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23-03-2014

Marplatense ganó un importante premio por su trabajo en Australia

Guillermo Confalonieri está radicado en Melbourne desde 2004, junto a su esposa y sus tres hijos. Se desempeña en el sector de Tecnología digital en una universidad. "Todo se está convirtiendo en digital. Y todo se trata se proveer como una experiencia simple, inspiradora y atractiva", contó a LA CAPITAL.

Guillermo Confalonieri fue galardonado con el premio "CIO of the Year", el máximo honor al que un profesional de tecnología y sistemas puede aspirar en Australia.

El marplatense, quien se radicó junto a su familia en Melbourne en 2004, trabaja para la "Deakin University" de Australia. Allí se desempeña como "Chief Digital Officer" y miembro del "Senior Executive Board". Este último es un reducido grupo de ejecutivos que dirige la universidad junto al rector. "Soy el primer y único miembro de tal grupo que no es angloparlante nativo", contó Confalonieri a LA CAPITAL.

Sobre su trabajo contó que "un CIO o Chief Information Officer es el máximo cargo en una organización responsable por los sistemas y la tecnología. El Chief Digital Officer va un poco más arriba. Soy uno de los primeros en Australia. En ese cargo, el marplatense tiene unas 300 personas a cargo y maneja un presupuesto anual de 60 millones de dólares.

El premio que le otorgaron recientemente se entrega en el "CIO Strategy Summit" y reconoce el Líder de Sistemas y Tecnología más sobresaliente de Australia, juzgado por un panel de jueces con contribución de todos los representantes de este campo.

Primero fue ternado como finalista en el CIO of the Year, en el área Educación y luego, como ganador en ese segmento, compitió con los ganadores de los otros rubros y volvió a ganar, quedándose con el máximo premio.

Los jueces argumentaron que "Confalonieri brilla por la visión y la ambición, detrás de su futurística reforma de los servicios digitales para los estudiantes de la Universidad Deakin, y la admiración que ha inspirado en colegas y compañeros".

Hacia la educación digital

Confalonieri contó a este medio en qué consiste su trabajo.

"En Australia, la educación universitaria en general, pero en niveles inferiores también, se está moviendo al ámbito digital muy rápidamente. Deakin University en particular tiene una posición de líder en ese movimiento. Muy atrás quedaron los tiempos de pizarrón, tiza, aulas y tener que moverse para reunirse", explicó.

En ese sentido detalló que dicha Universidad tiene unos 47.000 estudiantes, 5.000 empleados, más de 250 edificios y más de 30 lugares en donde se enseña y se investiga y "todo está conectado, todo usa sistemas complejos".

Además, relató que "el 30% de los estudiantes nunca vienen a la universidad, estudian y tienen todo online. Esto es porque trabajan o porque viven lejos. Tienen sus clases online, pueden interactuar con profesores y compañeros. Los profesores graban sus clases en video. Los estudiantes viviendo en la universidad pueden atender las clases en vivo desde los televisores en sus departamentos".

"Hay clases en las que el profesor está en un aula y los alumnos están distribuidos en todo el país, conectados e interactuando por video conferencia", agregó.

En ese sentido apuntó que "hay más de 1.000 distintos programas informáticos que los profesores usan para enseñar las especialidades. Los laboratorios (de medicina, artes, educación, ingeniería, etc) utilizan muchísimos equipos sofisticados controlados por computadoras. Los investigadores intercambian datos con sus colegas en otros lugares del mundo, a través de redes de comunicaciones. Los estudiantes tienen wifi de la universidad en todos los edificios y hasta en las áreas comerciales y de transporte alrededor de la universidad. Ahora estoy trabajando en agregar el wifi adentro de los trenes que vienen hacia la Universidad, por ejemplo. La universidad tiene más de 10.000 computadoras. Las bibliotecas además de los libros tradicionales tienen miles y miles de libros electrónicos", enumeró.

"No viajamos entre los 30 lugares para tener reuniones, nos conectamos por videoconferencia. Las estadísticas que tengo me dicen que hay más de 20.000 sesiones de videoconferencia por mes. Yo me conecto en reuniones desde donde esté, usando mi teléfono, mi tablet o la PC", agregó.

Confalonieri aseguró que estos son sólo algunos ejemplos del proceso de digitalización de la educación. "Todo se está convirtiendo en digital. Y todo se trata de proveer como una experiencia simple, inspiradora y atractiva a través de canales digitales para una parte de la vida de la universidad, manteniendo, por supuesto, la parte social también".

- ¿Qué diferencias observa en las condiciones laborales allí con las que había en Argentina al momento de irse?

- Las diferencias entre Australia y Argentina son abismales. En Australia las cosas funcionan bien, normalmente. El crecimiento y bienestar es natural, como debe ser naturalmente. Vivir una vida plena y abundante es muy fácil. No trabaja prácticamente sólo quien no quiere.

Los valores humanos son los correctos, con lo cual uno no debe invertir nada de energía en estar a la defensiva y toda la energía es productiva. Y obviamente, para nosotros, que venimos acostumbrados a batallar en sociedades muy complicadas, con condiciones siempre retorcidas, esto es absolutamente pan comido.

- ¿Y en la educación, qué diferencias encuentra?

- Australia tiene un muy alto nivel de educación a nivel global. Comparar educación pública con educación pública no es posible. Mis chicos acá van a escuelas públicas mientras que en Buenos Aires iban a privadas.

Sin embargo si comparamos el mejor nivel educativo de Argentina con el mejor nivel educativo de Australia, la naturaleza del enfoque es muy diferente. Fue frustrante al principio y me llevó varios años entenderlo. En Argentina se hace mucho énfasis en lo académico y en la absorción de contenido. En Australia se pone mucho más énfasis en los valores y en formar buenas personas. Y ahí reside exactamente la diferencia entre un país desarrollado y uno que no sabe ni para qué lado queda eso.

Buscando el mejor

lugar para sus hijos

Guillermo Confalonieri está casado con la también marplatense Patricia Pousa, con quien tiene tres hijos: Lucas (12), Florencia (14) y Micaela (18).

Patricia fue Guardia del Mar y Reina Nacional de los Pescadores en 1986. Es licenciada en Psicología de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

Cuando se casaron se mudaron a Capital Federal, donde nacieron sus hijos. Desde allí definieron emigrar.

- ¿Por qué decidieron emigrar?

- Cuando decidimos irnos de Argentina, estábamos muy bien en todos los aspectos personales, laborales y familiares, pero no contentos con el país que dejaríamos a nuestros chicos. Así que decidimos buscar el mejor lugar posible para dejarles eso como el más importante legado. Después de mucha investigación el lugar decidido fue Melbourne, Estado de Victoria, Australia.

Yo renuncié a un muy buen trabajo, pusimos nuestra casa en venta, mandamos nuestros muebles y pertenencias por barco y nos subimos a un avión, que nos trajo a un lugar que no conocíamos más que por internet.

- Viajaron con algún contacto o posibilidad laboral que los esperara?

-Viajamos sin contactos, pero llegamos bajo el programa de inmigración calificada. Australia necesita permanentemente importar profesionales de determinadas áreas para mantener su economía pujante. Llegamos con visa de residencia permanente y a los dos años nos convertimos en ciudadanos.

- ¿Y su esposa también se integró al mundo laboral?

- Sí, primero como especialista en recursos humanos y ahora es la dueña de una pequeña consultora de recursos humanos.

- ¿Cómo es la vida allí?

- Es fantástica. Es muy difícil de transmitir lo afortunados que somos a alguien que no ha experimentado las dos realidades. No lo pueden entender los argentinos. No lo pueden entender los australianos.