempos proselitistas

-En pocos días se incrementó el salario mínimo, se anunció una suba de jubilaciones. ¿Qué percepción tiene del uso de la acción de gobierno en este contexto proselitista?

-Ellos hace 10 años se bautizaron Frente para la Victoria, porque su sentido es el de hacer todo lo que sea necesario para ganar elecciones. Ese es el modelo. No se trata de mejorar la calidad de vida de la mayoría de la gente, sino de sostenerse en el poder a lo que dé lugar. Algunas cosas las anuncia la Presidenta por cadena nacional y otras suceden en los barrios donde le dicen a la gente, 'votanos porque te sacamos los planes'. Esto es lo que está sucediendo. Hacen cosas que son una falta de respeto para todos los argentinos, como la decisión de la Presidenta de ir a saludar al Papa con su candidato. Me parece una falta de respeto que demuestra su falta de límites y de escrúpulos.

-Tiene un discurso muy fuerte sobre la seguridad y el narcotráfico. ¿Cuál es la razón?

-Cuando se combina la droga con las armas ilegales, lo que antes era un simple robo termina siendo un homicidio y esto es lo que nos está pasando. Esta es la década en la que perdimos la seguridad y no la década ganada. Cristina va a ser recordada por eso. La forma de revertirlo es a partir de la decisión presidencial. La magnitud del fenómeno ya no permite que sea resuelto por un gobernador y mucho menos por un intendente. Estamos ante un problema nacional de una dimensión que hay que poner sobre la mesa. Ya no tenemos que discutir este tema porque se sabe que en Mar del Plata no hay esquina donde sentirse seguro y que la droga circula por todos lados. Lo que nosotros estamos planteando es que la responsable es Cristina Fernández de Kirchner.

-¿En qué sentido?

-Al menos haciéndose la distraída. En otros países donde el problema adquirió esta magnitud, lo que sucedió fue que hubo una decisión presidencial de combatirlo y acá eso no sucede. Con un Estado desorganizado frente al crimen organizado, que piensa que endureciendo penas o instalando camaritas la cosa se arregla, el narcotráfico y la delincuencia nos están ganando. Tiene que haber una decisión orgánica y política de una presidenta. Pero en vez de eso vemos que el narcotráfico tiene a sus familias viviendo en la Argentina, o que se otorga un blanqueo para que traigan plata.