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21-12-2013

Sugerencias de especialistas para pasar Navidad y Año Nuevo en paz y sin excesos

Desdramatizar, no caer en el consumismo, apelar a la solidaridad y a la tolerancia y no incurrir en excesos alimentarios son algunas de las consignas expresadas por los especialistas para transcurrir Navidad y Año Nuevo en paz.

Ya llegan las fiestas de fin de año, época de celebración pero que también puede mutar en días estresantes, no sólo por pensar en todos los regalos que hay que comprar -y el gasto que implica- sino por tener que juntarse con parientes a los que no se ve durante el resto del año y, muchas veces, ni se soportan. Además, se suelen ingerir menús europeos pensados para temperaturas bajo cero mientras que acá se consumen en pleno verano. Por eso, para intentar transcurrir estas fechas en paz, LA CAPITAL consultó a especialistas desde ámbitos religiosos, psicológicos, antropológicos y nutricionales para pedirles sugerencias posibles de llevar a cabo.

Aspectos culturales

Si bien para los católicos practicantes la Navidad tiene un significado especial, ya que se celebra el nacimiento de Jesús, las fiestas de fin de año son "rituales que estuvieron presentes en todas las culturas, pero uno de los problemas es que las últimas transformaciones que se sufrieron en los últimos años es que esos modelos o protocolos se rompieron o modificaron", explicó la antropóloga social e investigadora de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Cristina Mogensen.

Precisamente, esos protocolos permitían que "las cosas fuesen mucho más fluidas y previsibles" y de alguna manera "otorgaban cierta protección".

Por eso, la profesional de las conductas humanas sugirió "no caer en la exacerbación del consumo" y apelar "a la solidaridad, poder hacer algo por el otro, aprovechar el sentido religioso. Si tu cuñada, a la que además no te bancás, no trajo el vittel tone, dejala, hacelo vos y ya", sugirió.

También destacó la existencia del "mandato de pasarlo bien y eso a veces choca con la realidad, porque muchas veces ese contenido de cierre y apertura se convierte en un escollo, en un obstáculo que hay que atravesar. Por eso hay que desdramatizar, pensar que te juntás con la familia como en cualquier otra oportunidad".

"Los rituales"

La psicóloga Anahí Ramos también recordó el sentido de "los rituales" y sentenció que "encontrar el personal es misión de cada uno. A veces, puede tratarse de una despedida de un ser querido, de un nuevo acontecimiento, de un buen año, o de uno malo. Despedirse y desprenderse con coraje (en su más profundo sentido) puede hacerse presente con fuerza esta noche".

Y recomendó "no caer en el consumo", ya que consideró que "Navidad, tristemente, ha cobrado un valor muy diferente de lo que realmente significa. Para el hombre moderno significa consumir, hacer negocios, jugosas ganancias para la autorrealización: es más comercial que espiritual".

Tolerancia

Asimismo, destacó que "en épocas de profunda intolerancia, es una oportunidad de práctica y desafío personal. Compartir con aquellos con los que no coincidimos, regalar y recibir de los que no nos identificamos, unir culturas de afectos diferentes en un espacio y tiempo común. El hecho cultural-religioso se impone y trasciende, aunque no se sepa exactamente qué se festeja".

"Es tiempo para hacer el esfuerzo consciente -dijo- de compartir con respeto, aunque no coincidamos, armonía y tolerancia frente a las diferencias".

El obispo diocesano Antonio Marino explicó que el aspecto religioso "es lo más importante" de la fecha y comparó: "Si nos reunimos para celebrar un cumpleaños y ni saludamos al que pretendemos homenajear, o ignoramos quién es, o nos olvidamos de invitarlo a él, diríamos que pasa algo raro".

