El recuerdo del último paso por Mar del Plata está muy fresco y latente en mi memoria, fue más precisamente el sábado 8 de mayo del año pasado y todo sucedió cuando fuimos con otro bloque de la gira de ?Me quiero portar?vien? que hicimos por varios lugares del Gran Buenos Aires y también por Mar del Plata, una parte muy divertida de un show que ha sido muy bien recibido por la gente, algo que agradezco respetuosamente. Estuvimos esa noche en el Teatro Güemes, una sala que ha quedado realmente bellísima con el paso de las temporadas. Me acuerdo que llegamos temprano a un hotel que estaba por Güemes a pocas cuadras de la sala, salimos con el auto y cuando faltaban pocos minutos para esa función tomamos noción de que nos habíamos dejado parte del vestuario y Marcelo Bitar lo tuvo que ir a buscar, fue caminando y cuando salió del hotel con las cosas, no pudo hallar un taxi para venir al lugar, por lo cual arrancó todo un poquito más tarde pero la gente esa noche le puso una onda impresionante, no me lo olvido más.

En Mar del Plata habíamos estado en noviembre con el mismo espectáculo a mediados de noviembre de 2012 durante dos noches pero las cosas no habían salido de la misma forma y estábamos con la duda, tal vez no nos ayudó la sala que elegimos esa vez. Ahora todo lo que vivimos tuvo el encanto de lo que me está pasando con este show, una de las cosas que más estoy disfrutando en la vida. Esa noche en el Güemes la platea estaba repleta y se notaba el entusiasmo de la gente para verlo, estaban los que siguen mis cosas, los que me escuchan por la radio, estaba el productor Pablo Baldini y hasta alguien que tenía puesta la camiseta de fútbol de Estudiantes de La Plata, cuadro del que soy hincha. Cuando nos fuimos del lugar había mucha gente esperando afuera para saludar y pedir fotos, recibo un enorme cariño de los marplatenses, son gente con gran sentido del humor, comimos en un restaurant que estaba ubicado a muy poca distancia del Güemes y las muestras de afecto se continuaron ahí, fue una noche muy divertida. Estaba bastante fría la jornada, parecía un anticipo del invierno pero la gente le puso mucha onda al sábado, había en Güemes un buen número de lugares abiertos hasta las dos o tres de la mañana, y para ser sincero, no veo la hora de volver a Mar del Plata, un lugar donde antes tenía recuerdos de Sumo y en los últimos tiempos vengo acumulando otras memorias tan divertidas y queribles como las de aquellos viejos y míticos tiempos.