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17-09-2013

"Me interesa más el compromiso social del científico que el resultado de su investigación", dijo Alberto Kornblihtt

El nombrado como "El Messi de la ciencia", Alberto Kornblihtt, concedió una entrevista a LA CAPITAL, en el que a la vez que se refirió al sentido de su libro "La humanidad del genoma, ADN, Política y Sociedad, recientemente publicado, expuso su pensamiento vivo en el que privilegia el compromiso social del científico.

por Eduardo Juan Bouisson

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Alberto Kornblihtt, 59 años, es un científico argentino apasionado. Se percibe tanto cuando habla de las investigaciones que realiza como integrante del Conicet, con su grupo de colegas o cuando hace lo propio de sus clases en la Universidad de Buenos Aires o de sus cientos de conferencias en la Argentina y en distintos países del mundo o cuando se refiere, con un sentido amplio, a la política, la sociedad, la conducta del ser humano o lo que pretende transmitir a través de sus innumerables escritos.

Justamente, la editorial Siglo XXI, dedicada a popularizar el conocimiento de la ciencia, en todas sus temas y facetas, ha reunido una serie de textos elaborados por Kornblihtt, y con ellos confeccionó un libro: "La humanidad del genoma, ADN, Política y Sociedad", con la intención de sintetizar en esta variedad de tópicos la esencia misma del pensamiento de este eminente científico, a quien el periodista y doctor en Matemáticas, Adrián Paenza, ha calificado como "El Messi de la ciencia".

LA CAPITAL tuvo la oportunidad de entrevistarse con Kornblihtt. Más que una nota en la que el periodista se ciñe a preguntar y el personaje a responder, fue una conversación, incluso con intercambios de ideas, puntos de vista, valorando la opinión del otro (por su parte) y buscando coincidencias. Sucede que no se trata de un científico convencional, algo solemne y enfrascado en su conocimiento específico, sino de alguien que se allana, escucha lo que dicen los demás y plantea sus disidencias, implicancias y hasta realiza críticas.

Cuando empieza a hablar de su flamante libro, trata de ser sintético, circunspecto, de abandonar todo atisbo de vanidad. Dice: "lo elaboramos con la editorial sobre la base de una serie de diversos artículos que fui escribiendo para distintos medios, a los que se pulió para eliminarle su aire coyuntural y combinándolos al margen de su cronología, para darle un ordenamiento lógico".

Y continúa: "de manera simple hemos intentado romper con un pensamiento científico más riguroso, desmitificando ciertas ideas y dándole a cada cosa su justo lugar: a lo no comprobado fehacientemente, el carácter de hipótesis, y a lo experimentado y verificado, como una versión de la verdad, sin el ánimo de crear dogmas ni estructuras de pensamiento tan sólidas que no permitan ser modificadas".

Lo que traemos de fábrica más el ambiente

De manera sinóptica, como lo expone en su página web Siglo XXI: "Se trata de una 'cocina' -la comilla pertenece al autor de esta nota- donde se mezcla lo que traemos de fábrica con lo que los biólogos llaman el ambiente" y después va desgranando con preguntas que se responden en las páginas del libro, aspectos de su contenido: "¿Existen las razas humanas? ¿Se pueden clonar personas? ¿Son seguros los alimentos transgénicos? ¿Cómo incide el componente genético en el riesgo de contraer enfermedades? ¿Está escrito en nuestros genes a quién podemos amar o qué música puede gustarnos? ¿Por qué es irrefutable la teoría de la evolución?

Y explica: "esas son sólo algunas de las preguntas que atraviesan este libro fascinante, que trata de lo que somos, lo que fuimos y lo que tal vez lleguemos a ser".

"Pero Kornblihtt -sigue- no se detiene en papers y tubos de ensayo, sino que va más allá y revela la articulación de estas cuestiones con algunos de los problemas más sensibles de nuestra sociedad, como el rol de los genes en la determinación de la identidad y los lazos biológicos de las personas, la utilización de embriones humanos para la fertilización asistida o los contenidos irrenunciables de la educación pública y gratuita" (de la que es sensible cultor -también, expresión del autor de la nota-)".

"Las ciencias no son sólo naturales sino también sociales"

Después Kornblihtt continúa refiriéndose a su libro: "Cuando lo íbamos concibiendo, no sólo pensé en lo que debía contener, sino en el público lector al que estaría dirigido, trascendiendo el concepto de ciencia adjudicado solo a las naturales, para ahondar en las ciencias sociales. Y con esta idea pensé que está dirigido a gente joven. Pero no sólo biológicamente, sino que abarque tanto a un alumno de primaria que tenga más o menos conciencia de uno de secundaria, como a un jubilado que por el entusiasmo que le provocan las cosas de la vida, se siente joven" destacó..

