En 18 años el "Mercado de Pulgas" cuadruplicó la cantidad de feriantes
Fue creado en 1996 y ocupa la manzana de la Plaza Rocha delimitada por avenida Luro y las calles 20 de Septiembre, San Martín y 14 de Julio. Funciona de viernes a domingos de 10 a 18 pero si se trata de un fin de semana prolongado la actividad se extiende al lunes.
De viernes a domingos, y también los lunes cuando se trata de fines de semana prolongados -siempre y cuando no llueva- durante todo el año la manzana de la Plaza Rocha comprendida por las calles 20 de Septiembre, San Martín, 14 de Julio y la avenida Luro se convierte en una gran feria anticuario en la que tanto los marplatenses como los turistas, en el horario de 10 a 18, tienen la oportunidad de adquirir antigüedades, recuerdos, adornos y otros elementos.
Así como sucede en San Telmo y en la Chacarita -en la ciudad de Buenos Aires- al igual que en grandes capitales mundiales como Madrid o Londres, en nuestra ciudad también se ofrece la posibilidad de adquirir artículos usados de distinta índole en un "Mercado de Pulgas".
Libros, teléfonos y cámaras fotográficas, lámparas, veladores, herramientas, discos de vinilo, botellas, sifones, juegos de cubiertos, de copas y de té, tazas, adornos, platos, cristalería y elementos de porcelana, que se utilizaron en el pasado son algunos de los artículos que ofrecen los alrededor de los 80 feriantes que suelen concurrir en forma habitual. El bronce es posible encontrarlo en llamadores, llaveros, ceniceros y hasta en algún picaporte trabajado que denota su antigüedad. También hay juguetes, entre ellos muñecos, miniaturas y muñecas de porcelana. El "Mercado de Pulgas", que depende de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad, -es la que extiende los permisos y otorga los lugares- funciona desde febrero de 1996 cuando se inauguró con 13 feriantes (actualmente hay alrededor de 80); de acuerdo al reglamento, la mercadería que se ofrece debe ser usada y tener cierta antigüedad; así, por ejemplo, no se permite la venta de ropa, de plantas, ni de productos alimenticios.
Testimonio de una pionera
Adriana Gobbi, una de las pioneras, dijo a este medio que se trata de un emprendimiento que sigue creciendo ya que, "en una época en que las cosas se pusieron difíciles, implica la posibilidad de ganarse unos pesos. El Municipio está muy conforme con nuestra actividad. En el ámbito de la feria se permite vender, pero no comprar lo que uno luego va a comercializar. Eso es algo que se realiza en remates, demoliciones o en domicilios particulares a los cuales concurrimos. Si bien hay quienes se limitan a vender libros o cuchillería, la mayoría de los puestos contamos con variedad de elementos. Esta temporada trabajamos bastante bien en enero, pero no así en febrero. En general, los que más vienen a comprar son marplatenses. Los que estamos desde hace mucho tiempo tenemos nuestra clientela. La gente que concurre, además de pasear, casi siempre aprovecha para llevarse alguna cosita", expresó.-