"Si 'Navidad es Jesús' -añadió- ¿por qué no tener alguna representación del Niño o del pesebre? Y sobre todo ¿por qué no renovar mi fe y mi práctica religiosa con la convicción de que Jesús vino por mí? Lo que agrada a Jesús es ver que los hombres ponen gestos de acercamiento y fraternidad. ¡Qué hermoso invitar a alguien que está solo, o hacer lo posible por olvidar los rencores!".

En ese sentido, el purpurado detalló que en torno a la Navidad las parroquias "nos brindan ocasiones de ayudar a los demás y tener gestos solidarios, ¿por qué no aprovechar esa invitación? De este modo, ayudo a otros y yo me vuelvo más rico".

La solidaridad

Tal como advirtió la antropóloga Mogensen, estos rituales no sólo nos enfrentan al contexto social que pueden "someternos a ciertas tensiones" sino que es importante rescatar "el sentido de solidaridad, en el hecho de poder ponernos en el lugar de agasajar al otro".

Precisamente, uno de los rituales consiste en juntarse a comer, ingiriendo todo tipo de productos que a la mañana siguiente llevan directamente a la farmacia en busca de algún antiácido.

Para evitar esas situaciones, la licenciada en Nutrición María Paula Pelaez recomendó "realizar todas las comidas principales: desayuno, almuerzo, merienda y cena, y, si tiene el hábito, también las colaciones. Es un error saltear comidas durante el día para comer más a la noche. Llegar a la cena con hambre puede llevar a comer de manera descontrolada".

También sugirió "tomar abundantes líquidos sin azúcar durante el día: agua, jugos, licuados, gelatina, caldo" y evitar probar los alimentos mientras se cocinan porque "esto puede favorecer un picoteo innecesario y a veces desmedido, lo que contribuye a un aumento en las calorías diarias ingeridas".

Moderación

La especialista descartó concurrir a la cena "con el estómago vacío, porque esto no ayuda a tener un mayor control" y recordó la necesidad de "comer despacio: masticar bien la comida, soltar los cubiertos o tomar líquidos entre bocados resulta muy útil. Esto nos permitirá saciarnos con la porción de comida adecuada".

Por otra parte, la especialista pidió moderación para evitar desmanes. "Si su preferencia es lo dulce -enumeró-, se debe ser más moderado con lo salado y viceversa. No está mal probar de todo, pero siempre hay que tener en cuenta que las porciones sean moderadas".

A la hora de la mesa dulce, sugirió "tomar un plato tipo postre y llenarlo con los alimentos de su mayor agrado. Esto le permitirá un mayor control y registro a la hora de comer", mientras que a la hora del brindis sugirió hacerlo "con una copa de sidra o champagne preferentemente seco, ya que, junto con la cerveza, son las bebidas alcohólicas que menor aporte calórico tienen. Siempre se recomienda moderar el consumo de alcohol, que no aporta ningún nutriente y sólo nos aumenta las calorías ingeridas".

En caso de no haber escuchado los consejos nutricionales y haber caído en los excesos, Pelaez invitó a "ingerir infusiones, lácteos descremados, frutas y verduras, gelatina sin azúcar, bebidas sin azúcar y clara de huevo, para favorecer la eliminación de líquidos retenidos y lograr una 'desintoxicación' y realizar actividad física".

Para todos

Cabe destacar que esas fechas unen y afectan a todos, ya sean creyentes, no creyentes, escépticos, sociales o antisociales, ya que es difícil que a alguno le resulte indiferente.

Por eso, la psicóloga Ramos optó por tomarlo como "un alto en el camino, una época de recapitulación de lo vivido y sufrido, ya que todo se hace presente en esta noche que se adjetiva ?buena? por el nacimiento de Cristo, evento decisivo en la obra de la salvación. Lo interesante del caso es que se celebra un acontecimiento real, el nacimiento de Cristo, y no una fecha".

Justamente, como muchas personas tienden a realizar balances para estas fechas, se remarcan las pérdidas y existe una presión social que exige el "encuentro familiar feliz", no siempre deseado y real.