También, aclara: "Mi propósito no es subestimar al lector, abrumándolo con conocimientos a veces herméticos, sino comunicarle ideas, conceptos, exponiéndole experiencias para que le sirvan en su existencia y pueda responderse algunas preguntas que a diario se hacen, sin abandonar el rigor científico, pero sin acudir a excesivas metáforas, con el denodado ánimo de que se llegue a comprender algo en particular".

Y además resalta: "Como guía para quien lo lea, puedo agregar algo: los tres primeros capítulos hay que leerlos en el orden en que están (La humanidad del genoma, Determinación de identidad y Lazos biológicos, y Darwin 200/150). Pero el resto (sin el ánimo de emular a Julio Cortázar, en su obra 'Rayuela', se puede leer en cualquier orden. En total son once capítulos y un apéndice distribuidos en 128 páginas".

"Un avance es el resultado de la labor de muchos investigadores"

También indica que "lo que hacemos con nuestro grupo es ciencia experimental básica, de la que se van extrayendo conclusiones. Por ejemplo: las células se van diferenciando por los genes -digamos- que están encendidos y los apagados. De los encendidos investigamos cuántas variantes de proteínas codifican en condiciones normales".

Pero enseguida Kornblihtt, que estaba sumido en sus didácticas explicaciones, abandona su ropaje de científico de laboratorio, y analiza el sentido de lo que investiga.

Afirma que "toda vez que leemos que se produjo un avance científico, -más allá de los que no son tales o se difunden con sentido de marketing por algún interés comercial- tenemos que tener en cuenta que es el resultado de muchas investigaciones realizadas por otras tantos científicos. Lo que sale a la superficie es la punta del iceberg, pero lo que queda sumergido y la mayoría de las veces en el anonimato, son los aportes que hicieron a ese avance los que realizan los trabajos básicos, que son el cimiento para lo que después se obtiene como el resultado de esas investigaciones".

Y enseguida acuña una frase que sintetiza todo su pensamiento: "Me interesa más el compromiso social del científico que el resultado de su investigación", como para dar entender que un hombre de ciencia no tiene que sumirse en la soledad de su laboratorio a investigar por investigar (propio del cientificismo), sino a pensar qué, para qué y para quién realiza esa tarea".

Después puntualiza: "Con la difusión que intento realizar de lo que investigamos y de las respuestas que podemos dar a la gente, pretendo aportar a una opinión pública informada, porque la ciencia tiene mucho que decir y todos la necesidad de saber".

"Por eso -añade-, los avances del conocimiento en un tema no tienen sentido por sí mismos, sino que importa como se distribuye lo que se obtiene de manera equitativa, privilegiando a los sectores más necesitados de estos avances y, por ende, más vulnerables en este sistema capitalista en el que vivimos".

¿Futuro Premio Nobel de Química"

Más adelante, y al responder a preguntas, Kornblihtt destaca: "la ciencia en la Argentina vive hoy un momento particular y de esplendor. Por primera vez en la historia, superando aquel período entre el 55 y el 66, la ciencia se ha convertido en cuestión de Estado. regresan y se repatrian científicos, se les pagan sueldos más dignos, se creó el Ministerio de Ciencia y Tecnología, se fundan laboratorios...".

Y casi como corolario de este discurrir de temas, ideas, sin una estructura prefijada, a quien realiza esta nota le interesa dos respuestas a temas relacionados con Kornblihtt. El primero procede de un rumor, al que el entrevistado le quita total importancia y veracidad. Se trata de su posible candidatura para el Premio Nobel de Química. Simplemente, dice que "es una fantasía", que a él siempre le mandan el formulario para proponer candidatos a esta distinción y que la lista de propuestos se llega a mantener en secreto hasta 50 años después de postulados, así que no se podría saber si estoy propuesto. Y añade como para aventar toda posibilidad al respecto "hay muchos científicos conocidos y merecedores del Premio Nobel".

El restante interrogante ya fue mencionado al principio. Es cuando Paenza en la entrega de los Martín Fierro a su programa "Científicos Industria Argentina" (Canal 7) lo llama "El Messi de la ciencia", al destacar que es un orgullo que Kornblihtt fuera incorporado a la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos. El se lo adjudica tanto a una cuestión de amistad como a una manera de que la gente, y principalmente, los jóvenes no reduzcan sus ídolos a los que realizan proezas deportivas, y le reserven también un lugar a los que investigan para mejorar la vida de todos nosotros", afirma.