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07-10-2013

Un botón reemplazó al "mozo, la cuenta por favor"

Dos establecimientos de la ciudad instalaron un botón en sus mesas para que el cliente solicite la presencia del mozo cuando lo desee.

Ya no hay más necesidad de esforzarse para llamar al mozo que no nos detecta, o solicitar la cuenta simulando una firma en el aire, o pedir el café con el típico gesto de acercar en el aire los dedos índice y pulgar. Todo eso quedó en el olvido gracias a la tecnología. Ahora, en algunos lugares gastronómicos de la ciudad, se puede llamar al mozo o pedir la cuenta con sólo apretar un botón.

El dispositivo, instalado en la mesa, consta de tres pulsadores: uno para llamar al mozo, otro para pedir la cuenta y un tercero para eliminar la orden. Por su parte, los mozos reciben el llamado a través de una especie de reloj que llevan en sus muñecas, que les indica el número de mesa que los requiere.

"El sistema fue instalado hace unos 4 años y está dispuesto en las mesas más alejadas o 'escondidas'", explicó Paula Hassan, gerente de Alito, uno de los sitios marplatenses que ostenta la novedad, junto a Tío Curzio.

La intención de la implementación apuntó a "optimizar el servicio al cliente, que no tiene que estar pendiente si el mozo lo mira o no. Incluso, es más cómodo para el camarero, ya que se puede centrar en los pedidos y no tiene que estar tan atento al salón", señaló Hassan.

Entonces, el comensal llega, se sienta, y el mozo al presentarse le explica de qué se trata la metodología.

"Con uno de los botones lo llama al mozo, con otro pide la cuenta y el tercero es para anular la orden. Funciona muy bien", sintetizó el encargado de Tío Curzio, Lucas Manchon.

En ese local, la implementación se debió -4 años atrás- a que "era una forma más, una vuelta de tuerca para mejorar aún más el servicio. Es estar cerca sin invadir la privacidad", definió.

Asimismo, en la cocina cuentan con un tablero a través del cual se le avisa al mozo que el pedido está listo, así lo busca y lo lleva a la mesa sin demora alguna.

Todo apunta a mejorar la atención al cliente, quienes no dudan en usarlo. "Casi todos lo usan, ya casi no escuchamos el típico mozo. Es que se trata de un sistema simple y efectivo", advirtió Manchon.

Una de las camareras del salón, mostrando su reloj-avisador, aseguró que es "muy práctico, no tenés que estar tan pendiente de mirar todos las mesas, sino que ahora mirás el reloj nada más".

Teresa eligió una mesa con vista al mar y, a través del sistema electrónico, llamó al mozo e hizo su pedido. La señora, una habitué del local, se rió porque "hace mucho que me olvidé de buscar al mozo con la vista. Ahora aprieto un botón y ya". Por ahora, en la ciudad, solamente estos dos establecimientos lo poseen.