Si bien el mercado paulatinamente se está reactivando, sabido es que en Mar del Plata, al igual que en el resto del país, la actividad inmobiliaria no pasa por su mejor momento. A partir de noviembre de 2011, cuando el Gobierno nacional implementó restricciones para la adquisición de dólares billetes -con el transcurso del tiempo se fueron haciendo cada vez más estrictas hasta desembocar en el cepo cambiario- se produjo una desaceleración en el ritmo de las operaciones de compra venta de inmuebles que, obviamente, resintió las finanzas de los martilleros ya que se trata de profesionales que, por la concreción de operaciones en las que actúan como intermediarios- perciben una comisión del 3%. En los últimos tiempos, algunos de ellos, sin dejar de ejercer la profesión, a efectos de achicar gastos optaron por cerrar sus oficinas o bien se asociaron con otros colegas, lo cual les permitió compartir las erogaciones que surgen al tener un local habilitado al público.

Precisiones

Al dar a conocer detalles sobre el tema, el presidente del Colegio de Martilleros y Corredores Públicos de Mar del Plata, Miguel Angel Donsini, dijo a LA CAPITAL que puede haber alguna oficina inmobiliaria que cerró sus puertas pero ello no implica que el martillero haya dejado la actividad. "Seguramente, con menores gastos fijos, sigue trabajando en su casa. Si comparamos el movimiento que hubo desde un año y medio atrás con el que se dio entre 2002 y 2011, no hay dudas de que el mercado inmobiliario se redujo. Las ventas bajaron pero probablemente ahora se encuentran en niveles que eran considerados normales antes de que el sector tuviese el gran crecimiento que experimentó hace algunos años", afirmó.

Posteriormente sostuvo que si bien se puede hablar de una pequeña crisis del sector, "hay que aclarar que es diferente a otras que tuvimos ya que en estos momentos es mucha la cantidad de gente que dispone de pesos y de dólares. Hay propietarios que tenían varias unidades en venta que resolvieron destinar algunas de ellas al mercado de las locaciones por 24 meses", acotó.

Tras señalar que en el Colegio de Martilleros la cantidad de matriculados no disminuyó, Donsini dijo que "es cierto que se produjeron bajas ya que hay colegas que dejaron de existir, se trasladaron o se jubilaron. Sin embargo, el número se compensó y hasta aumentó un poco con los nuevos profesionales que se incorporaron a la actividad. En 2012 tuvimos 42 altas y 34 bajas. En 2011, 61 y 26, respectivamente".

La entidad, que en 2001 contaba con 602 colegiados, a fines del año pasado tenía 870.

"Esto implica que en ese lapso la cantidad de martilleros que desarrollan su actividad en Mar del Plata se incrementó alrededor de un 45%", afirmó.

La seguridad que

dan los ladrillos

Según Donsini, para el que cuenta con una suma de dinero, los ladrillos son la alternativa más segura. "Mar del Plata, que sigue siendo la localidad con mayor actividad inmobiliaria en el país, es una muy buena opción para invertir en propiedades. Y así lo entiende no sólo la gente que vive aquí sino también la que, aún residiendo en otros puntos, resuelve tener un departamento en esta ciudad. Asimismo en la región, que es agrícola-ganadera, hay un sector que invierte en propiedades a partir del pozo; para quienes viven en el interior, el hecho de tener un departamento en Mar del Plata, tanto para disfrutarlo como para alquilarlo y sacarle una renta, resulta una alternativa muy interesante", comentó.

Acerca de la oferta de propiedades en venta, sostuvo que "no es tan generosa como se puede llegar a pensar", tras lo cual agregó: "Me atrevería a decir que es inferior a la demanda. Lo que ocurre es que, como los valores en dólares se mantuvieron, hay gente que no está en condiciones de comprar. Si hubiese muchos inmuebles en venta, los precios bajarían", señaló.

Por último, al ser consultado acerca de la implementación del Cedin, Donsini sostuvo que "creo que se trata de una idea que fue muy bien pensada para reactivar el mercado inmobiliario a través del blanqueo de capitales. Hasta ahora, probablemente porque se implementó poco antes de las elecciones y en momentos en que hay muchas denuncias de corrupción, no tuvo la aceptación que se esperaba. De todos modos pienso que se trata de una herramienta que más adelante va a funcionar muy bien, sobre todo para blanquear grandes capitales".-