"Ante la llegada de fin de año y de las fiestas se genera excesiva expectativa, tanto para los festejos como para los cambios que deberían producirse a partir del año nuevo, lo que no siempre es acorde a lo que las personas pueden realizar", señaló el médico psiquiatra Roberto Ré, director de la Red Sanar.

El especialista explicó que estas fechas "dan lugar a nervios, discusiones, recuerdos y otras sensaciones que agudizan ciertas fobias; de hecho se estima que 10 por ciento de la población de nuestro país presenta algún trastorno mental que no le permite disfrutar de este período del año".

Entre esos trastornos, el especialista asegura que la "fobia social es una de las más comunes y se manifiesta a través del temor a ser evaluado negativamente por el resto o hablar en público; es por eso que muchos presentan excusas y no acuden a las reuniones, lo que genera un aislamiento social que lejos de solucionar el problema, lo agrava".

Sin presión

"La presión social cumple un rol clave en esto. Si uno ve publicidades, en ellas se refleja una felicidad asociada a reuniones multitudinarias con mucha comida, muchos regalos, mucho brindis, pero se trata de una felicidad espuria", indicó por su parte la psicóloga Lidia Bequer, especialista en coaching.

Bequer, quien es creadora de un método terapéutico de liberación emocional, puntualizó que "un tema típico es la lucha entre 'tu familia' y la mía', '¿dónde la pasamos?', y esto exige a las personas posicionarse en un lugar y, lo que es peor, va generando malas expectativas que crean un sistema de creencias limitantes".

"Estas creencias -continuó- generan un desequilibrio neuroquímico que actúa sobre el cerebro generando emociones negativas como miedo, ansiedad, enojo, que luego repercuten en el cuerpo: aumenta la presión, se dispara una gastritis, se exacerban las alergias".

En el mismo sentido, la médica Leticia Glocer Fiorini, presidenta de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), sostuvo que "los balances de fin de año pueden generar estados depresivos por la actualización de duelos, pérdidas de seres queridos, fracasos en la vida amorosa o proyectos e ideales que no se cumplieron".

Sobre las pérdidas de los seres queridos, Ré sostuvo que "el recuerdo de las personas fallecidas suele ser en estos días más angustiante aún, por lo tanto se produce el fenómeno de reforzamiento negativo, se agrava la ansiedad y se intenta evitar el recuerdo y todo lo que lo evoque, instalando el proceso de fobia a las fiestas".

"También -describió Glocer Fiorini- pueden agudizarse conflictos de pareja o familiares justamente porque se trata habitualmente de momentos de revisión de las propias experiencias de vida".

Aceptación

La presidenta de APA mencionó además -al igual que los otros profesionales consultados- que "como consecuencia pueden manifestarse o intensificarse adicciones, como alcoholismo o drogadicciones, con riesgos de accidentes, o desórdenes alimenticios".

A la hora de enfrentar estos días finales del año Ré sugirió: "Aceptar el calendario como viene, es inútil oponer resistencia porque las fechas llegan, también es una oportunidad para tratar de curar heridas abiertas, perdonar, reconciliarse y reencontrarse con personas y distenderse y disfrutar lo más sanamente posible".

"Es ideal bajar las expectativas y tomarse las fechas con más tranquilidad y también es importante evitar los excesos tanto de comida como de bebida que pueden exacerbar nuestras emociones o dolencias físicas", sostuvo.

Por su parte, Bequer recomendó "reconocer valores y logros, perdonarnos todo lo que no hayamos conquistado, validar a las personas que nos rodean en lugar de recriminarles y elegir con quién pasar las fiestas".

"No elegir no implica rechazar y esto debemos transmitirlo. Uno puede querer esas fiestas estar con tal o cual persona y en las siguientes con otras, tiene que ver con ser leal a uno", concluyó.

LA CAPITAL les desea a sus lectores que puedan pasar las fiestas en paz.