Por más acostumbrados que estén a observar y a sufrir los efectos que produce en su tarea cotidiana la acumulación de sedimentos, quienes frecuentan el puerto marplatense no pudieron dejar de sorprenderse al descubrir que ayer varias embarcaciones aparecieron asentadas sobre la arena, y con sus cascos completamente expuestos, en medio de una pronunciada bajamar.

Si bien el inusual fenómeno fue atribuido al efecto de los fuertes vientos, lo cierto fue que la total ausencia de agua dejó al descubierto el enorme problema que existe dentro del puerto de Mar del Plata, donde en algunos sectores los buques apenas logran flotar a causa de que los muelles se encuentran saturados de sedimentos.

Quienes percibieron la situación de cerca, señalaron que desde hace varios años las embarcaciones suelen quedar inmovilizadas durante algunas horas junto a los muelles cuando el nivel del mar desciende. Pero nunca antes pudo apreciarse con tanta claridad, como sucedió ayer, la magnitud del enorme problema que existe junto a los muelles de la estación marítima. "Una cosa es suponer lo que pasa debajo del agua y otra muy distinta es poder verlo de esta manera", le contó a LA CAPITAL un operario que se acercó hasta una de las terminales para apreciar la situación.

"Es alarmante porque los barcos directamente están enterrados, y siendo que algunos de ellos están inactivos, va a ser muy difícil moverlos cuando se los quiera retirar", advirtió.

En condiciones normales, las embarcaciones con asiento en el puerto local suelen tener graves dificultades para operar. Es que además de tener que sortear el enorme banco de arena ubicado entre las escolleras para poder ingresar o salir a navegar, deben realizar delicadas maniobras de amarre y desamarre para no quedar varadas dentro de las mismas terminales.

De acuerdo a los cálculos hechos por el consorcio de administración del puerto local, para que la estación marítima recupere su plena operatividad deberían ser extraídos más de 2 millones de metros cúbicos de arena.

Ese fue el cálculo realizado hace dos años, cuando fue anunciada por primera vez la realización de un dragado cuya ejecución aún esta pendiente y que, según se resolvió, en el caso de que se lo haga, será mucho más acotado que lo previsto originalmente.

La continua acumulación de arena, sumada a una ineficaz tarea de mantenimiento, ya provocó que el puerto de Mar del Plata perdiera de manera progresiva su capacidad operativa. En los últimos años, los astilleros dejaron de prestarles servicios a algunos buques por no disponer del calado suficiente para realizar reparaciones, provocando que esas tareas comenzaran a ser realizadas en otros puertos del país.

Como otro síntoma de la precaria situación en la que se encuentra el puerto local, el año pasado la naviera Maresk dejó de ingresar a la ciudad por no tener garantías de seguridad, lo que obligó a despachar todas las exportaciones locales desde Capital Federal.